El papel de ETA

Del comunicado de ETA conocido ayer se deduce que intenta crear la expectativa de un nuevo proceso negociador al que denomina "proceso democr¨¢tico". No s¨®lo porque sigue consider¨¢ndolo el ¨²nico horizonte que podr¨ªa dar un sentido a tantos a?os de violencia, sino seguramente tambi¨¦n porque lo ve como la forma de detener la fuerte presi¨®n policial y judicial y de contener los efectos disgregadores de esa presi¨®n sobre su entorno.

Tal vez esperaba que al menos los partidos nacionalistas se mostraran receptivos a esa posibilidad y presionaran al Gobierno para que lo intentase de nuevo. Pero lo m¨¢s significativo no es lo que dice el comunicado, sino la firmeza con que los nacionalistas del PNV han respondido a los terroristas que s¨®lo les tomar¨¢n en serio cuando abandonen las armas.

Presionados por los l¨ªderes de Batasuna encarcelados, los jefes de ETA han incorporado expresiones de la ponencia a debate en esa organizaci¨®n (lucha pol¨ªtica, capacidad de propuesta, debate sin injerencias, etc¨¦tera) para acreditar la frase m¨¢s llamativa del papel: "La izquierda abertzale ha hablado, y ETA hace suyas sus palabras". Hay incluso una referencia a la declaraci¨®n de Alsasua, en la que notables de Batasuna se mostraron dispuestos a asumir la declaraci¨®n Mitchell sobre Irlanda, por la que los firmantes se compromet¨ªan a abandonar y entregar las armas.

Pero el escrito de ETA est¨¢ fechado el 31 de diciembre. Con posterioridad a su redacci¨®n se han producido hechos como la captura cerca de la frontera con Portugal de una furgoneta cargada con material para fabricar decenas de bombas. De donde se deduce que la banda considera compatibles los principios Mitchell, la no injerencia en el debate pol¨ªtico y la prioridad de la lucha pol¨ªtica con la colocaci¨®n de decenas de bombas.

En realidad, esto tambi¨¦n lo dice el escrito, aunque de forma m¨¢s barroca, cuando afirma que en su "primera fase" el "proceso" estar¨¢ caracterizado por la lucha que permita "crear las condiciones necesarias": la famosa acumulaci¨®n de fuerzas, es decir, de atentados, que venzan la resistencia de los partidos y gobiernos a negociar. Si ETA hubiera querido decir otra cosa, y concretamente que est¨¢ dispuesta a dejar las armas para que s¨®lo cuenten las razones pol¨ªticas y se pueda discutir sin injerencias ni tutelas de la vanguardia armada, lo habr¨ªa dicho. Pero eso es lo que no ha hecho.