El eureka de un ¨¦xito que da vidas
C¨®rdoba alcanza un r¨¦cord en la tasa de donantes con 70 por mill¨®n
Emociones extremas. Pulsos acelerados. L¨¢grimas. Alegr¨ªa. Llanto. Todo se mezcla cuando se trata el tema de las donaciones de ¨®rganos. "Que alguien a quien conoces bien te pida que seas t¨² quien le extraiga los ¨®rganos de su hijo, porque sabe que lo har¨¢s con todo el cari?o del mundo, es algo que supone una experiencia vital sin igual". El jefe de Cirug¨ªa del hospital cordob¨¦s Reina Sof¨ªa, Sebasti¨¢n Rufi¨¢n, no olvidar¨¢ nunca aquella petici¨®n que le hicieron y que supon¨ªa un gesto de infinita generosidad de una madre que acababa de perder a su hijo y donaba sus ¨®rganos para salvar la vida a otras personas. Pacientes, familiares y sanitarios viven instantes ¨²nicos en los que toman decisiones trascendentales. Pero la clave la tendr¨¢ siempre el donante que decidi¨® en vida que sus ¨®rganos sirviesen para salvar a otros; o sus familiares, que acceden a la petici¨®n de m¨¦dicos y enfermeros.
Los propios m¨¦dicos tampoco alcanzan a explicar bien las razones de su ¨¦xito
C¨®rdoba y el Reina Sof¨ªa celebraron el 30? aniversario del primer trasplante
De un 40% inicial de aceptaci¨®n tras la entrevista, se ha pasado al 84% actual
Los sanitarios intensivistas se ganan la confianza de los familiares
De todo este proceso de v¨¦rtigo saben bien en el hospital Reina Sof¨ªa de C¨®rdoba. Esta provincia se ha convertido en una estrella polar en el firmamento de las donaciones de ¨®rganos. Ninguna otra iguala su tasa de donantes: 70 por mill¨®n de habitantes. Y estar a la cabeza de esta estad¨ªstica en Espa?a, significa ocupar, seguramente, el primer puesto internacional. Cuando hablamos de donaciones y trasplantes, cada cifra, cada tanto por ciento, cada l¨ªnea ascendente o descendente de la gr¨¢fica, es en realidad un oc¨¦ano de emociones que abarca desde el drama absoluto que supone la muerte de un familiar, al milagro de devolverle la vida a un desahuciado. Esto se repite en cada hospital. Pero C¨®rdoba ha roto todos los par¨¢metros. Los propios profesionales sanitarios del hospital tampoco alcanzan bien a explicar las razones de este fen¨®meno.
Si el sufrimiento de la p¨¦rdida es el mismo en C¨®rdoba que, por ejemplo en Ja¨¦n, ?por qu¨¦ en la primera ciudad, que dista s¨®lo un centenar de kil¨®metros de la segunda, se supera en casi 50 puntos la tasa de donaciones por mill¨®n de habitantes?
A los responsables de trasplantes no les gusta compararse con otras provincias, pero a la hora de buscar explicaciones alegan un c¨²mulo de circunstancias. "En C¨®rdoba, desde hace unos a?os se re¨²nen todos los ingredientes necesarios: hay una sociedad generosa, una informaci¨®n adecuada, activas asociaciones de trasplantados, un personal sanitario implicado y, tal vez, coordinadores de trasplantes con suerte...", apunta el doctor Juan Carlos Robles, coordinador de trasplantes del hospital Reina Sof¨ªa. Detr¨¢s de cada uno de esos factores, que respaldar¨ªan el ¨¦xito de C¨®rdoba, se esconden tres d¨¦cadas de un trabajo constante. Una labor que comienza con la concienciaci¨®n del conjunto de la sociedad cordobesa y termina cuando los familiares de la persona a la que se le ha diagnosticado muerte encef¨¢lica, se re¨²nen con los profesionales sanitarios, quienes les solicitan los ¨®rganos.
Y los m¨¦dicos y enfermeros, ?c¨®mo abordan ese tema con los familiares en un momento tan delicado, cuando el paciente acaba de morir? Tanto Bibi¨¢n Ortega, enfermero y coordinador intrahospitalario de trasplantes en el Reina Sof¨ªa, como el doctor Robles coinciden en lo mismo: usando la confianza y la sensibilidad que los sanitarios intensivistas deben labrar con los familiares a lo largo de todo el periodo de tiempo que el paciente pase en la UCI, donde se le ha intentado salvar la vida. "Lo que hacemos en este hospital es informar a la familia constantemente. Ese trato continuo genera una fuerte confianza. Por eso, si finalmente llega un desenlace fatal, la familia conoce tan bien al equipo que, si ¨¦ste solicita la donaci¨®n, se asimila de manera mucho m¨¢s natural", explica Ortega. El enfermero recuerda que si, en los primeros a?os s¨®lo hab¨ªa un 40% de aceptaci¨®n tras la entrevista, "ahora es del 84%". "Y nuestro objetivo", a?ade Robles, "es llegar al 100%".
A esto se ha llegado gracias a lustros de experiencia en el trabajo social y personal. Hace 15 ¨® 20 a?os hab¨ªa quien se negaba en redondo a ser entrevistado. Hoy las cosas han cambiado: "Antes exist¨ªa miedo y desconocimiento sobre lo que hac¨ªamos. Dec¨ªan "no" y ni siquiera nos permit¨ªan una segunda oportunidad para hablar con ellos. Hoy es distinto, la gente no se cierra en banda. Te escuchan. Y si su respuesta es, en principio, negativa, aceptan otra entrevista y hasta una tercera. Y muchos cambian de opini¨®n", explica Bibi¨¢n Ortega.
Esa mayor flexibilidad a la hora de escuchar es uno de los frutos de a?os de campa?as de concienciaci¨®n social. Y 2009 ha sido especial. El Reina Sof¨ªa y C¨®rdoba entera celebraron el 30 aniversario del primer trasplante, en aquel caso, de ri?¨®n. A lo largo de los ¨²ltimos 12 meses, los medios de comunicaci¨®n locales se han volcado en reflejar la mir¨ªada de actos que celebraron este cumplea?os: libros, exposiciones, premios, conciertos...
Y uno de los art¨ªfices de esta inundaci¨®n ha sido la asociaci¨®n de trasplantados m¨¢s longeva de C¨®rdoba: Alcer, que acoge a personas que han requerido de un ri?¨®n ajeno. Su presidenta, Mar¨ªa Dolores Ayll¨®n, admite que "ha habido un cambio en la sociedad". "Al principio no se nos hac¨ªa mucho caso. La gente ten¨ªa poca informaci¨®n y hab¨ªa mucho tab¨². Pero las campa?as y la labor de los medios de comunicaci¨®n han hecho cambiar todo", prosigue. "Aun as¨ª, tenemos que seguir trabajando, sobre todo con los j¨®venes, en las escuelas y los institutos, porque muchos desconocen la importancia de la donaci¨®n", concluye.
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