Protesta en el CIE tras una supuesta agresi¨®n a un interno
Varios de los inmigrantes residentes en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche iniciaron la semana pasada una huelga de hambre, seg¨²n una decena de testimonios de familiares recogidos ayer a las puertas del centro. El motivo, aseguran, fue la denuncia del colombiano Rodolfo Alberto Grisales Hern¨¢ndez de que unos polic¨ªas le hab¨ªan roto dos dedos de la mano derecha el 13 de enero, tras negarse a estampar sus huellas en un documento.
Una portavoz de la Jefatura Superior de Polic¨ªa neg¨® la supuesta agresi¨®n y asegur¨® que Grisales intent¨® escapar por lo que un funcionario le retuvo con una llave. La huelga de hambre, seg¨²n su versi¨®n, se limit¨® a la negativa de los internos a tomar el desayuno el d¨ªa 14, la jornada siguiente al supuesto ataque. La causa no ser¨ªa la agresi¨®n al interno, sino protestar porque no se les hab¨ªan devuelto las pertenencias que llevaban en el avi¨®n que les iba a repatriar y que no sali¨® por haberse resistido a bordo de la aeronave.
Grisales ha denunciado ante el juez la presunta agresi¨®n.
La supuesta agresi¨®n que denunci¨® Grisales ante un juzgado de Madrid ocurri¨® el pasado d¨ªa 13 de enero y quienes le golpearon, incluido "un pu?o en la cara y muchas patadas en la pierna izquierda", fueron tres polic¨ªas nacionales de un grupo de la Brigada de Documentaci¨®n y Extranjer¨ªa. Grisales sigue en el centro y recibi¨® la visita el mismo viernes de un empleado de su embajada, seg¨²n la polic¨ªa.
Sus compa?eros en el CIE iniciaron una huelga por la agresi¨®n, seg¨²n una decena de testimonios de familiares. Al plante le sigui¨® una pelea entre internos marroqu¨ªes y subsaharianos que concluy¨® con un castigo: se cancelaron todas las visitas del pasado domingo.
La historia que relata Marta Leonor, la abogada de Grisales, es que su defendido fue a un centro comercial a principios de enero para cambiar una chaqueta. Los dependientes, al ver que no ten¨ªa el recibo de compra, llamaron a la polic¨ªa. Despu¨¦s le llevaron al Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche. Una vez all¨ª, seg¨²n su relato, le llamaron tres polic¨ªas de civil para rellenar unos datos y fijar sus huellas dactilares. ?l se opuso y pidi¨® la presencia de su abogada. Entonces comenz¨® la supuesta agresi¨®n. Una violencia que el afectado relata as¨ª en su denuncia: "Me dijeron que si no pon¨ªa la huella por las buenas lo har¨ªa por las malas aunque me tuviera que partir los dedos y, de hecho, me parti¨® dos dedos de la mano derecha y me dieron un sinn¨²mero de patadas entre los dos en la pierna izquierda".
En la denuncia adjunta un parte m¨¦dico de urgencias del hospital 12 de Octubre. All¨ª se especifica que "acude por dolor en mano derecha y rodilla izquierda y a nivel cervical por una agresi¨®n, seg¨²n refiere". Luego es m¨¢s preciso y certifica "tumefacci¨®n y rubor en dorso de la mano derecha con dolor a la palpaci¨®n en el segundo, tercero y cuarto metacarpiano". Tambi¨¦n refleja una "limitaci¨®n en la flexi¨®n de los dedos del 50%". La radiograf¨ªa revela s¨®lo una fractura en el dedo ¨ªndice, "de probable etiolog¨ªa antigua", es decir, provocada antes de la presunta agresi¨®n. El hombre abandon¨® el hospital con la mano y la rodilla vendadas, y tratamiento para el dolor. Ayer mismo, un abogado del consulado colombiano transmiti¨® una petici¨®n al Defensor del Pueblo para que investigue. La instituci¨®n, una vez recibida la carta, inicia sus pesquisas de manera autom¨¢tica.
En el CIE, algunos internos se manten¨ªan en huelga, seg¨²n familiares, aunque la mayor¨ªa ya hab¨ªa vuelto a su rutina normal. Desde el 1 de enero, asegura la polic¨ªa, el centro est¨¢ abierto a las ONG y Cruz Roja. Los internos reciben la visita de abogados y asistentes sociales, adem¨¢s de tener un juez asignado. Los visitantes que entran tras esperas de m¨¢s de una hora hablaban de Grisales: "Ah¨ª dentro dicen que est¨¢n en huelga porque a un tipo le rompieron dos dedos la semana pasada".
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