"El ¨¦xito me dio libertad"
El escritor franc¨¦s, Goncourt en 2004, narra en La puerta de los infiernos una historia sobre la muerte y la p¨¦rdida que se inicia en N¨¢poles y trasciende al m¨¢s all¨¢
La cita es en el c¨¦lebre hotel Lutetia, uno de los cuarteles generales parisienses de las tropas alemanas durante la II Guerra Mundial y refugio apresurado despu¨¦s de algunos prisioneros de los campos de concentraci¨®n. Laurent Gaud¨¦ se sabe bien esa historia, como muchas otras de Par¨ªs, y la cuenta nada m¨¢s sentarse y pedir un caf¨¦. Ha llegado en moto. Pone el casco en la silla de al lado. Tiene 38 a?os, el pelo cano, es afable, simp¨¢tico y nada pretencioso. Se r¨ªe mucho. Se le ve feliz. Acaba de publicar en Espa?a su quinta novela, La puerta de los infiernos (publicada por Salamandra, como las tres anteriores), una historia en la que se mezclan la Mafia napolitana y la vida de ultratumba. Una pareja pierde a su hijo peque?o, accidentalmente, en un tiroteo entre dos bandas. Su desaparici¨®n destroza al padre y a la madre a la vez. Cada uno buscar¨¢ su salvaci¨®n por su cuenta, incluso m¨¢s all¨¢ de este mundo...
En 2003, Gaud¨¦ (Par¨ªs, 1972) se alz¨® con el Premio de los Libreros por El legado del rey Tsongor, su segunda novela (la primera, Cris, la public¨® en 2001), que en 2002 fue finalista del Goncourt y premio Goncourt des Lyc¨¦ens. En 2004, con El sol de los Scorta gan¨® el prestigioso Goncourt. Adem¨¢s, vendi¨® m¨¢s de 100.000 ejemplares s¨®lo en Francia. Se convirti¨® en un autor imprescindible de ¨¦xito, celebrado por todos. "Eso s¨®lo pasa una vez", dice. La siguiente novela, la cuarta, Eldorado, le devolvi¨® a la realidad: "Felizmente, porque aquello era maravilloso, pero muy cansado", dice. Y se vuelve a re¨ªr.
PREGUNTA.
La puerta de los infiernos arranca como una novela negra, pero luego deriva a una casi de terror, casi de vampiros. ?Lo ten¨ªa as¨ª pensado desde el principio?
RESPUESTA. Yo quer¨ªa que el libro comenzara en el mundo real, en un lugar conocido, N¨¢poles, con gente que existe y con cosas que existen: lo que cuento al principio, desgraciadamente, existe. Pero despu¨¦s, quer¨ªa que la novela girara hacia lo mitol¨®gico. Por un lado, debido al suspense: a m¨ª me gusta el suspense, mantener ese juego de no contarle todo al lector, de dosificarle la informaci¨®n para que siga enganchado.
P. La novela destila una obsesi¨®n por la muerte, por la recuperaci¨®n de las personas muertas...
R. El tema del libro es ¨¦se: las personas que perdemos para siempre, la gente que ha perdido a alguien, el duelo, sobre lo que hacemos con esos sentimientos que nos quedan. No tengo respuestas definitivas, claro. Pero creo que cuando muere alguien querido uno pierde algo de s¨ª mismo,
P. Seg¨²n la novela, hay dos maneras muy distintas de vivir ese duelo, encarnadas por el padre y la madre.
R. Ella deriva hacia la c¨®lera. Es algo que puedo entender perfectamente. Si pierdes a alguien querido, te revuelves contra lo que sea, contra alguien, contra la vida, contra el destino. Y m¨¢s cuando todo lo desencadena un accidente, como en el caso de la novela. El hombre se encierra en el abandono de s¨ª mismo, se hunde. El libro tambi¨¦n es, en cierto modo, la historia de una pareja que se destruye por la p¨¦rdida de un hijo y que, al final, se reencuentra de una forma extra?a.
P. Tambi¨¦n la historia de dos seres perfectamente normales que se vuelven locos, ?no?
R. M¨¢s que locos, se vuelven extraordinarios. En eso consiste la libertad de la novela, en que se puede hacer lo que se quiera con ella. A m¨ª me encanta eso. No s¨®lo como escritor: tambi¨¦n cuando leo en los libros de Garc¨ªa M¨¢rquez que un personaje dura hasta los 120 a?os y no tengo problema en cre¨¦rmelo. Esta pareja normal escond¨ªa algo que va m¨¢s all¨¢ de la normalidad, algo de locura pero tambi¨¦n de ¨¦pica.
P. Cada novela suya es muy distinta de la anterior, ?por qu¨¦?
R. Creo que hay dos maneras de escribir. Una consiste en sumergirse en uno mismo. La respeto, pero no es la m¨ªa. La otra es una especie de absorci¨®n del mundo y los personajes que nos rodean, que vamos encontrando. Por eso cambio tanto de tema. En mis libros, no tengo mucho inter¨¦s en hablar de m¨ª mismo, sino de explorar otras cosas. Adem¨¢s, a m¨ª me parece que al lector no le importa nada lo que yo pienso de la vida... ?Tampoco es que yo tenga muchas cosas que contar!
P. Hay quien sostiene que la vida de los escritores es especialmente aburrida...
R. Pues s¨ª, claro, salvo si perteneces a esa raza de escritores que, para narrar, necesitan alimentarse de una vida desmesurada, como Malraux o Hemingway. Pero por lo general... Adem¨¢s, todo esto tiene que ver con el espacio de libertad de la novela del que habl¨¢bamos antes. Nuestra sociedad se vuelca mucho sobre el ego, vemos todos los d¨ªas a cantantes, actores, escritores o pol¨ªticos que nos cuentan sus recuerdos de vacaciones como si importaran a alguien... La novela propone justamente algo diferente: alguien nos habla, pero a trav¨¦s de la ficci¨®n. Es una mirada sobre el mundo, no sobre m¨ª.
P. ?Y por qu¨¦ esa fascinaci¨®n por Italia?
R. No lo s¨¦. Adoro Italia, la conozco bien. He vivido temporadas en el sur. Pero eso no basta para explicarlo. Adoro tambi¨¦n Par¨ªs, soy parisiense, pero no podr¨ªa escribir sobre Par¨ªs. Y no me pregunte por qu¨¦.
P. ?Por qu¨¦?
R. Yo no lo elijo. Supongo que me hace falta distancia para contar determinadas cosas. O me hace falta no saber demasiado de ellas. En Italia, me siento en la terraza de un caf¨¦, me pongo a mirar y a escuchar a la gente y me entran ganas de escribir...
P. ?Y en Par¨ªs no?
R. No. Tal vez porque estoy muy ligado. Es mi vida. No mis libros.
P. Con
El sol de los Scorta vivi¨® un ¨¦xito impresionante. ?Lo esperaba?
R. Claro que no. Ten¨ªa 32 a?os. Fue una aut¨¦ntica sorpresa (r¨ªe). Me dio mucha alegr¨ªa y una gran libertad.
P. ?Y no le dio miedo ponerse a escribir la siguiente novela despu¨¦s?
R. Hombre, hab¨ªa cierta presi¨®n. Pero me puse a trabajar y, francamente, no encontr¨¦ mucha diferencia: el trabajo era el de siempre. Lo que fue un poco diferente fue que cuando sali¨® el libro sali¨®. Era Eldorado, y no hubo ninguna locura maravillosa, como la anterior. Eso no pasar¨¢ m¨¢s. Es un poquito duro admitirlo (r¨ªe de nuevo). Y eso que el libro funcion¨® muy bien. Aunque, claro, no como El sol de los Scorta, pero es que ese libro fue un regalo, no la vida normal.
La puerta de los infiernos. Laurent Gaud¨¦. Traducci¨®n de Teresa Clavel. Salamandra. Barcelona, 2009. 256 p¨¢ginas. 15 euros.
![Los protagonistas de <i>La puerta de los infiernos,</i> la quinta novela de Laurent Gaud¨¦, esconden "algo que va m¨¢s all¨¢ de la normalidad, algo de locura pero tambi¨¦n de ¨¦pica".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2YIC6QLJSJWJ7ZFMJRRLNPDHVM.jpg?auth=2e2329e046a23ad659c2147d7a42ab7fe2190a321331e9185a5a0a13941dd8cc&width=414)
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