El Espanyol es un juguete roto

De mal en peor. El Espanyol se agrieta y carcome conforme transcurren las jornadas. Inici¨® el torneo con un juego se?orial, sugerente e incluso punzante. Un gozo para la vista porque jugaba en campo rival, mezclaba en posiciones avanzadas y tumbaba a los rivales. Todo se ha desvanecido. No juega una casta?a y el Racing, sin despeinarse y con un f¨²tbol escaso, le sonroj¨® con cuatro goles. Se reanim¨® el equipo c¨¢ntabro ante el Espanyol, un juguete roto.

La revoluci¨®n de Pochettino no evit¨® la derrota. A grandes males, grandes remedios. O eso pens¨®. Hastiado de la mala din¨¢mica del equipo, el t¨¦cnico decidi¨® reconfigurarlo por completo. Una cirug¨ªa est¨¦tica; una p¨¦rdida parcial de la identidad. Quiz¨¢, consciente ya de que el Espanyol no tiene el pie necesario para desplegar un f¨²tbol de sal¨®n, Pochettino apost¨® por el m¨²sculo. Al tiempo, tir¨® de juventud. Una muestra m¨¢s de que no atiende al carn¨¦ de identidad. Le sali¨® el tiro por la culata.

Para el Racing el partido fue de lo m¨¢s sencillo. Se propuso dejar la porter¨ªa a cero y no sufri¨® en su cometido. Abigarrada la medular y en un ejercicio ¨®ptimo de ayudas, situ¨® dos l¨ªneas de contenci¨®n cogidas de la mano, en apenas 30 metros. Una estratagema id¨®nea para derruir el juego del Espanyol, incapaz de encontrar rendijas mediante pases interiores o dotar de profundidad al equipo con asistencias. No tiene pase y menos remate.

Al Racing le alcanz¨® con bien poco. Un cabezazo de Henrique a la salida de una falta desencaden¨® una goleada presidida por la sutileza de Canales. La hinchada opt¨® por abandonar la grada antes de tiempo despu¨¦s de seis jornadas sin ganar, cuatro partidos sin marcar y 12 goles en contra en cinco encuentros. Y el s¨¢bado visita al l¨ªder.