"Cog¨ªa cientos de panchitos con una simple ca?a; ahora no hay"

"Sean mar¨ªtimos o terrestres, todos dependemos de los recursos y todos lo pagaremos si no los cuidamos". Felipe Canosa, percebeiro y patr¨®n de un barco de bajura en la r¨ªa coru?esa, ya hay evidencias claras en el mar de un cambio clim¨¢tico. Por mucho que a¨²n no se pongan de acuerdo los cient¨ªficos, dice. Para este marinero de 50 a?os, a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada son varias las pesquer¨ªas que "han cambiado su forma de comportarse". Especies que viv¨ªan a poca profundidad o cerca de la costa se han mudado mar adentro o a m¨¢s fondo.

El calamar se hace cada vez m¨¢s esquivo. Los panchitos (cr¨ªa de besugo) "se pescaban por centenares con una simple ca?a" en el litoral de A Coru?a, a apenas ocho o diez metros de fondo en la propia ensenada del Orz¨¢n o al pie de la Torre de H¨¦rcules. "Ahora no hay ni un solo ejemplar a lo largo de todo el a?o", destaca Canosa, "y eso no es por una sobreexplotaci¨®n pesquera, sino por la contaminaci¨®n y el cambio clim¨¢tico".

"Se nota mucho tambi¨¦n con el pulpo", comenta al citar una de las especies que m¨¢s sufre por los vertidos que destrozan los mares y oc¨¦anos. Y el percebe es v¨ªctima de otra forma de deterioro "salvaje" que, si no se le pone coto, acabar¨¢ con la especie: el furtivismo. "Los clandestinos no respetan nada, ni tallas, ni cupos, y eso tambi¨¦n da?a" el medio natural. Furtivismo, contaminaci¨®n, cambio clim¨¢tico, "todo guarda una relaci¨®n muy grande", concluye.