El lugar de la tradici¨®n

En los buenos tiempos de los cines de repertorio en nuestro pa¨ªs, una sesi¨®n doble sol¨ªa contener algo m¨¢s que dos pel¨ªculas: tambi¨¦n ten¨ªa un argumento secreto, desvelaba una afinidad camuflada entre obras diversas, permit¨ªa al programador ejercitar su ingenio y una feliz vena creativa. La coincidencia en las salas de Mudanzas, ¨²ltima obra de Pere Portabella en formato cortometraje, y Singularidades de una chica rubia, la pel¨ªcula con la que el veterano Manoel de Oliveira celebra su centenario, conforma un programa que parece recuperar algo de ese esp¨ªritu del a?orado programa doble de repertorio: los dos trabajos parecen invitar a una reflexi¨®n sobre el sentido de la cultura y sus respectivos discursos ilustran contrastadas maneras de negociar con el legado de la tradici¨®n.

Oliveira opone una mirada socarrona a su est¨®lida gram¨¢tica visual

Pariente directa de El silencio antes de Bach (2007), Mudanzas es el testimonio de una acci¨®n conceptual desarrollada por Portabella en la Huerta de San Vicente, casa-museo de la familia Garc¨ªa Lorca: el cineasta vac¨ªa el entorno, recorre con su c¨¢mara sus espacios espectrales y acaba mostrando a los muebles y objetos entre par¨¦ntesis, en un almac¨¦n, envueltos en pl¨¢stico. En Singularidades..., Oliveira sit¨²a en entornos contempor¨¢neos a los personajes de un relato de E?a de Queiroz, donde la pasi¨®n emerge y muere al dictado de una ¨¦tica decimon¨®nica. El director parece contrarrestar con mirada levemente socarrona su est¨®lida gram¨¢tica visual y su hier¨¢tica direcci¨®n de actores: en una secuencia, aparece una vitrina con figuras inspiradas en personajes de Queiroz, pero lo que flota en el aire es que es el propio Oliveira quien vive instalado en su propia vitrina, como t¨®tem de s¨ª mismo.