"No se puede conducir como iba yo"
Hace casi siete a?os que C. F. G., gallego, de 40 a?os, embisti¨® con un coche robado a otro veh¨ªculo en el que viajaba un matrimonio. Circulaba drogado -"Hab¨ªa tomado una caja de tranquimac¨ªn"- y a pesar de tener 34 a?os nunca se hab¨ªa sacado el carn¨¦. ?l no sufri¨® heridas graves. El veloc¨ªmetro marcaba 170. Durante el juicio pidi¨® perd¨®n al hombre, pero especialmente a la mujer, que fue la que se llev¨® la peor parte, y a¨²n caminaba ayudada por muletas. Ellos le perdonaron.
Cuenta que se durmi¨® y, cuando abri¨® los ojos, ya hab¨ªa pasado todo. "En ese momento lo que deseas es morirte", explica. Lo primero que pregunt¨® al recuperar la consciencia fue si hab¨ªa muerto alguien. No era la primera vez que conduc¨ªa drogado. En el a?o y ocho meses que lleva en la prisi¨®n orensana de Pereiro de Aguiar, condenado por imprudencia temeraria, hurto y conducir sin carn¨¦, ha sufrido una metamorfosis espectacular: ha dejado las drogas -"Empec¨¦ a los 14 a?os con la hero¨ªna intravenosa y me met¨ªa de todo"-, y cuando deje la prisi¨®n, dentro de nueve meses, lo primero que quiere hacer es apuntarse a la autoescuela. Pero la mutaci¨®n m¨¢s sorprendente se ha producido en su cabeza. "Me apunt¨¦ a un taller de seguridad vial de cuatro meses; me abri¨® los ojos: yo creo que la gente se toma muy a la ligera lo de los coches y en algunos casos es como llevar un arma. Cualquiera podr¨ªa verse en esta situaci¨®n", recita mientras cuenta que falta concienciaci¨®n y que ¨¦l prohibir¨ªa "poner en manos de novatos coches de 200 caballos". "Estoy seguro de que una parte de la pena me la merezco, pero tambi¨¦n me condenaron por el robo de dos coches, con el que yo no tuve nada que ver. No es plato de gusto estar aqu¨ª, pero tengo que cumplir por lo que s¨ª he hecho. No se puede conducir en las condiciones en las que iba yo", se?ala. C. F. G. afirma que quiere colaborar para concienciar a otros y es firme defensor de endurecer las penas. Del taller de seguridad vial, pionero en Espa?a y que Prisiones quiere extender al 75% de los reclusos, lo que m¨¢s le impact¨® fue el testimonio de un joven en silla de ruedas y una madre que hab¨ªa perdido a su hijo. "Estar aqu¨ª es duro, pero no me quejo, podr¨ªa ser peor, podr¨ªa estar en el cementerio o haber matado a alguien".
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