La juez dispone ya de las pruebas decisivas sobre el espionaje a Cobo
La polic¨ªa recibe la lista de nuevas ubicaciones telef¨®nicas de los esp¨ªas
Un a?o despu¨¦s de que este diario destapara el espionaje pol¨ªtico por agentes del Gobierno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP), a dirigentes de su partido afines a Mariano Rajoy, la juez del caso tiene a su alcance dos pruebas que pueden resultar definitivas para el esclarecimiento de los hechos. Telef¨®nica ha remitido a la juez los listados sobre el posicionamiento en abril de 2008 de los tel¨¦fonos m¨®viles de ocho subordinados del consejero de Interior, Francisco Granados, sospechosos de los seguimientos a Alfredo Prada, ex vicepresidente auton¨®mico al que destituy¨® Aguirre semanas despu¨¦s del espionaje, y al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo.
La inminente petici¨®n de imputaci¨®n por la Fiscal¨ªa contra Jos¨¦ Manuel Pinto, agente identificado por una doble prueba pericial contratada por este diario como autor de las notas manuscritas de los partes del espionaje, puede cerrar el c¨ªrculo. La juez s¨®lo ha pedido de momento informes grafol¨®gicos de los tres ex guardias civiles que hicieron los seguimientos -y de quien presuntamente se los orden¨®, su ex director general Sergio Gam¨®n-, pero no escribieron sobre los partes. Esos informes han dado negativo.
El grupo acusado de espiar ha sido desmantelado. Nadie "contravigila" ya
Pinto y Palomo est¨¢n de baja desde que estall¨® el caso hace un a?o
Un a?o despu¨¦s del esc¨¢ndalo, Aguirre no ha destituido a nadie, a pesar de que anunci¨® medidas en¨¦rgicas si se demostrase que alguien espi¨® desde su Gobierno. El informe de la polic¨ªa sobre los posicionamientos telef¨®nicos lo prob¨® ya meses atr¨¢s. Los rastros de los m¨®viles de los esp¨ªas, correspondientes a mayo de 2008, evidenciaron que tres ex guardias civiles, acompa?ados por al menos tres ex polic¨ªas, todos asesores o cargos de confianza de Granados y Gam¨®n, estuvieron vigilando al minuto cada paso p¨²blico y privado que daba Prada.
La ubicaci¨®n de sus tel¨¦fonos coincid¨ªan al 100% con la ruta que dibujaban los esp¨ªas en sus partes mecanografiados de los seguimientos. Los tres ex guardias confesaron a la juez, acusados de malversaci¨®n, lo que su consejero y su ex director negaron hasta la saciedad: hab¨ªan seguido a Prada durante semanas, incluidos sus desplazamientos a Chinch¨®n y Brea de Tajo. Reconocieron que mintieron a la polic¨ªa en su declaraci¨®n inicial. Y para demostrar que ahora s¨ª dec¨ªan la verdad aclararon que tales seguimientos se los orden¨® Gam¨®n -imputado-, aunque alegaron que eran contravigilancias, no espionaje.
Pero Gam¨®n, al ser interrogado les desminti¨®, y les dej¨® sin coartada jur¨ªdica. Neg¨® que les hubiera ordenado seguir a Prada y que su departamento tuviera competencias para realizar contravigilancias. En suma, sus agentes habr¨ªan practicado tal seguimiento ilegal por su cuenta. Esto ha causado un hondo malestar en los ex guardias que, seg¨²n diversas fuentes, confiesan a sus ¨ªntimos que se sienten traicionados por su jefe tras cumplir sus ¨®rdenes. Y, adem¨¢s, en fuentes de la investigaci¨®n se da por hecho que el delito de malversaci¨®n, si no se prueba que recibieron ¨®rdenes, podr¨ªa recaer s¨®lo en ellos por dedicar su jornada oficial a actividades ajenas a su labor legal. Gam¨®n no s¨®lo desminti¨® a sus subordinados, sino a su consejero, Granados, que ven¨ªa diciendo que las contravigilancias eran una pr¨¢ctica legal heredada, algo desmentido por sus funcionarios y antecesores en el cargo.
Los expertos policiales consultados por EL PA?S coinciden en que es imposible una contravigilancia legal como la practicada un mes o dos sobre Prada: sin alertar a su escolta ni al protegido, sin competencias legales, lejos de su despacho y casa, sin armas...Mientras llega el an¨¢lisis policial encargado por la juez sobre los datos telef¨®nicos de abril de 2008, clave para probar el espionaje al vicealcalde Manuel Cobo que reflejan los partes, o la pericial a Pinto, una realidad ya ha cambiado en la Consejer¨ªa de Interior: su presunto aparato de espionaje se ha desmantelado. Su cabeza visible, Gam¨®n, anda en labores tan desconocidas para sus compa?eros de consejer¨ªa como bien remuneradas, con un equipo del que todav¨ªa cuelgan dos de sus fichajes, los ex polic¨ªas Bel¨¦n Espartero y Roberto Casielles, los ¨²nicos del n¨²cleo investigado por espionaje que siguen disponiendo de autonom¨ªa y no est¨¢n encuadrados en tareas transparentes en la estructura oficial. El ex n¨²mero dos de Gam¨®n, Miguel Casta?o, cuyo m¨®vil aparec¨ªa en seguimientos a Prada, sigue en igual puesto con el hoy director general, Enrique Bar¨®n. Un cuarto polic¨ªa que sol¨ªa participar en los marcajes, Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez, regres¨® al cuerpo tras saltar el esc¨¢ndalo. Los tres ex guardias civiles que siguieron a Prada hoy elaboran planes de seguridad para entidades auton¨®micas.
Y Pinto y su inseparable compa?ero Jos¨¦ Palomo, ambos investigados por la juez, est¨¢n supuestamente de baja desde que se destap¨® el esc¨¢ndalo. Granados ha declinado precisar a este diario la situaci¨®n y labor de estos dos agentes por entender que se trata de asuntos personales.
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