Erne asume la formaci¨®n continua de 'ertzainas' ante la dejaci¨®n de Interior
El sindicato mayoritario ha impulsado medio centenar de cursos en siete a?os
La imagen de los ertzainas dista mucho de ser la del agente sobradamente preparado que muchos suponen. La mayor¨ªa ejerce, seg¨²n su sindicato mayoritario, Erne, tras apenas unos meses de entrenamiento intensivo en Arkaute. Algunos suman a?os sin actualizar sus ya obsoletos conocimientos. La ausencia de formaci¨®n continua es uno de los grandes lastres de la Polic¨ªa auton¨®mica y la falta de seguridad una de sus principales consecuencias. Por eso, Erne se ha visto obligado a tomar la alternativa y en los ¨²ltimos siete a?os, ha impulsado medio centenar de cursos te¨®ricos y pr¨¢cticos propios.
El uso de la porra, la manipulaci¨®n de explosivos, el control de veh¨ªculos, la protecci¨®n de personas o la intervenci¨®n policial han sido algunas de las materias que se han impartido en el ¨¢rea pr¨¢ctica. Los cursos te¨®ricos, en cambio, se han centrado en aspectos como el nuevo C¨®digo Penal, la investigaci¨®n de accidentes, la salud laboral, la seguridad o incluso el lenguaje de signos para poder atender a personas sordomudas. Cualquier disciplina parece atractiva para una plantilla ¨¢vida por mejorar su instrucci¨®n. Centenares de ertzainas y agentes de otros cuerpos policiales han participado en las clases fuera de su horario laboral. Incluso varios militares.
Los agentes tienen que pagar de su propio bolsillo la formaci¨®n adicional
Sucede que, salvo en el caso excepcional de algunas unidades especiales, el reciclaje y la formaci¨®n continua profesional apenas existe en la Ertzaintza. La escasez de plantilla ha sido el motivo que siempre ha esgrimido Interior para justificar esta realidad. No en vano, la formaci¨®n continua exigir¨ªa rotar a casi una d¨¦cima parte de los agentes, algo inasumible con la plantilla actual de 7.740 efectivos, que soporta adem¨¢s un 12% de absentismo laboral y se ve forzada a realizar horas extra para cumplir con todos sus cometidos. Seg¨²n Erne, el cuerpo se tendr¨ªa que dimensionar "hasta los 10.000 polic¨ªas".
No es el ¨²nico problema. En los ¨²ltimos meses se han detra¨ªdo efectivos para destinarlos a la nueva unidad antiterrorista, a la vigilancia de las obras del tren de alta velocidad, a luchar contra la violencia de g¨¦nero y a labores de acompa?amiento, entre otras tareas. Adem¨¢s, la adaptaci¨®n a las normas de calidad ha obligado a dedicar m¨¢s agentes a cada detenci¨®n. Un proceder que ha desembocado en un descenso del n¨²mero de arrestos que no responde al aumento de delitos registrado. "No da para todo".
La situaci¨®n en poco se asemeja a la que imperaba en 1982, cuando vio la luz la primera promoci¨®n de la Ertzaintza. Desde entonces han cambiado la delincuencia, las comunicaciones y hasta las unidades m¨®viles. En el horizonte han surgido amenazas como el terrorismo isl¨¢mico, las bandas urbanas especializadas y los nuevos tipos de drogas. Cambios a los que la mayor¨ªa de los agentes no se han adaptado. Y los que se han reciclado lo han tenido que hacer con sus propios recursos y en su tiempo libre, desplaz¨¢ndose a otras comunidades aut¨®nomas, como Catalu?a, o incluso al extranjero.
Aunque es consciente de que "con el modelo policial actual" y los recursos disponibles resulta complicado ofrecer una mejor formaci¨®n presencial, Erne s¨ª considera que se pueden plantear alternativas. "En Navarra, sin ir m¨¢s lejos, ofrecen horas de bonificaci¨®n a los agentes que dedican parte de su tiempo a mantenerse en forma mediante la pr¨¢ctica de ejercicio fuera del horario laboral", apunta un portavoz del sindicato. Una pista para motivar a la plantilla mediante la instrucci¨®n a distancia.
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