El empleo femenino resiste mejor la crisis
El n¨²mero de hombres en paro supera al de mujeres durante la recesi¨®n
Con un d¨ªa de adelanto, el 5 de enero, los Reyes trajeron una p¨¦sima noticia: m¨¢s de 72.000 hombres engrosaron las listas del paro en diciembre. Mejor fue el mes para las mujeres que buscaban empleo. Su n¨²mero baj¨®, unas 17.000 menos. Las cifras ahondaban en una de las pocas estad¨ªsticas, por no decir la ¨²nica, del mercado laboral en la que los hombres salen peor parados que las mujeres: en Espa?a hay m¨¢s hombres que mujeres buscando un trabajo. Se vea por donde se vea, el paro registrado o la encuesta de poblaci¨®n activa -un term¨®metro mucho m¨¢s ajustado a la realidad laboral-, la crisis y sus nefastas consecuencias sobre el empleo han dado la vuelta a una situaci¨®n que tradicionalmente, desde que la mujer se ha incorporado de forma masiva al mercado de trabajo, era la contraria.
Se han destruido 1,6 millones de empleos desde el verano de 2007
Casi todos eran trabajadores de la construcci¨®n o de la industria
Por cada mujer que ha quedado en paro ha habido 14 hombres
Educaci¨®n, sanidad y servicios sociales son los sectores que mejor aguantan
El 88% de las mujeres empleadas est¨¢n en el sector servicios
Las trabajadoras perciben menos dinero de media por desempleo
No es que el paro no haya crecido entre las mujeres. Lo ha hecho. Pero a un ritmo menor que entre los hombres. En los dos a?os largos que van de crisis, el paro se ha superado los cuatro millones de personas. No s¨®lo ha duplicado su n¨²mero. Ha ido m¨¢s all¨¢. Y la mayor¨ªa pertenecen al g¨¦nero masculino. Son m¨¢s de seis de cada 10 nuevos desempleados.
No hay que escarbar mucho para encontrar la causa de este sorpasso. Las mismas cifras de diciembre sobre el mercado laboral ya dan pistas claras de lo que sucede. La Seguridad Social perdi¨® 60.000 afiliados procedentes de la construcci¨®n, un sector que emplea a hombres casi en exclusiva. "En el mayor aumento del paro masculino, hay un problema sectorial que est¨¢ en la construcci¨®n", explica Valeriano G¨®mez, antiguo secretario general de Empleo.
"Las diferencias de g¨¦nero en la ca¨ªda de la ocupaci¨®n se explican por la naturaleza de la crisis. La destrucci¨®n de empleo se concentra en el sector de la construcci¨®n y en la industria", reza un cap¨ªtulo del Informe Econ¨®mico del Presidente del Gobierno 2009 presentado el pasado diciembre.
La primera vez que se registraron m¨¢s hombres que mujeres en las listas del paro del Ministerio de Trabajo fue hace ahora un a?o, en enero de 2009. Pero la situaci¨®n volvi¨® a invertirse en verano. Justo cuando m¨¢s se dej¨® notar en el mercado laboral las obras del fondo de inversi¨®n local, que en su mayor parte generaron empleo masculino. No en vano el plan ten¨ªa como primer objetivo frenar el desplome del trabajo en la construcci¨®n. Pero conforme se han diluido los efectos de los 8.000 millones que el Gobierno inyect¨® en este plan las cosas han vuelto por donde sol¨ªan.
Desde el verano de 2007, en Espa?a se han destruido m¨¢s de 1,6 millones de empleos, la gran mayor¨ªa de ellos en la construcci¨®n (920.000) y en la industria (512.000). Si se tiene en cuenta la apabullante presencia de los hombres en estos sectores -despu¨¦s de la escabechina de estos m¨¢s de dos a?os, un 92,5% y un 75%, respectivamente- es f¨¢cil entender que son los hombres las mayores v¨ªctimas del desplome.
"Pierde m¨¢s trabajo quien ya lo ten¨ªa antes, y donde lo ten¨ªa", constata Almudena Fontecha, responsable federal de Igualdad de UGT, "s¨ª, los hombres son los que est¨¢n perdiendo el trabajo". No le falta raz¨®n. Los n¨²meros cantan: en estos m¨¢s de dos a?os de hundimiento laboral, por cada mujer que ha perdido su empleo lo han hecho unos 14 hombres.
No obstante, tambi¨¦n es cierto que los sectores que mejor han resistido la recesi¨®n tienen una mayor presencia de mujeres. "La educaci¨®n, la sanidad y los servicios sociales son ramas cada vez m¨¢s feminizadas", recuerda G¨®mez, "y adem¨¢s, los servicios p¨²blicos, que durante la crisis han vivido una expansi¨®n en el empleo, tambi¨¦n tienen una fuerte presencia femenina". Estas palabras se apoyan en datos como los que publicaba la Seguridad Social el pasado 5 de enero. Estos tres sectores que cita el antiguo secretario general de Empleo contaban en conjunto 140.000 afiliados m¨¢s al instituto p¨²blico, un n¨²mero que sumar¨ªa casi 1.300 cotizantes m¨¢s si se a?aden las empleadas de hogar.
Carmen Bravo, secretaria de la Mujer de Comisiones Obreras, comparte la tesis de G¨®mez, pero recuerda que esta mala evoluci¨®n no ha acabado con la primera desigualdad de g¨¦nero que se encuentra en el mercado laboral espa?ol. La tasa de paro femenina sigue siendo m¨¢s alta que la masculina, un 18,16% frente al 17,75%. La diferencia se ha estrechado. Antes de empezar la crisis hab¨ªa cuatro puntos de diferencia. Ahora la distancia es de apenas unas d¨¦cimas, pero no se ha eliminado. Y adem¨¢s, no se ha llegado por la v¨ªa deseable que ser¨ªa la reducci¨®n del paro femenino, sino por el hundimiento del trabajo masculino. ?ste se ha mostrado tan fr¨¢gil como la econom¨ªa espa?ola ante la crisis econ¨®mica y financiera.
La mayor fortaleza de la ocupaci¨®n femenina no ha impedido que el deterioro del mercado laboral ya empiece a hacer mella entre las trabajadoras. Se dio por primera vez entre octubre y diciembre del a?o pasado. En los momentos m¨¢s duros de la Gran Recesi¨®n. Cuando el desplome golpe¨® de lleno a los servicios, el sector en el que trabaja el 88% de mujeres empleadas. Y ya est¨¢ igualando a los dos g¨¦neros. "Cada vez hay m¨¢s destrucci¨®n de empleo femenino. Y en los ¨²ltimos meses la probabilidad de que un hombre pierda su empleo es igual a la de una mujer, algo que no se observaba antes", explica Sara de la Rica, directora del Observatorio Laboral de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada. En su ¨²ltimo informe, esta analista situaba en un 3,8% la posibilidad de que un hombre o una mujer con empleo lo perdieran. A pesar de esto, en el ¨²ltimo trimestre conocido de la EPA se volv¨ªa a generar trabajo femenino.
No obstante, lo evidente es que durante esta crisis el trabajo femenino se ha mostrado resistente. Y ello a pesar de que ellas est¨¢n ocupadas normalmente en trabajos mucho m¨¢s precarios y su relaci¨®n contractual es m¨¢s fr¨¢gil. Basta con observar la temporalidad, la brecha que ha abierto la puerta a la fulgurante destrucci¨®n de empleo. La tasa entre las mujeres es del 27,8%, cuatro puntos superior a la de los hombres.
"Es por la mayor cualificaci¨®n de las mujeres que se incorporan al mercado laboral", analiza De la Rica. Algo que se constata al observar que el n¨²mero de mujeres que participan en el mercado laboral y est¨¢n en posesi¨®n de un t¨ªtulo universitario supera al de hombres.
Pero el aumento del paro entre las mujeres, del que no han escapado (ocho puntos durante la crisis), no ha llegado tanto por la destrucci¨®n de empleo como por su incorporaci¨®n constante a la poblaci¨®n activa (aquellos que est¨¢n en edad y disposici¨®n de trabajar). En la ¨¦poca de expansi¨®n econ¨®mica, el mercado laboral espa?ol experiment¨® un aumento de tama?o considerable, pas¨® de unos 15 millones a m¨¢s de 23. Y en ese salto las mujeres y los inmigrantes han tenido un papel destacado, casi a partes iguales. Las primeras casi duplicaron su n¨²mero hasta llegar a los 10 millones.
Y ese ritmo se ha mantenido hasta entrada la crisis. Espa?a logr¨® el hito de que m¨¢s de la mitad de las mujeres que estaban en edad de trabajar estuvieran en disposici¨®n de hacerlo en el primer trimestre de 2008, y ese dato continu¨® con su tendencia alcista durante un a?o m¨¢s. Hasta ahora, que la tasa de actividad se sit¨²a en el 51,51%. As¨ª, a marchas forzadas, se ha acercado cada vez m¨¢s a las tasas de las grandes potencias europeas como Alemania (53,6%) o Francia (52,3%).
"Hay varios fen¨®menos latentes. Pero el m¨¢s importante es que con la crisis no se ha detenido todav¨ªa la incorporaci¨®n de la mujer al mercado laboral en t¨¦rminos interanuales", explica G¨®mez, quien s¨ª que apunta que en los ¨²ltimos trimestres el fen¨®meno se ha invertido.
Tambi¨¦n Bravo, de CC OO, cree que en la incorporaci¨®n de mujeres al mercado de trabajo en plena recesi¨®n ha desempe?ado un papel importante la inercia anterior. Pero la sindicalista da m¨¢s peso a lo que los acad¨¦micos llaman el trabajador a?adido. ?ste es un fen¨®meno que se da en las familias cuando el cabeza pierde el trabajo, lo que motiva que otros componentes del n¨²cleo que no se han incorporado al mercado laboral se animen a buscar trabajo para compensar as¨ª la p¨¦rdida de ingresos. "Esto ya se produjo en la anterior crisis, sobre todo entre las mujeres mayores de 45 a?os, y ha sido muy importante en ¨¦sta", comenta Bravo.
De la Rica, de Fedea, afirma: "Aqu¨ª muchas mujeres aceptan empleos por debajo de su cualificaci¨®n. Est¨¢n bastante sobrecualificadas. Incluso muchas de ellas aceptan un trabajo peor: o menos remunerado o a tiempo parcial".
Pero que el aumento del paro femenino se deba casi en exclusiva al aumento de la poblaci¨®n activa es una situaci¨®n que puede cambiar si prosigue la sangr¨ªa de la construcci¨®n y los servicios. "Ojal¨¢ se corte pronto, porque si no continuar¨¢ con los servicios", declara Fontecha. Y ah¨ª est¨¢n las mujeres.
Menos paradas, pero menos protegidas
Que haya menos mujeres en paro no quiere decir que ellas est¨¦n mejor protegidas contra el desempleo. Seg¨²n el Ministerio de Trabajo, el n¨²mero de parados que percibe prestaci¨®n (1,4 millones) supera al de paradas en 400.000 personas. Esto se traduce en un n¨²mero mayor de mujeres que no perciben prestaci¨®n o subsidio alguno del Ministerio de Trabajo, pese a que ellas apenas son 100.000 menos en las listas del paro registrado.
No es el ¨²nico dato que apuntala la desigualdad. Tambi¨¦n aparece ¨¦sta cuando se observa la cuant¨ªa que perciben los parados. Hasta el pasado octubre, los hombres percib¨ªan una media de 29,3 euros al d¨ªa frente a los 24,8 de las mujeres. Esta diferencia proviene de una de las desigualdades m¨¢s conocidas del mercado laboral: el menor salario medio femenino.
La ¨²ltima encuesta de estructura salarial publicada por el INE, referente a 2007, refleja que las mujeres perciben un sueldo medio al a?o de unos 17.000 euros; el de los hombres se acerca a los 23.000. La consecuencia es una menor cotizaci¨®n por desempleo y menores prestaciones cuando se quedan sin empleo.
La otra brecha que separa a ambos g¨¦neros es la duraci¨®n de las prestaciones. Aunque la separaci¨®n no es tanta como en los otros supuestos: son 445 d¨ªas en el caso de los hombres y 438 en el de las mujeres.
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