Los l¨ªmites del emirato
Los inversores globales est¨¢n resoplando de furia por la decisi¨®n de Dubai de permitir que su compa?¨ªa privada de bandera Dubai World solicite una moratoria de seis meses (lo que implica un incumplimiento de pagos al menos parcial) en el pago de una deuda de aproximadamente 26.000 millones de d¨®lares. ?Qu¨¦ esperaban exactamente los inversores cuando compraron bonos en empresas con nombres del tipo Limitless World (Mundo Sin L¨ªmites), una de las quebradas subsidiarias de bienes inmuebles de Dubai World? Estamos frente a una mentalidad de burbuja.
La idea, imagino, era que el Gobierno del Emirato respaldar¨ªa cada cr¨¦dito, no importa lo arriesgado que fuera. Y si el gobierno de Dubai, pobre en petr¨®leo, no ten¨ªa el dinero, entonces de alguna manera Abu Dhabi, su hermano rico en petr¨®leo, escupir¨ªa el efectivo necesario.
Una expectativa absurda, uno podr¨ªa pensar. Pero pr¨¢cticamente no m¨¢s improbable que cualquiera de los otros rescates masivos que hemos visto en el mundo a ra¨ªz de la reciente crisis financiera. Lo que realmente fastidi¨® a los inversores, obviamente, fue darse cuenta de que, s¨ª, de que alg¨²n d¨ªa habr¨ªa que retirar las garant¨ªas de deuda insostenible. Llegado el caso, un mundo excesivamente apalancado va a tener que encontrar la manera de recortar la carga de deuda, y no todo ser¨¢ agradable.
Est¨¢n aquellos que se regodean en lo que consideran un justo castigo para las ambiciones sobredimensionadas de la avasalladora Dubai. Yo no comparto esta opini¨®n. Es cierto, Dubai, con sus islas artificiales, hoteles que simulan Venecia y canchas de tenis en las terrazas de los edificios, es un castillo de arena en el mundo real. Aun as¨ª, Dubai tambi¨¦n le demostr¨® al resto de Oriente Medio lo que el esp¨ªritu empresarial puede alcanzar.
Su aeropuerto se ha convertido en una estaci¨®n nodal global de tal relevancia que los reguladores alemanes recientemente tuvieron que obligar a Emirates Airlines a aumentar los precios de sus billetes a Fr¨¢ncfort, para que Lufthansa no perdiera demasiada actividad comercial. Y, con sus mercados de bienes y capital relativamente abiertos, Dubai se ha convertido en un nodo comercial no s¨®lo para todo Oriente Medio, sino tambi¨¦n para partes de ?frica y Asia. En la v¨ªspera de la crisis financiera, otros Estados del Golfo hab¨ªan empezado a mirar a Dubai en busca de una visi¨®n profunda sobre c¨®mo pod¨ªan diversificar sus econom¨ªas y seguir prosperando cuando los pozos de petr¨®leo se secasen.
S¨ª, Dubai es ciertamente un estado autocr¨¢tico donde las finanzas est¨¢n estrecha y secretamente controladas. De hecho, la falta de informaci¨®n detallada sobre las finanzas de los Emiratos fue una raz¨®n central por la que el impago de Dubai World caus¨® tanta sorpresa.
Pero, en muchos sentidos, las autoridades de Dubai han sido asombrosamente tolerantes de la libertad de expresi¨®n. Hace un a?o, particip¨¦ de una velada de presentaciones de artistas locales en la Universidad de Dubai. Un artista, un fot¨®grafo emirat¨ª, present¨® una l¨ªnea de tiempo visual de la construcci¨®n de una de las estaciones del nuevo sistema de subterr¨¢neos de Dubai. Este artista local ha experimentado la asombrosa transformaci¨®n de la ciudad-estado en los ¨²ltimos 13 a?os, que se vio impulsada por el tipo de auge inmobiliario que uno asocia con las ciudades chinas de m¨¢s r¨¢pido crecimiento, no con Oriente Pr¨®ximo.
En lugar de simplemente elogiar las nuevas construcciones del Gobierno, el artista destac¨® lo irritante que les resultaba el cambio a los ciudadanos de larga data. ?C¨®mo se relaciona uno con los objetos inanimados que se elevan de las tierras des¨¦rticas ¨¢ridas y a la vez majestuosas? Otro artista present¨® una visi¨®n de c¨®mo se pod¨ªa utilizar la iluminaci¨®n exterior para transformar los minaretes y ayudarlos a destacarse en el manch¨®n de edificios modernos que caracteriza a la ciudad contempor¨¢nea de Oriente Medio. Sus visiones eran imponentes y, a simple vista, algo radicales. Llamaba la atenci¨®n que esas ideas pudieran expresarse abiertamente.
Cualquiera que est¨¦ familiarizado con Dubai entiende que estos son s¨®lo peque?os ejemplos de un abrazo de creatividad mucho m¨¢s amplio que ha permitido que el pa¨ªs sedujera a profesionales extranjeros de ¨¦lite para atraerlos a las industrias de las finanzas y otras. En gran medida, como en EE UU, los extranjeros de ¨¦lite han desempe?ado un papel clave en el desarrollo de las diversas industrias de servicios de Dubai.
Por supuesto, otros pa¨ªses en el Golfo tambi¨¦n tienen algunos logros sorprendentes en su haber. La compa?¨ªa nacional de petr¨®leo de Arabia Saudita ha adquirido una experiencia interna en perforaci¨®n petrolera que es ampliamente admirada en Occidente. Qatar ha tenido ¨¦xito en los medios con Al Jazeera, mientras que Abu Dhabi ha ayudado a patrocinar avances notorios en inteligencia artificial a trav¨¦s de su apoyo al ajedrez electr¨®nico. Pero Dubai, con muy poco oro negro propio, ha hecho con menos m¨¢s que cualquier otro Estado de la regi¨®n.
Desafortunadamente, Dubai termin¨® siendo objeto de las leyes de gravedad financiera. Esta vez no fue diferente. La especulaci¨®n y el pr¨¦stamo masivos llevaron a cargas de deuda excesivas y, en definitiva, a la suspensi¨®n de pagos.
?Es ¨¦ste el final del camino para el crecimiento ¨¦pico de Dubai? Lo dudo. Pa¨ªses de todo el mundo y a lo largo de la historia han cesado en el pago de sus deudas y vivieron para contarlo, incluso m¨¢s pr¨®speros. No hay duda de la necesidad de Dubai de reestructurarse y podar sus excesos antes de que pueda reanudar una trayectoria de crecimiento m¨¢s sostenible, aunque lograrlo llevar¨¢ tiempo.
?Habr¨¢ contagio a pa¨ªses vulnerables en Europa y otras partes? Todav¨ªa no. Si bien el caso de Dubai no es diferente, s¨ª es especial, de manera que el efecto en la confianza de los inversores deber¨ªa mantenerse restringido por ahora. Pero los inversores est¨¢n aprendiendo por la v¨ªa dif¨ªcil que las posibilidades y recursos de ning¨²n pa¨ªs son ilimitados. -
Kenneth Rogoff es profesor de Econom¨ªa y Pol¨ªtica P¨²blica en la Universidad de Harvard y ex economista jefe del FMI. ? Project Syndicate, 2009.
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