Carlo Ricci saca rendimiento a la Sinf¨®nica con Schubert
La Orquesta Sinf¨®nica de Galicia obtuvo el viernes un ¨¦xito memorable con Carlo Ricci, uno de los directores que mejor rendimiento logra de la orquesta coru?esa. Fue la suya una monumental versi¨®n de la Sinfon¨ªa n? 8 La Grande, de Schubert. La obra empez¨® grandiosa desde su primer motivo, a cargo de las trompas. El fraseo y control del sonido marcaron la larga introducci¨®n, como muestra de la expresi¨®n y musicalidad que presidir¨ªan toda esta Octava, en una versi¨®n de referencia.
Ricci marc¨® en el primer movimiento unos cambios de tempo que acentuaron el car¨¢cter de la obra, muy en la l¨ªnea de altibajos an¨ªmicos tan frecuentes en Schubert. Tras los cuatro minutos llenos de solemnidad de la introducci¨®n, toda la enorme fuerza del Schubert capaz de llegar a lo m¨¢s alto, su inefable serenidad o la gracia de unos fragmentos casi danzables que Ricci marc¨® con el gesto m¨¢s oportuno y eficaz en cada momento.
La mejor t¨¦cnica
La direcci¨®n de Ricci pasa en su gesto de una precisi¨®n metron¨®mica a un movimiento de batuta que lleva tras de s¨ª a la orquesta por toda la gama din¨¢mica, o a un movimiento de sus rodillas, apenas una flexi¨®n, que invita al baile a cuantos lo oyen. El resto de la obra fue una demostraci¨®n de la mejor t¨¦cnica al servicio de la partitura: la dulzura de los chelos en el andante con moto, la serenidad del Trio en medio de la vivacidad r¨ªtmica del scherzo y la fuerza arrolladora del allegro final.
Elisso Virsaladze hizo una refinada ejecuci¨®n del Concierto de piano n? 3 de Beethoven, todo un contraste con el car¨¢cter ¨ªgneo del anunciado Alexei Volodin, que cay¨® del cartel. La int¨¦rprete y pedagoga rusa, nacida georgiana (Tiflis, 1942), mostr¨® su t¨¦cnica impecable, con una digitaci¨®n limpia y clara, adem¨¢s de un control din¨¢mico de delicada matizaci¨®n perfectamente coordinado con el director.
En su versi¨®n, llena de musicalidad, destaca su elegante fraseo y un hermoso uso del rubato, inapelable por estar lleno de esa l¨®gica elemental de que cada nota debe tener sentido en relaci¨®n con la anterior y la que le sigue. El concierto tuvo un punto culminante de emoci¨®n, tras el di¨¢logo del fagot de Steve Harriswangler y la flauta de M? Jos¨¦ Ortu?o, cuando un crescendo de ¨¦sta viaj¨® de la profunda oscuridad del registro m¨¢s grave de la cuerda al brillo refulgente de un reflejo solar en la plata de su instrumento. Sobrecogedor.
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