P¨¢nico social
Claro que el desfalco del se?or Millet me ha dolido. Tambi¨¦n el del se?or Mu?oz, ex alcalde de Santa Coloma. Y las presuntas comisiones de los se?ores Prenafeta y Alavedra. Me duelen y me hago preguntas del tipo: ?para qu¨¦ quiere alguien tener un mini-Palau en su casa?, ?a qui¨¦n se le puede ocurrir pagar a toda la familia un viaje ex¨®tico con fondos p¨²blicos? No soy qui¨¦n para opinar si hacen bien o mal los partidos del arco parlamentario catal¨¢n en hacerse el haraquiri en p¨²blico: ?se lo hacen los m¨¦dicos cuando un cirujano se deja el bistur¨ª en el est¨®mago de su paciente? Se castiga la imprudencia del que la ha cometido.
Tampoco voy a dramatizar como para decir que se han quedado con mis impuestos, porque con mis impuestos tambi¨¦n se pagan los cuatro kilos de medicamentos que se meten entre pecho y espalda individuos que no dejan de digerir sus cuatro carajillos y sus ca?itas con los amiguetes, y los dos paquetes de cigarrillos al d¨ªa, razones estad¨ªsticas por las cuales el individuo consume tanta medicina evitable. Nadie dramatiza por eso. Y deber¨ªamos.
Los recientes casos de corrupci¨®n indican alg¨²n tipo de patolog¨ªa
Los recientes casos de corrupci¨®n no cabe duda que indican alg¨²n tipo de patolog¨ªa, patolog¨ªa que yo no me inclinar¨ªa a dictaminar tan alegremente s¨®lo como pol¨ªtica, algo tendremos que ver los que no somos pol¨ªticos. Vale que un presidente de una comunidad aut¨®noma se enfunda en elegantes trajes que no paga. Y otro personaje de la cosa p¨²blica o aleda?os cuelga en su ba?o cuadros de Mir¨®. A m¨ª eso me duele, pero me duele en la medida en que formo parte de la especie humana. Y formando parte de esta selecta especie, no entiendo que se pueda uno pagar la boda de su hija y celebrarla en el mismo sitio de donde salen los fondos para sufragarla il¨ªcitamente. Todo ello me duele. Y tambi¨¦n, no nos pongamos tan serios o hip¨®critas, y reconozcamos que da un poco de risa. C¨®mo no va a dar risa ver a la mujer del se?or Millet acical¨¢ndose antes las c¨¢maras segundos despu¨¦s de haber declarado su marido en un presunto caso de apropiaci¨®n indebida de 20 millones de euros.
Pero me niego a hablar de alarma social, como se ha dicho a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n. A m¨ª lo que en verdad me produce no ya alarma, sino p¨¢nico social, es que retornes de unas vacaciones y unos intrusos ocupen tu vivienda sin que puedas hacer nada para que la desalojen, absolutamente nada. O que un alumno de ESO insulte o amenace reiteradamente a su profesor y no se le pueda expulsar del centro.
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