"Hasta la censura m¨¢s f¨¦rrea acaba perdiendo"
El hombre m¨¢s censurado de Francia, el cineasta maldito que puso al descubierto el lado siniestro del imperio colonial, es este anciano de 82 a?os que posa sobre su interlocutor una mirada afectuosa, al tiempo que le ofrece la mano sarmentosa, muy c¨¢lida. Por su semblante apacible, cuesta imagin¨¢rselo como la piedra que ha estado alojada en el ri?¨®n de la Rep¨²blica durante casi 50 a?os, pero basta dejarle hablar para comprender que en sus venas palpita todav¨ªa, el esp¨ªritu penetrante y vigoroso del ¨¢guila, aunque no del g¨¦nero imperial. Ren¨¦ Vautier opta por pedir el pulpo a feira porque le apetece contrastarlo con el que preparan en su Breta?a natal.
Le pregunto qu¨¦ hay que hacer para convertirse en enemigo interior del Estado y nuestro hombre muestra condecoraciones a su nombre firmadas por De Gaulle y fotograf¨ªas de un adolescente con la bandera de la Resistencia. Quiere decirme que ¨¦l no ha sido enemigo de su pa¨ªs, sino de los desmanes cometidos en nombre de su pa¨ªs.
El cineasta franc¨¦s firm¨® el primer filme anticolonialista, largamente silenciado
"Ten¨ªa 16 a?os cuando vi a los alemanes alcanzados por mis granadas con las tripas fuera y decid¨ª sustituir las armas por la c¨¢mara de fotos". A sus profesores de la academia de cine se les ocurri¨® que la nueva promesa pod¨ªa estrenarse con un documental sobre la educaci¨®n en las colonias africanas. Se esperaba de ¨¦l un filme de caritas negras y batas azules entonando a mayor gloria de Francia el Allons enfants de la patrie..., pero el joven Vautier puso su vista en otros terrenos.
Vio que el sufrimiento y la explotaci¨®n de los nativos discurr¨ªan en paralelo al enriquecimiento de los hombres de negocios y, sobre todo, descubri¨®, espantado, que bajo uniforme franc¨¦s se estaban cometiendo cr¨ªmenes execrables contra la poblaci¨®n civil refractaria a la colonizaci¨®n. Armado con su c¨¢mara y llevado por los vientos de la indignaci¨®n, en 1949 film¨® ruinas, muros manchados con la sangre de los torturados, cad¨¢veres abandonados... El resultado es ?frica 50, el primer filme anticolonialista de la historia que Francia enterr¨® en el secreto hasta 1996 y apenas ha llegado a digerir.
Vaudier pas¨® nueve meses en prisi¨®n antes de integrarse como documentalista en el maquis argelino. Fue herido por sus compatriotas y hoy es el ¨²nico cineasta con un trozo de objetivo incrustado en el cr¨¢neo. Realizador de culto, reconocido por sus pares, siempre crey¨®, con sus colegas de la nouvelle vague Resnais y Godart, que la imagen es un documento subversivo ya que combate la desinformaci¨®n y desbarata los secretos del poder.
?Las im¨¢genes no han perdido el atributo de la autenticidad, ahora que proliferan tanto y resultan f¨¢cilmente manipulables?, le pregunto. "Pero conservan la facultad de dar testimonio y de desvelar lo oculto. Hasta la censura m¨¢s f¨¦rrea acaba perdiendo", responde. Aunque ha tenido un momento de emoci¨®n intensa y ojos royos al recordar que secuaces, supone que de Le Pen, entraron en su casa y le destrozaron kil¨®metros de pel¨ªcula, el anciano acaba el postre de buen humor. Dice que el pulpo a feira estaba bueno, aunque prefiere el de Breta?a. Se comprende, visto el naufragio de la menestra en el estanque del plato.
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