La eficiencia de las veguer¨ªas

No es la primera vez en los ¨²ltimos meses que me refiero en estas p¨¢ginas al concepto de eficiencia con relaci¨®n a temas pol¨ªticos y, tal vez, es necesario que haga una introducci¨®n del porqu¨¦ de mi insistencia. El t¨¦rmino "eficiencia" surge del lenguaje econ¨®mico y, a veces, se confunde en el lenguaje corriente con el de "eficacia". Ser eficaz significa ser capaz de conseguir los resultados deseados. Ser eficiente significa conseguir los resultados deseados, con la utilizaci¨®n del m¨ªnimo de recursos posibles. La eficiencia es m¨¢s valiosa que la eficacia. Es m¨¢s f¨¢cil hacer una casa funcional y bonita si no hay limitaciones de presupuesto, que si adem¨¢s se requiere un presupuesto ajustado.

No he presenciado ni le¨ªdo ning¨²n debate serio respecto a la posible mejora de eficiencia del nuevo modelo sobre el actual

Pongo otro ejemplo del que se oir¨¢ hablar mucho en los pr¨®ximos a?os. Conseguir que poniendo gasolina en un veh¨ªculo, acabe corriendo y subiendo monta?as es algo que aunque parezca natural ha supuesto much¨ªsimos desarrollos cient¨ªficos y tecnol¨®gicos durante todo un siglo. Las tecnolog¨ªas del autom¨®vil son de una gran eficacia. Pero en su dise?o no se introdujeron criterios de eficiencia, seguramente porque cuando se dise?aron los actuales, el petr¨®leo era muy abundante y muy barato. Hoy d¨ªa esta situaci¨®n ha cambiado y nos vemos obligados a utilizar nuevas tecnolog¨ªas m¨¢s eficientes, es decir, que consigan los mismos objetivos con menos gasto de recursos.

Mi preocupaci¨®n viene derivada de la impresi¨®n que tengo de que la eficiencia es un concepto que no ha calado suficientemente, por ahora, en el sector p¨²blico ya que nadie se siente responsable de los recursos. No pienso s¨®lo en las administraciones, sino tambi¨¦n en los servicios p¨²blicos. La sanidad p¨²blica en general, puede compararse en cuanto a calidad con la privada, pero es mucho menos eficiente en la utilizaci¨®n de recursos cl¨ªnicos o farmac¨¦uticos. Muchas de las televisiones p¨²blicas superan, creo yo, en calidad a las privadas, pero con un nivel superior de costes que no est¨¢ justificado por la diferencia de calidad. Podr¨ªa seguir con otros ejemplos, pero quiero centrarme en lo que son las administraciones p¨²blicas en s¨ª mismas y en sus servicios.

En este caso, la eficiencia es m¨¢s dif¨ªcil de medir, ya que tanto costes como resultados son mucho m¨¢s dif¨ªciles de expresar en t¨¦rminos puramente econ¨®micos. Pero no por ello la eficiencia puede ser obviada. No hay que olvidar que un pa¨ªs competitivo es antes un pa¨ªs eficiente, y que esto no significa solamente empresas eficientes sino tambi¨¦n educaci¨®n, justicia, sanidad, y Administraci¨®n eficientes.

Todo ello viene a cuento de la sensaci¨®n que he tenido observando el debate sobre el posible cambio de ordenaci¨®n territorial en Catalu?a. Independientemente del grado de importancia que cada uno pueda tribuir a este tema, parto de la base de la legitimidad y la conveniencia de que se plantee. Pero mi preocupaci¨®n est¨¢ en los t¨¦rminos del debate, ya que se han planteado muchas discusiones sobre el n¨²mero, la naturaleza, las fronteras, la capitalidad y otros aspectos muy comprensibles, pero no he presenciado ni le¨ªdo ning¨²n debate serio respecto a la posible mejora de eficiencia del nuevo modelo sobre el actual, ni sobre las ventajas o inconvenientes, en este aspecto, de las posibles alternativas.

No creo que exista una memoria aneja a la propuesta en la que se detallen las mejoras de servicios o las reducciones de recursos que supondr¨ªa. No digo que ¨¦stos hayan de ser los ¨²nicos motivos para defender o para oponerse al cambio, pues hay razones de tipo pol¨ªtico e hist¨®rico, algunas de las cuales comparto. Pero no podemos obviar que el motivo fundamental de la Administraci¨®n (?y de la pol¨ªtica, no lo olvidemos!) es el servicio al ciudadano y que en toda reforma administrativa debe estar garantizado que se hace para mejorarlo.

Lo grave de la ausencia de este planteamiento es que hace que se convierta en f¨¢cil y extendida la cr¨ªtica de que se trata de seguir prestando los mismos servicios con otros nombres, con m¨¢s niveles administrativos, con m¨¢s funcionarios y con m¨¢s pol¨ªticos. Y esta cr¨ªtica s¨®lo se puede rebatir con cifras y con datos que, si se tienen, no se han exhibido por parte de ninguno. Luego nos haremos preguntas sobre la actitud ciudadana frente a la pol¨ªtica...

Joan Maj¨®, ingeniero y ex ministro de Industria.