Todos los cumplea?os con obras
Los adolescentes de Santa Mar¨ªa de la Cabeza no conocen su barrio sin zanjas, operarios ni gr¨²as - Las obras del t¨²nel concluyen la pr¨®xima semana
"?No, nunca lo ver¨¦!", dice Alba y se r¨ªe. Tiene 13 a?os y vive de espaldas al paseo de Santa Mar¨ªa de la Cabeza. Desde poco despu¨¦s de aprender a caminar ha visto su barrio siempre "patas arriba". La normalidad son las gr¨²as, el ruido, las calles cortadas y el atasco descomunal. "Yo creo que cuando est¨¢n acabando una obra se avisan unos a otros para comenzar otra nueva. Nunca lo ver¨¦ acabado", sentencia, medio en broma, medio en serio, esta adolescente que no termina de creerse que el pr¨®ximo s¨¢bado -aunque ya este jueves se abrir¨¢ uno de los carriles en superficie- casi cierre la remodelaci¨®n del t¨²nel que da acceso a la carretera de Toledo y concluyan definitivamente los ocho a?os ininterrumpidos de trabajos en la zona. Y hace bien, porque a¨²n quedar¨¢n operarios en el entorno del puente de Praga rematando el llamado Plan R¨ªo.
"Es el cuento de nunca acabar", se lamentan en un bar del barrio
Hay un guirigay de se?ales de tr¨¢fico y sem¨¢foros por las sucesivas reformas
Las fotos del comienzo de la cadena de obras en este largo paseo empiezan a amarillear. El paso elevado, llamado scalextric, se construy¨® en 1971. Se empez¨® a desmantelar a mediados de 2001. Desde entonces siempre ha habido carriles cortados y se?ores con mono y casco pululando por la zona. Primero, construyendo el t¨²nel. Despu¨¦s, soterrando la M-30. Ahora, ampliando el subterr¨¢neo.
Patricia sale del brazo de su amiga Sonia de los Salesianos de Atocha. Ambas viven en el barrio. Tienen 17 a?os. "Aqu¨ª nunca se acaban las obras y al final te acostumbras", comenta esta chica mientras aguarda a cruzar un sem¨¢foro entre grandes vallas de pl¨¢stico rojo. "Es que ya ni lo pienso, esto est¨¢ siempre as¨ª desde que iba de la mano de mi abuela a dar paseos de chiquitita", explica con naturalidad. Su amiga no dice nada, pero oye la palabra obras, se encoge de hombros y se empieza a re¨ªr.
Menos gracia le hace al quiosquero. Lleva m¨¢s de un lustro encajonado entre bloques de cemento. "Parece que por fin se va a acabar esto, pero los vecinos pensamos que hasta que no lo veamos no nos lo vamos a creer". En el bar, las navajas, frescas, se escapan de sus conchas como churros blandos, buscando aire m¨¢s all¨¢ de la vitrina. Se habla de f¨²tbol, de una pe?a quinielista, de cualquier cosa. Pero no de las obras: "Qu¨¦ vamos a decir ya a estas alturas. Es el cuento de nunca acabar".
La resignaci¨®n es, desde luego, una de las ideas principales instaladas entre los vecinos. La otra es la denuncia de las se?ales de tr¨¢fico y las marcas viarias. Incluidos los sem¨¢foros. Resulta que obra tras obra van cambiando las condiciones del tr¨¢fico, pero no los postes que lo se?alizan. Es decir, "hay un tremendo guirigay de se?ales contradictorias que hacen imposible aclararse", asegura Gonzalo, habitante del paseo a la altura del n¨²mero 80. Su lamento es desde el punto de vista del conductor. Pero Elsa, que vive un poco m¨¢s arriba, enfoca el mismo problema pero desde la ¨®ptica del peat¨®n: "Para cruzar es terrible porque todos los sem¨¢foros est¨¢n mal regulados y mal sincronizados entre s¨ª".
Otro de los lamentos es el de que al cerrar el t¨²nel han desviado el tr¨¢fico "a calles internas, preparadas para canalizar el trasiego vecinal, no el de los miles de coches que salen de Madrid". La propia Alba, la ni?a que siempre vivi¨® en obras, asegura que para hacer un recorrido de menos de un kil¨®metro y visitar a su abuela necesita media hora de coche, cuando "antes eran cinco minutos".
De las sucesivas obras en la zona, la m¨¢s molesta fue la de los t¨²neles de la M-30. "Empezaban a las ocho de la ma?ana y duraban hasta cualquier hora del d¨ªa. Fue un suplicio insoportable". Paco recuerda esos dos a?os, entre 2005 y 2007, en los que sent¨ªa las gr¨²as "metidas dentro de casa".
Los trabajos de remodelaci¨®n del t¨²nel de Santa Mar¨ªa de la Cabeza comenzaron en agosto de 2008 y contaron con una inversi¨®n de 70 millones de euros en el presupuesto de 2008, "busca hacer del peat¨®n el protagonista de la calle, con la renovaci¨®n de m¨¢s de 100.000 metros cuadrados de aceras, 365.000 de calzada y la eliminaci¨®n de 370 barreras arquitect¨®nicas", dice la nota de propaganda municipal. Los vecinos no pueden aguantar la risa cuando la escuchan. Aunque, como Elsa, esperan que esta vez "sea para bien". Todos, aunque sean muy j¨®venes, tienen una larga experiencia en la construcci¨®n.
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