La par¨¢lisis amenaza en la recta final de la conferencia del clima

Al secretario de la Convenci¨®n de Cambio Clim¨¢tico de la ONU, Yvo de Boer, le gusta citar refranes. Ayer utiliz¨® uno brit¨¢nico para explicar c¨®mo es posible que justo dos a?os despu¨¦s de acordar en Bali un plazo de dos a?os para tener un Kioto II casi todo siga en al aire: "Puedes llevar a un caballo al agua pero no puedes hacerle beber. Llevamos dos a?os trayendo 192 caballos al agua", declar¨® en alusi¨®n a los pa¨ªses que negocian en Copenhague.

Con tres d¨ªas por delante, lo mejor que se puede decir es que todo el mundo asegura querer un acuerdo. Pero los borradores que ayer circularon dejan todo abierto para que lo negocien los ministros y primeros ministros, cuando en teor¨ªa ellos s¨®lo deb¨ªan solventar los grandes puntos de conflicto y firmar. La presidenta de la cumbre, la danesa Connie Hedegaard, hizo un s¨ªmil con la actuaci¨®n de los negociadores: "Esto pasa tambi¨¦n a los ni?os. Si tienen hora para un examen pedir¨¢n m¨¢s tiempo y lo entregar¨¢n el ¨²ltimo d¨ªa y tarde. En Bali nos dimos dos a?os y los hemos gastado". Por eso, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, en la apertura formal del tramo de alto nivel pidi¨® cesiones: "El tiempo de las posiciones de negociaci¨®n maximalistas ha terminado. El tiempo del consenso ha llegado. Nadie conseguir¨¢ todo lo que quiere en esta negociaci¨®n. Pero todo el mundo puede conseguir lo que necesita".

"El tiempo del consenso ha llegado", dijo Ban Ki-moon

M¨¢s de 110 jefes de Estado y Gobierno participar¨¢n en las reuniones

Es casi seguro que habr¨¢ alg¨²n acuerdo, ya que los m¨¢s de 110 jefes de Estado y de Gobierno que acudir¨¢n a la cumbre no volver¨¢n a casa sin nada. Incluso acudir¨¢ el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, con una orden internacional de detenci¨®n, pero que puede acudir gracias a las reglas de Naciones Unidas. Un acontecimiento que re¨²ne a Ahmadinejad y Obama no se puede dejar pasar en vac¨ªo.

Pero EE UU alega que no puede presentar financiaci¨®n a largo plazo porque el Senado lo vetar¨ªa y los pa¨ªses en desarrollo exigen la garant¨ªa de esos fondos para aceptar limitar el crecimiento de sus emisiones. Hay m¨¢s "l¨ªneas rojas", como las defini¨® Hedegaard. China se niega a que la ONU audite sus planes de emisiones y la UE y la Casa Blanca consideran que eso es esencial. Europa quiere un nuevo protocolo que sustituya al de Kioto y al que se sume Washington y los grandes pa¨ªses en desarrollo, pero ¨¦stos se niegan. "No firmaremos Kioto ni nada que sea igual pero con otro nombre", dej¨® claro el enviado de Obama, Todd Stern.

Aqu¨ª no hay aliados. Mientras Europa considera que la reducci¨®n de emisiones anunciada por Obama (en 2020 un 17% menos que en 2005, un 4% menos que en 1990) es insuficiente y est¨¢ muy por debajo de la rebaja europea (un 20% menos que en 1990 ampliable al 30%), ayer Stern abri¨® un nuevo frente al retorcer la estad¨ªstica. Sac¨® cinco formas distintas de medir el CO2 -per c¨¢pita, con intensidad de carbono, en la atm¨®sfera- y concluy¨® que "de cinco de seis formas de medirlo EE UU est¨¢ igual o por encima de la UE y de cualquier otro pa¨ªs desarrollado". La emisi¨®n por habitante en EE UU dobla la europea y por eso sus recortes tienen m¨¢s efecto en la atm¨®sfera.

La negociaci¨®n es realmente compleja, ya que todos los asuntos est¨¢n relacionados y, sobre todo, los intereses son muy distintos: "En este proceso hay muchas partes. Hay peque?os Estados isla que van a desaparecer por la subida del nivel del mar. Hay productores de petr¨®leo que est¨¢n leg¨ªtimamente preocupados [por su futuro al perder ingresos por el petr¨®leo si esto funciona]. Hay pa¨ªses desarrollados que temen perder empleos y pa¨ªses en desarrollo que temen que lastre su crecimiento. Hay 400 millones de personas en India sin electricidad. ?C¨®mo apagas la luz si no la tienes?", sintetiz¨® De Boer.

La desconfianza lleg¨® a parar la negociaci¨®n el lunes, aunque ayer las sesiones siguieron su ritmo. El proceso se ha vuelto diab¨®lico, con decenas de grupos negociando en paralelo textos que s¨®lo ellos entienden y en el que pueden pelear durante horas por una palabra. Si en un borrador aparece que "las partes tendr¨¢n que" y en la siguiente versi¨®n que "deber¨¢n", miembros de ONG sigen cada cambio para denunciar el retroceso o jalear los avances.

Hedegaard, pr¨®xima comisaria europea de Cambio Clim¨¢tico y de fuerte personalidad, se sincer¨® ante la prensa por las dudas que suscitan los nimios avances en dos a?os: "?Por qu¨¦ no hacerlo de una forma m¨¢s eficiente? Porque ¨¦sta es una conferencia de la ONU y todo el mundo tiene que estar de acuerdo en todo". Por la tarde, en la apertura oficial del tramo de alto nivel, en la que estuvo un ecologista Pr¨ªncipe Carlos, Hedegaard admiti¨® la posibilidad de fiasco: "Podemos fallar. No porque nadie quiera sino porque pasamos mucho tiempo mandando se?ales, reafirmando posturas y con formalidades. Pero no podemos permitirnos un fracaso. Nadie puede permitirse eso".