El obispo Munilla encuentra el vac¨ªo en su di¨®cesis

La di¨®cesis de San Sebasti¨¢n vive en una permanente convulsi¨®n desde que la Santa Sede situ¨® al frente de la misma al obispo Jos¨¦ Ignacio Munilla. La mayor¨ªa del clero local se rebel¨® contra su designaci¨®n con un escrito muy cr¨ªtico difundido a finales de noviembre pasado. El vac¨ªo se agranda ahora con el abandono en bloque de la c¨²pula diocesana que ha trabajado los ¨²ltimos 10 a?os al lado de Juan Mar¨ªa Uriarte, su predecesor en el cargo. Nada m¨¢s tomar posesi¨®n, Munilla se ha encontrado con siete dimisiones encima de la mesa.

Los dos vicarios generales, F¨¦lix Azurmendi y Patxi Aizpitarte, ya le han comunicado a Munilla su intenci¨®n de abandonar los puestos que ocupaban. No han esperado a que el nuevo prelado designara a su n¨²mero dos, como suele ocurrir en estos casos. La marcha de ambos se ha conocido al d¨ªa siguiente de que Munilla tomara posesi¨®n como obispo de San Sebasti¨¢n. El obispado quiso restar ayer importancia a este hecho al asegurar que el cese del vicario general es un mecanismo autom¨¢tico cada vez que hay un cambio de obispo, aunque tambi¨¦n podr¨ªa haber ocurrido que Munilla los ratificara en el cargo. En este caso, Azurmendi y Aizpitarte han decidido adelantarse a los planes del nuevo prelado donostiarra y le comunicaron hace varias fechas su deseo de poner fin a la responsabilidad que ejerc¨ªan en la di¨®cesis.Hace 10 a?os, cuando Uriarte sustituy¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n, el entonces vicario general, Jos¨¦ Antonio Pagola, tambi¨¦n puso su cargo a disposici¨®n, aunque se mantuvo en el mismo hasta que fue nombrado el nuevo equipo.

Adem¨¢s de los vicarios generales, se han marchado los responsables diocesanos de Econom¨ªa, Religiosas, la secretaria general, el director de C¨¢ritas y la jefa de prensa. Munilla tiene ahora una dif¨ªcil papeleta para cubrir estos huecos. Sus planes son un secreto. No obstante, ayer mismo convoc¨® a los 14 arciprestes de la provincia a una "convivencia" que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo lunes en San Sebasti¨¢n y que durar¨¢ "todo el d¨ªa", seg¨²n fuentes eclesiales. Los arciprestes -enlaces entre la di¨®cesis y las parroquias- desconocen los temas que tratar¨¢n con el prelado, aunque sospechan que en ese c¨®nclave saldr¨¢ a relucir la figura del futuro vicario general.

La posici¨®n que ha adoptado el clero guipuzcoano en contra de su nuevo pastor le ha dejado muy poco margen de maniobra a ¨¦ste. 85 de los 110 p¨¢rrocos en activo y 11 de los 14 arciprestes firmaron el comunicado en el que consideraban a Munilla como una persona "no id¨®nea" para ser obispo de San Sebasti¨¢n. Los sacerdotes siguen considerando que el nuevo administrador apost¨®lico va a echar por tierra todo el trabajo pastoral que se ha venido realizando bajo el mandato de Uriarte, a pesar de que Munilla asegur¨® en la homil¨ªa que ofreci¨® en su toma de posesi¨®n que su intenci¨®n es la de entroncarse "plenamente" en el trabajo de la di¨®cesis.

Los curas de Guip¨²zcoa no han vuelto a pronunciarse en p¨²blico desde aquel comunicado hostil a Munilla. Sin embargo, la tensi¨®n sigue presente, como se puso de manifiesto en la primera misa del obispo electo, a la que apenas asistieron unos 40 presb¨ªteros de la provincia.

Munilla se encuentra ante una complicada disyuntiva para formar gabinete. Podr¨ªa elegir a un vicario general de la casa, pero tiene a la gran mayor¨ªa de los curas en su contra. O podr¨ªa traerlo de fuera, lo que supondr¨ªa empeorar las relaciones en el seno de la iglesia. Algunos representantes clericales no descartan que Munilla haga su elecci¨®n entre los actuales arciprestes para "suavizar" los ¨¢nimos.

Los sacerdotes califican de "mod¨¦lica" la f¨®rmula empleada por Uriarte para elegir a los vicarios generales al inicio de su mandato. Se realiz¨® una votaci¨®n entre todos ellos, de la que sali¨® una terna de nombres. De esa lista, el obispo eligi¨® e a Azurmendi y Aizpitarte, a quienes les asign¨® las vicar¨ªas de curia y pastoral, respectivamente.