La Junta intensifica el control del par¨¢sito de los pinos de Portugal
Est¨¢ calificado como el organismo m¨¢s peligroso del ¨¢rbol a nivel mundial
Un gusano de forma cil¨ªndrica que provoca un decaimiento s¨²bito de las plantas con¨ªferas. Se llama com¨²nmente el "par¨¢sito del pino" y procede de Portugal. En las ¨²ltimas semanas, los controles del Seprona en la carretera que une Portugal con Ayamonte (Huelva) se han intensificado debido a la alarma creada por este insecto originario de Estados Unidos y que provoca una grave patolog¨ªa en esta familia de ¨¢rboles. Desde hace dos meses, se llevan a cabo cuatro actuaciones semanales. La Consejer¨ªa de Agricultura y Pesca de la Junta reconoce que el problema est¨¢ afectando gravemente a los pinares portugueses. "La infecci¨®n la causa un nematodo (Bursaphelenchus xylophilus), un gusano cil¨ªndrico de tama?o microsc¨®pico -menos de un mil¨ªmetro- que se desarrolla en el interior de la madera de con¨ªferas", explican los t¨¦cnicos. Tras su introducci¨®n en el este de Asia, caus¨® da?os de tal magnitud que pasa a considerarse, seg¨²n los cient¨ªficos, "el organismo m¨¢s peligroso para los pinares a nivel mundial".
El gusano necesita un agente, caso del escarabajo, para pasar a otro ¨¢rbol
La lucha contra el par¨¢sito en Andaluc¨ªa comenz¨® en 2005. Dada su vecindad con Portugal, es una zona muy sensible y el resto de pa¨ªses europeos tienen puestos sus ojos en el control que se ejerza en las zonas fronterizas. Entonces se llev¨® a cabo un proceso de rastreo, investigaci¨®n y contingencia que se desarrolla en lugares sensibles como aserraderos, industrias relacionadas con la madera y supervisi¨®n del movimiento terrestre del material vegetal (madera, corteza o plantas sensibles). "En los controles de carretera comprobamos que el transporte de la madera se lleve a cabo con los permisos correspondientes", explican desde la Guardia Civil de Huelva.
Los requisitos para permitir el paso de madera son muy claros: los camiones deben tener una acreditaci¨®n y un pasaporte fitosanitario que demuestre que la mercanc¨ªa est¨¢ sana. O bien, se muestra que nunca estuvo en riesgo de ser contagiada, o, de ser as¨ª, se demuestra que la madera ha seguido un proceso de fumigaci¨®n o tratamiento t¨¦rmico.
El movimiento del par¨¢sito entre un ¨¢rbol y otro precisa lo que se denomina un vector, un agente transmisor, que en este caso es un escarabajo ceramb¨ªcido (Monochamus galloprovincialis), perforador de la madera con fuerte atracci¨®n por pinos heridos, decadentes o moribundos. La transmisi¨®n a trav¨¦s de los vectores puede ser de dos tipos, seg¨²n se complete su ciclo: En la primaria o fit¨®faga, el nematodo se alimenta de las c¨¦lulas vivas del ¨¢rbol sano y en la secundaria o mic¨®faga se explotan los recursos alimenticios del ¨¢rbol muerto (hongos, fundamentalmente).
Las primeras detecciones de la enfermedad se produjeron en Jap¨®n a principios del siglo XX, aunque se considera que el origen de la misma fue Estados Unidos. De all¨ª se distribuy¨® por Canad¨¢, China, Jap¨®n, Corea y Taiw¨¢n. En 1999 fue detectada por primera vez en Portugal y, en la actualidad, todo su territorio continental se considera afectado. Desde el 27 de junio de 2008 es zona demarcada (cuarentena) todo el pa¨ªs, a excepci¨®n de las Azores y Madeira.
Los primeros s¨ªntomas son la aparici¨®n de ramas secas en la zona superior de la con¨ªfera, el ¨¢rbol empieza a marchitarse y, finalmente, muere. Estos s¨ªntomas suelen aparecer entre los meses de agosto a diciembre y pueden ocasionar la muerte del ¨¢rbol en tan s¨®lo tres meses.
En el caso de que el par¨¢sito penetrara en Andaluc¨ªa, algo que no ha ocurrido, el tiempo de extensi¨®n del gusano no se puede predecir. "La velocidad con la que la enfermedad puede extenderse, as¨ª como el comportamiento del propio nematodo en Espa?a depende de muchos factores, entre los que se encuentran las condiciones clim¨¢ticas y la sensibilidad de las diferentes especies de las masas forestales, por lo que resulta muy dif¨ªcil diagnosticar la posible velocidad de infectaci¨®n. Las cajas, embalajes y pal¨¦s usados para el transporte tambi¨¦n deben incluir un certificado que acredite que la madera ha sido tratada seg¨²n la norma internacional NIMF-15, que asegura que est¨¢ libre del pat¨®geno.
Un posible contagio de la madera enferma al mueble ya confeccionado es, a juicio de los cient¨ªficos, algo imposible, porque el insecto necesita del xilema del pino para sobrevivir.
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