La soga en casa del ahorcado
Los viejos partidos de clase o confesionales contaban de forma casi exclusiva con las cuotas y las horas de trabajo gratuito de los militantes para mantener las sedes, organizar los m¨ªtines, costear la prensa y pagar las campa?as. Pero la din¨¢mica democr¨¢tica ha convertido a esas asociaciones voluntarias en las verdaderas operadoras del sistema pol¨ªtico, situadas en un limbo constitucional equidistante del Estado y de la Sociedad Civil. Los partidos reciben ahora sustanciosos fondos presupuestarios para sus gastos electorales y de funcionamiento; los miles de cargos electos de las diversas Administraciones, designados en la pr¨¢ctica por las direcciones partidistas, son un yacimiento de empleo y de patrocinio controlado por la c¨²pula de unas organizaciones fuertemente jerarquizadas.
Rajoy predica en el feudo de Jaume Matas el C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas del PP
Pese a que la propaganda electoral en los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos sea gratuita, las campa?as publicitarias rompen el techo m¨¢ximo de gastos legalmente autorizado. La manifestaci¨®n primigenia de la corrupci¨®n pol¨ªtica en las democracias modernas es precisamente la financiaci¨®n irregular de los partidos, que reciben por debajo de la mesa el dinero necesario para satisfacer su bulimia monetaria a cambio de favores.
La capacidad de gasto conspicuo de los partidos no tiene l¨ªmites. Los tiempos muertos entre elecciones est¨¢n cubiertos por una proliferaci¨®n de caros y vistosos congresos y convenciones. Aumenta as¨ª el d¨¦ficit de la tesorer¨ªa partidista; y tambi¨¦n se ampl¨ªan los espacios disponibles para la invasi¨®n del ¨¢mbito p¨²blico por la iniciativa privada y de las motivaciones altruistas por el af¨¢n de lucro. El caso G¨¹rtel ha mostrado c¨®mo esos espect¨¢culos pol¨ªtico-circenses -con sus infladas facturas de azafatas, claques, acarreos, alfombras rojas, charangas y banderas al viento- subarrendados por los partidos o por las administraciones p¨²blicas bajo su control a empresas privadas suelen a?adir la estafa al despilfarro.
La XV Interparlamentaria del PP celebrada en Palma de Mallorca el pasado fin de semana pertenece a ese g¨¦nero de encuentros p¨²blico-festivos organizados para mantener viva la movilizaci¨®n de los votantes y para ocupar los titulares de los medios de comunicaci¨®n en los fines de semana de las temporadas bajas. Cualquier asunto es bueno para nutrir la agenda de esos superfluos acontecimientos: por ejemplo, un reciente sondeo realizado en Andaluc¨ªa, que sit¨²a al PP casi dos puntos por encima del PSOE tras casi 30 a?os de ininterrumpida hegemon¨ªa socialista, sirvi¨® a los dirigentes populares para elevar la moral de sus militantes como irrefutable prueba del nueve del supuesto vuelco irreversible producido en la opini¨®n p¨²blica espa?ola.
La amenazadora propuesta avanzada por el Ayuntamiento de Vic (gobernado por CiU, PSC y ERC) para excluir del padr¨®n municipal a los inmigrantes que carezcan de permisos de residencia y de trabajo en Espa?a tambi¨¦n fue mencionada en su discurso de cierre de la XV Interparlamentaria del PP; el acuse de recibo de Rajoy son¨® de manera inquietante, pero la oscuridad y la imprecisi¨®n de sus t¨¦rminos impiden conocer hasta qu¨¦ punto el l¨ªder del PP avala la brutal medida -como a primera vista parece- del Ayuntamiento de Vic para excluir a los inmigrantes irregulares de los servicios p¨²blicos de salud y educaci¨®n.
No parece, en cualquier caso, que los planificadores del programa de eventos pol¨ªtico-medi¨¢tico del calendario del PP hayan acertado al elegir como escenario de la XV Interparlamentaria una comunidad batida por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n desde la presidencia de Gabriel Ca?ellas hasta la reciente etapa de Jaume Matas, el ¨²ltimo presidente del PP implicado en el esc¨¢ndalo del Palma Arena e investigado judicialmente por la compra personal de un palacete. Parece una provocaci¨®n o una broma de mal gusto que a las dos semanas de promulgaci¨®n del C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas del PP, sedicentemente dictado para vigilar "el digno ejercicio de la actividad pol¨ªtica" dado que "no es posible exigir regeneraci¨®n a los dem¨¢s si previamente no se asume un compromiso de autoexigencia", Rajoy haya comparecido en Palma como el nuevo Mois¨¦s de la ¨¦tica pol¨ªtica. ?No es una temeridad o un descaro haber mencionado la soga en la casa del ahorcado sin concretar siquiera su apellido y defender a rengl¨®n seguido la presunci¨®n de su inocencia?
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