Al Qaeda del Magreb recluta desde Espa?a
El grupo que secuestr¨® a los tres cooperantes se financia con dinero que obtiene en territorio espa?ol
"Espa?a es el anillo final del salafismo en Europa". La frase aparece escrita en un informe confidencial de la fiscal¨ªa italiana, fechado en 2001, y resume la formidable implantaci¨®n que tiene en este pa¨ªs el grupo islamista que ha secuestrado a los tres cooperantes espa?oles en Mauritania. Un grupo financiado y nutrido de reclutas por las numerosas c¨¦lulas y simpatizantes con los que cuenta en Espa?a, junto a Francia su base europea m¨¢s c¨®moda y productiva.
Los ¨²ltimos informes remitidos al Gobierno por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la Polic¨ªa y la Guardia Civil definen a Espa?a como "retaguardia", "vivero de reclutas" y "fuente de financiaci¨®n constante" de Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI). Unas 30 investigaciones abiertas ahora en Espa?a sobre terrorismo islamista tienen su punto de mira en este grupo.
Los terroristas cuentan con cientos de simpatizantes en la pen¨ªnsula
La mayor¨ªa de los presos islamistas pertenece a la corriente salafista
El grupo persigue ahora un nuevo califato y una rep¨²blica isl¨¢mica
El emir Abu Musab ha prometido fidelidad y pleites¨ªa a Bin Laden
El redactor del informe italiano sobre el salafismo explic¨® c¨®mo desde finales de los a?os noventa los dirigentes en Europa de las c¨¦lulas de Hassan Hattab, entonces l¨ªder del Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate (GSPC), acababan refugi¨¢ndose en Espa?a atra¨ªdos como un im¨¢n. Los miembros de Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI) que retienen a Alicia G¨®mez, Roque Pascual y Albert Vilalta desde el 29 de noviembre, cuentan con numerosos "hermanos" presos en las c¨¢rceles espa?olas. Varias decenas de los 71 reclusos que en la actualidad est¨¢n preventivos o cumplen sus condenas pertenecen a esta organizaci¨®n, seg¨²n se?alan fuentes penitenciarias. La mayor¨ªa son argelinos, pero tambi¨¦n hay marroqu¨ªes y tunecinos.
Los ¨²ltimos seis reclusos de esta organizaci¨®n en ser juzgados se sentaron el pasado mes de noviembre en el banquillo de los acusados ante un tribunal de la Secci¨®n Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional en Madrid. Eran tipos corrientes, sin largas barbas, vestidos con pantalones vaqueros, jers¨¦is de lana y zapatos baratos. En los rostros de Fares, 33 a?os; Fathi, 39; Salah, 39; Abdelkader, 50; Abdelfatah, 45 y Lahouari, 43, se apreciaba el miedo a ser condenados a las penas de m¨¢s de 100 a?os de c¨¢rcel que pide la fiscal¨ªa por financiar con sus robos en chal¨¦s de la Costa del Sol el asesinato de decenas de personas en Argelia y Mauritania.
"He estado de misi¨®n y hemos eliminado a 25 infieles", confes¨® por tel¨¦fono Abdelhakim Fekkar, alias Hakim, de 45 a?os, el im¨¢n que supuestamente organiz¨® el grupo en sus charlas en la c¨¢rcel de Topas (Salamanca). El atentado no era una fantas¨ªa del "hermano" Hakim. En Tebessa (Argelia) 15 militares murieron en esas fechas y 13 resultaron heridos en la emboscada de una de las c¨¦lulas de AQMI. D¨ªas m¨¢s tarde Hakim les comunic¨® un nuevo ataque en el que hab¨ªa participado. Y su misi¨®n en Mauritania coincidi¨® con otro atentado en la base militar de Lemgheity, junto a la frontera argelina y maliense. El resultado, del que tambi¨¦n se vanaglori¨®, fueron 15 v¨ªctimas.
La munici¨®n para estos ataques, la compra de explosivos o la infraestructura para levantar campamentos en el desierto del Sahel, fuera del alcance del ej¨¦rcito argelino, se logra gracias al dinero y las joyas robadas en Espa?a por un ej¨¦rcito de ac¨®litos y simpatizantes con los que cuenta este grupo salafista. Coches robados en ciudades espa?olas y trapicheo de droga financian la actividad criminal de la nueva base de Al Qaeda en ?frica, una base volante que instala y levanta sus campamentos a velocidad de v¨¦rtigo en un territorio de nadie donde los viejos todoterrenos de los d¨¦biles ej¨¦rcitos de Mauritania y Mal¨ª no llegan y los sat¨¦lites norteamericanos son burlados por los terroristas que se disfrazan de pastores, comerciantes o ganaderos.
"Es muy dif¨ªcil saber cu¨¢nto dinero han recaudado aqu¨ª, pero en los ¨²ltimos a?os han recibido desde Espa?a al menos un mill¨®n de euros", asegura un agente de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n. Adem¨¢s del robo se canalizan donativos para la yihad en ?frica a trav¨¦s de una red de carnicer¨ªas y del zakat (limosna) recogido en algunas mezquitas radicales. Un equipo conjunto de expertos espa?oles y franceses en el que participan jueces y fiscales de la Audiencia Nacional estudia desde hace a?os los canales de financiaci¨®n de AQMI. "El chorreo de dinero es continuo. Somos una fuente inagotable, pero esto es dif¨ªcil de combatir porque casi todo se mueve a trav¨¦s de hawala (pagos fuera del sistema financiero tradicional)", asegura un miembro del equipo.
Los salafistas que financian y captan reclutas para el Sahel est¨¢n por toda Espa?a. Desde el 11-S en 2001, punto de inflexi¨®n en el que la polic¨ªa despert¨® de su letargo y comenz¨® a llevar a cabo redadas "preventivas", se ha detenido a militantes de este grupo en Andaluc¨ªa, Ceuta y Melilla, Pa¨ªs Vasco, Navarra, Arag¨®n, Madrid y Catalu?a. Jueces de la Audiencia Nacional como Baltasar Garz¨®n han interrogado en sus despachos a centenares de sus militantes y se han familiarizado con sus pr¨¢cticas y objetivos.
"El GSPC (ahora AQMI) es un grupo terrorista de inspiraci¨®n islamista radical de ideolog¨ªa integrista sun¨ª. Sus seguidores se inspiran en la corriente salaf¨ª (...) Su principal objetivo es la instauraci¨®n en Argelia de una rep¨²blica isl¨¢mica en la que el Cor¨¢n sea la ¨²nica ley, pregonando la yihad para destruir el Estado argelino (...) utilizando la lucha terrorista como ¨²nico medio para conseguir sus fines", dec¨ªa en enero 2006 un auto del juez F¨¦lix Degay¨®n en el que ordenaba la b¨²squeda y captura de cinco salafistas huidos de la Operaci¨®n Green, la que acaba de sentar en el banquillo a los atracadores de chal¨¦s en la Costa del Sol.
Hoy, el auto del juez Degay¨®n no tendr¨ªa validez porque este grupo salafista ha ampliado sus objetivos y ahora persigue un nuevo califato y una rep¨²blica isl¨¢mica mucho m¨¢s amplia que las fronteras de Argelia. El 13 de septiembre de 2006 Abu Musab Abde I Wadud, el emir argelino del GSPC anunci¨® al mundo su servidumbre y pleites¨ªa a Osama Bin Laden.
"Hemos decidido (...) prometer fidelidad a Abu Abd Allah Osama Bin Laden. Cerramos el trato con un apret¨®n de manos y le ofrecemos el fruto de nuestros corazones (...) No encontrar¨¢ en nosotros m¨¢s que o¨ªdo y obediencia". Y Wadud clam¨® por la uni¨®n porque "la Umma (comunidad) isl¨¢mica no puede vencer a sus enemigos si no es capaz de renunciar a sus diferencias (..) ?Es razonable que los muyahidin permanezcan dispersos?", se pregunt¨®.
La adhesi¨®n de los salafistas a Bin Laden y esta llamada a la uni¨®n de los muyahidin han logrado lo que parec¨ªa imposible: todos los grupos yihadistas del norte de ?frica bajo un mismo paraguas, una bomba de relojer¨ªa de consecuencias imprevisibles. As¨ª, los salafistas del GSPC aglutinan ahora al Grupo Isl¨¢mico Combatiente Marroqu¨ª (GICM), al Grupo Isl¨¢mico Combatiente Libio, a los movimientos tunecinos y a otros sat¨¦lites, seg¨²n el diagn¨®stico de los analistas del CNI. En 2007 El le¨®n del islam (Osama Bin Laden) permiti¨® a los terroristas argelinos del GSPC que se rebautizaran como Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico, el grupo que ha secuestrado a los tres espa?oles. "Esta bendici¨®n les ha convertido en un referente en el norte de ?frica al que muchos quieren unirse. Decenas de ellos lo han hecho desde Espa?a", se?ala un jefe de la UC2, la unidad de la Guardia Civil que investiga el terrorismo islamista. Una pesadilla para los servicios de inteligencia europeos, en especial para Espa?a y Francia, porque temen que los salafistas formen a sus hombres en el desierto y los manden a atacar objetivos en Europa.
El asesinato el pasado mayo de Edwin Dyer, bot¨¢nico de 61 a?os, despu¨¦s de que el Reino Unido se negara a liberar al barbudo im¨¢n Abu Qutada, el icono de los salafistas y amigo de varios jefes de Al Qaeda presos en las c¨¢rceles espa?olas, es la mayor preocupaci¨®n del Gobierno. El comunicado de los secuestradores sugiere que intentar¨¢n liberar a "nuestros detenidos y torturados en vuestras c¨¢rceles". Una petici¨®n que jam¨¢s se ha atendido en Europa.
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