El fin de a?o que ver¨¢ por la 'tele'

El conserje advierte: "Yo no voy a contar nada de nada". "De su vida privada no habla", bromea una visitante. Y es que el edificio en el que trabaja este conserje, en plena Puerta del Sol, se convierte, una vez al a?o, en un plat¨® televisivo de cinco plantas. Por derecho propio: no hay otro con mejores vistas al reloj. As¨ª que, en Nochevieja, se viste de gala el n¨²mero 11 de la plaza, justo enfrente de la esfera que observar¨¢n millones de espa?oles -en directo o por la tele-. Y sus inquilinos se meten en el papel. "Si no me pagan, no suelto palabra", insiste el conserje mientras llama al ascensor.

Se oye ruido de taladros. Las due?as de un negocio en el cuarto piso miran de reojo al portal de al lado, donde los obreros montan el decorado. Unos paneles naranjas con estrellas rodean el quicio de la ventana. Esa planta es la de Telecinco, as¨ª que por su balc¨®n se asomar¨¢ este a?o por primera vez Bel¨¦n Esteban esta noche para retransmitir las campanadas.

"Nosotras vivimos la ¨¦poca de Jes¨²s Puente y Carmen Sevilla", dice Flora

Juani tomar¨¢ las uvas con los c¨¢maras y t¨¦cnicos de la televisi¨®n

Cuando Ram¨®n Garc¨ªa sal¨ªa sin capa, la gente se la ped¨ªa desde abajo

El hostal de la tercera planta tiene todo completo desde hace meses

"Nosotras vivimos la ¨¦poca de Jes¨²s Puente y Carmen Sevilla", recuerdan Flora y Aurelia, las due?as del negocio de ese piso. Sus balcones albergaron a los presentadores de la cadena durante varios a?os, aunque ellas nunca se animaron a comer las uvas en directo. "Una vez me dijo uno de los c¨¢maras que a Carmen Sevilla le hab¨ªan encantado las cajitas de regalo que ten¨ªamos en la tienda, y que se hab¨ªa llevado una", recuerda Aurelia entre risas. Este a?o tendr¨¢n a Bel¨¦n Esteban y a Jorge Javier V¨¢zquez de vecinos.

Una planta m¨¢s arriba est¨¢ el ¨¢tico, territorio de Televisi¨®n Espa?ola. "Aqu¨ª es donde se pone la c¨¢mara", se?ala Olga Arriero, una trabajadora de la empresa Making Marketing, cuyas oficinas ocupan el quinto piso del edificio. Una terraza alargada y grande, donde se coloca la mesa con las copas. "En la tele parece todo muy bien puesto, pero la mesa era en realidad un tablero un poco endeble y mis hijas casi la tiran sin querer por la ma?ana", cuenta Arriero en mitad del tour.

El a?o pasado, reci¨¦n instalados en la oficina, los publicistas vivieron su primera Nochevieja televisiva. Dos d¨ªas de ir y venir de t¨¦cnicos por la sala en la que ellos trabajan. Con las ventanas del balc¨®n abiertas de par en par. Y uno de los cuartos, transformado en sala de maquillaje y vestuario. "De aqu¨ª colgaba el traje de Sobera", se?ala m¨¢s tarde Olga. "Y all¨¢ pusieron un espejo para los maquilladores". En ese mismo balc¨®n -el m¨¢s alto del n¨²mero 11- en el que Anne Igartiburu y Manuel Bandera brindar¨¢n con las tradicionales copas de cava por la noche, Olga y los dem¨¢s publicistas celebrar¨¢n las "falsas uvas", en mitad de su jornada laboral, a las doce de este mediod¨ªa, cuando se realiza el segundo ensayo (el primero fue en la medianoche). El esp¨ªritu de la Nochevieja dura varios d¨ªas en este edificio de la Puerta del Sol.

Bien lo sabe Juani, la recepcionista de la academia CIMA, en el tercer piso. Ella es una habitual de la ¨²ltima noche del a?o. Le toca pasarla trabajando. En las salas de la academia, por donde tambi¨¦n ha pasado TVE 1, se instala desde hace a?os el equipo de Antena 3. El aula de inform¨¢tica se transforma por arte de magia televisiva en un sal¨®n "con su papel de pared, su ¨¢rbol, sus regalos y todo". Aunque este a?o en Sol s¨®lo se instala el equipo de informativos (los presentadores emiten desde Santiago), en la academia han quitado los ordenadores del aula y la han dejado preparada para recibirles. Juani tomar¨¢ las uvas, como cada 31 desde hace seis a?os, con los c¨¢maras y t¨¦cnicos de la televisi¨®n, "que son casi como de la familia".

Todav¨ªa recuerda el primer a?o en que apareci¨® Ram¨®n Garc¨ªa por la puerta -"muy simp¨¢tico, muy agradable"-. El veterano de las campanadas, se cambi¨® de cadena en 2007 y baj¨® del ¨¢tico a la segunda planta del edificio de Sol. "Cuando lleg¨® dijo que, puestos a cambiar, se quitaba la capa", explica Juani. "Pero en cuanto se asom¨® al balc¨®n la gente de abajo la reclamaba. Y se la tuvo que poner".

El n¨²mero 11 de la plaza en la que se centrar¨¢n todas las miradas cuando llegue el nuevo a?o lleva dos d¨ªas de preparativos. Los relojeros revisan el mecanismo del reloj de la Casa de Correos desde hace quince d¨ªas. El 29 por la ma?ana se coloc¨® el cartel de "Feliz 2010" en la fachada. El 30 fue el primer ensayo. Hoy, despu¨¦s de la segunda prueba a mediod¨ªa, todo quedar¨¢ listo para el gran momento.

Los inquilinos del Hostal Americano, en la tercera planta, con Bel¨¦n Esteban y Anne Igartiburu sonriendo sobre sus cabezas, descorchar¨¢n el champan en el sal¨®n. Salvo los que reservaron una habitaci¨®n con vistas. "Est¨¢ todo completo desde hace dos o tres meses", explica el recepcionista. 44 habitaciones que se llenan de turistas ("la mayor¨ªa italianos") y "clientes fijos". El trabajador del hotel admite que hay quien ha intentado alquilarles un balc¨®n. "Te pagamos lo que nos pidan", cuenta que le han ofrecido. Algo tiene el n¨²mero 11 que todos lo quieren en Nochevieja.

Y muchos no esperaron al 31 para acudir a la Puerta del Sol, eso s¨ª, sin balc¨®n. "Ahora, ahora uno, dos, tres..." Y as¨ª hasta 12. En la Puerta del Sol cientos de personas despidieron ayer el a?o un d¨ªa antes. Las ya tradicionales preuvas congregaron en el centro de Madrid a argentinos, italianos, alemanes y despistadas que se hab¨ªan olvidado la ceremonial fruta en casa. Entre uvas, mandarinas y gominolas el ensayo general de las campanadas termin¨® con un espect¨¢culo de luces que representaba a los diferentes pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. No sali¨® bien a la primera y el himno de europeo y son¨® una segunda vez. Al ensayo no falt¨® ni una supuesta Bel¨¦n Esteban que saludaba desde un balc¨®n mientras la gente coreaba desde la plaza su nombre, informa Pablo Le¨®n.