"A¨²n hay muchas mujeres que no saben que son maltratadas"
Mar¨ªa Quintana escoge una silla frente a la puerta de la cafeter¨ªa. No es casual, ella "jam¨¢s" le dar¨ªa la espalda a la entrada de un lugar. Sigue a rajatabla unas pautas de comportamiento desde hace 11 a?os, cuando decidi¨® denunciar tras 18 aguantando el maltrato de su pareja. Ah¨ª comenz¨® un calvario en el que, asegura, se sinti¨® "machacada por el sistema". Ella y sus dos hijas (32 y 15 a?os) a¨²n no pueden revelar su domicilio. Pero ella lucha por olvidar y se libera ayudando a otras v¨ªctimas a salir adelante -preside la Asociaci¨®n Juntos contra la Violencia Dom¨¦stica-, ahora con las ayudas de una ley para cuya elaboraci¨®n los grupos pol¨ªticos solicitaron su participaci¨®n.
Pregunta. ?C¨®mo era el horizonte para una mujer maltratada en 1998?
"No entiendo que los centros educativos no se impliquen en nuestro proyecto"
Respuesta. No hab¨ªa nada. Todo lo que se denunciaba eran faltas, y muchas veces exig¨ªan testigos, que no ten¨ªa. En lo que pasaba de puertas de casa para dentro nadie se met¨ªa. Le denunci¨¦ como 15 veces, me sent¨ªa impotente, era un completo desamparo.
P. ?A qu¨¦ o qui¨¦n recurri¨® despu¨¦s de denunciar?
R. Me fui de casa con mis dos hijas y lo puesto. Pas¨¦ m¨¢s de un a?o viviendo en varias casas de acogida y despu¨¦s fuimos a un piso protegido. Uno de los centros a los que fui, en Salamanca, hab¨ªa creado la plaza de psic¨®logo ese mismo d¨ªa. El desconocimiento profesional del problema era total. En otra casa, la psic¨®loga s¨®lo nos llamaba el d¨ªa que ten¨ªa que rellenar la estad¨ªstica.
P. Con el problema a¨²n a cuestas, ?c¨®mo recibi¨® la ley?
R. A m¨ª casi no me afect¨®, mis denuncias eran anteriores. La ley integral est¨¢ muy bien, no creo que tenga lagunas, pero s¨ª pienso que hay un problema en c¨®mo se aplica y c¨®mo funciona.
P. ?Qu¨¦ diferencias ve entre las mujeres con las que trata y la que fue usted?
R. Todas: los juzgados exclusivos, tel¨¦fonos de informaci¨®n, la sola necesidad del testimonio para poder juzgar, las casas de acogidas, las ayudas... Pero a¨²n as¨ª quedan cabos sueltos, porque la denuncia es s¨®lo el primer paso.
P. ?Qu¨¦ le dicen las mujeres cuando llaman al tel¨¦fono de su asociaci¨®n?
R. Hay mucha incertidumbre, preguntan qu¨¦ va a pasar, qu¨¦ hacer despu¨¦s de la denuncia.
P. A la vista del trabajo con maltratadas, ?qu¨¦ aspectos de la ley necesitan m¨¢s desarrollo?
R. En el tema social hay mucho camino por recorrer. Yo misma estuve m¨¢s de un a?o (en 2007 y 2008) sin tener un m¨¦dico asignado porque no pod¨ªa dar los datos de un domicilio. Es necesario tejer una red en torno al maltrato. Y, por supuesto, la prevenci¨®n pasa por la educaci¨®n. En la asociaci¨®n hacemos un concurso entre chicos de 17 a?os para que se pongan en la piel de quien quieran y le escriban una carta a un maltratador, y la mayor¨ªa de los centros no tienen ning¨²n inter¨¦s en hacerlo, no entiendo que quien educa no se involucre.
P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n le producen las cartas?
R. Me sorprende que algunos j¨®venes sigan justificando el maltrato con el alcohol, la droga, el paro... Adem¨¢s, hay muchas diferencias en las cartas seg¨²n las comunidades aut¨®nomas: Andaluc¨ªa y Badajoz van por delante, y el centro y el noreste, por detr¨¢s.
P. ?Falta conciencia social?
R. Si es que a¨²n hay muchas mujeres que no son conscientes de que son maltratadas.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s reconfortante de trabajar con v¨ªctimas?
R. Que salga una de ellas. Porque se dice f¨¢cil, pero es muy complicado dejarlo todo para irse... Una mujer, de un pueblo del sur de Madrid, me llamaba dici¨¦ndome que ¨¦l quer¨ªa verla. Le dije que no lo hiciera y que en todo caso quedara con ¨¦l en un sitio p¨²blico. Al final le abri¨® la puerta y la mat¨®. En el maltrato pasa como en las drogas, hasta que la persona no se convence, no hay nada que hacer. Hay que darles autoestima y hacerlas sentir protegidas.
P. Los grupos pol¨ªticos pidieron su opini¨®n en la preparaci¨®n de la ley, ?qu¨¦ les dir¨ªa ahora, cinco a?os despu¨¦s?
R. Me preocupa mucho el tema de los testigos, porque la gente del entorno no denuncia porque no est¨¢n protegidos. Se deber¨ªa dar por hecho que esos testimonios fueran an¨®nimos.
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