"Denme la oportunidad"
Empresario multimillonario y pol¨ªtico tenaz, Sebasti¨¢n Pi?era, presidente electo de Chile, ha edificado su vida en torno a la vertiginosa idea de aprovechar la oportunidad. Eso es lo que pidi¨® a los votantes y la mayor¨ªa se lo acept¨®. El 11 de marzo relevar¨¢ a la socialista Bachelet
Hay alg¨²n chileno en la clase?", pregunt¨® un profesor de Harvard el primer d¨ªa de curso. El alumno que respondi¨® afirmativamente no ten¨ªa ni idea de lo que quer¨ªa el catedr¨¢tico. ?Una forma de romper el hielo tal vez? Pronto sali¨® de dudas. "Ha habido un golpe de Estado en su pa¨ªs", le explic¨® el docente. Era el 11 de septiembre de 1973, y Sebasti¨¢n Pi?era abandon¨® el aula sin saber qu¨¦ hacer. Ni Internet, ni globalizaci¨®n, ni canales de noticias 24 horas. S¨®lo datos escuetos en los noticieros. Pi?era tom¨® entonces una decisi¨®n: telefone¨® a Chile a Cecilia Morel, su novia..., y le propuso matrimonio. A?os despu¨¦s asegur¨® que le pareci¨® una buena oportunidad. Se casaron en diciembre de ese a?o y ella sali¨® de Chile con destino a Estados Unidos.
El futuro jefe del Estado chileno niega que vaya a llamar al poder a simpatizantes de la dictadura pinochetista
Sus empresas le plantean situaciones delicadas. Ahora est¨¢ en plena cesi¨®n de la gesti¨®n de sus negocios
Oportunidad es una palabra constante en la vida de este empresario y pol¨ªtico de 60 a?os que el pr¨®ximo 11 de marzo se convertir¨¢ en el nuevo presidente de Chile, el primero de derechas desde que en 1958 Jorge Alessandri derrotara, tambi¨¦n en las urnas, al democristiano Eduardo Frei Montalva, el padre de su rival en estas elecciones, y al socialista Salvador Allende. "Denme una oportunidad" ha sido una de las reiteradas peticiones que Pi?era ha hecho al electorado hasta el mismo d¨ªa de las votaciones. "Chile tiene que aprovechar sus oportunidades" es una de sus frases m¨¢s repetidas. Porque en la visi¨®n vital de Pi?era, la vida est¨¢ compuesta de oportunidades, y lo importante es saber aprovecharlas.
As¨ª, durante toda su vida, el l¨ªder de Renovaci¨®n Nacional ha optado por tomar decisiones que a muchos les parec¨ªan saltos en el vac¨ªo, pero donde ¨¦l ha visto lo que hab¨ªa al otro lado. Lo ha hecho en todos los niveles; el personal, el pol¨ªtico y el empresarial. Por ejemplo, en 1980, con s¨®lo 31 a?os, era el gerente general del banco Citicorp, una filial del Citibank estadounidense. Imponiendo su criterio a colaboradores mucho m¨¢s veteranos, consigui¨® convertir la estructura de la empresa en un importante banco de inversiones. En 1987, contra la opini¨®n de muchos economistas que afirmaban que el momento no era el adecuado, cre¨® una entidad que se convertir¨ªa en el mayor emisor de tarjetas de cr¨¦dito de Suram¨¦rica. Y en 1994 entr¨® en la L¨ªnea A¨¦rea Nacional (LAN), compa?¨ªa que llegar¨ªa a controlar en pocos a?os y a convertir, con filiales en Per¨², Ecuador y Argentina, en el mayor operador de vuelos dom¨¦sticos de la regi¨®n.
Despu¨¦s, una escalada ininterrumpida hasta acumular una fortuna. S¨®lo su participaci¨®n en LAN est¨¢ valorada en m¨¢s de 1.500 millones de d¨®lares. Adem¨¢s, posee canales de televisi¨®n, equipos de f¨²tbol... No hab¨ªan pasado 48 horas de su triunfo cuando se reuni¨® con los jugadores del Colo-Colo, de su propiedad, y les dijo que eran "el mejor equipo del mundo". Pi?era es seguidor declarado del Universidad de Chile. En suma, oportunidades. "Esa forma de pensar asusta un poco a un sector de la poblaci¨®n", explica el director de prensa de Radio ADN, Christian Fuenzalida. "Siempre puede decir: 'Si yo he sido capaz de llegar solo, ?por qu¨¦ los dem¨¢s no?", a?ade.
Su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo considera al presidente electo como impulsivo y persistente, cualidades ambas que constituyen un arma de doble filo cuando se ocupa un cargo en el cual toda la iniciativa legislativa no recae en el Congreso, sino sobre el presidente de la Rep¨²blica. Y, adem¨¢s, en un panorama pol¨ªtico en el cual el llamado sistema binominal condena a todas las fuerzas pol¨ªticas a la negociaci¨®n. El binominalismo consiste en que, adem¨¢s de los votos obtenidos por cada candidato en las elecciones al Congreso -hay dos esca?os por circunscripci¨®n y la votaci¨®n es nominal-, es necesario conseguir un determinado porcentaje de votos para que una sola formaci¨®n pol¨ªtica obtenga los dos esca?os. El resultado suele derivar en el reparto de esca?os entre los dos partidos mayoritarios y en que algunos candidatos con menos sufragios resulten elegidos en detrimento de otros que han sido m¨¢s votados por los electores.
El centroizquierda lo considera la gran reforma pendiente de la democracia porque es una carga de profundidad del dictador Augusto Pinochet -que encarg¨® personalmente establecerlo- en la Constituci¨®n del pa¨ªs. Y en 20 a?os en el poder la Concertaci¨®n no ha podido tocarlo ?Por qu¨¦? "Porque en Chile, para que una ley sea aprobada, se necesita el 57% de los votos de la C¨¢mara, mientras que el sistema binominal hace que ninguna fuerza pueda tener m¨¢s del 55%", destaca el analista pol¨ªtico Crist¨®bal Aninat. En teor¨ªa, en Chile, el presidente tiene mucho m¨¢s poder que sus hom¨®logos de la regi¨®n, pero necesita de la negociaci¨®n infinitamente m¨¢s.
Pi?era no parece dispuesto a cambiar el sistema binominal, entre otras cosas porque necesitar¨ªa el acuerdo del partido m¨¢s importante de su coalici¨®n y del que tiene mayor representaci¨®n parlamentaria, la Uni¨®n Democr¨¢tica Independiente (UDI), situada a la derecha de la derecha y considerada heredera del pinochetismo. Pi?era necesita a la UDI para gobernar, y de hecho su punto flaco en la campa?a han sido las constantes acusaciones de que iba a poner en el Gobierno a personas relacionadas con la dictadura militar.
El futuro presidente chileno ha negado en todo momento que al Gobierno vuelvan simpatizantes de la dictadura. Es m¨¢s, ha anunciado un Gobierno de unidad. "Es muy probable que ofrezca carteras a miembros de la Concertaci¨®n -la coalici¨®n derrotada-, entre otras razones porque en Chile todo el mundo tiene clar¨ªsimo que hay pol¨ªticas de Estado en las que todos est¨¢n de acuerdo", subraya Fuenzalida. Y la principal fuente de acuerdo es la pol¨ªtica exterior. Antes del verano, Chile deber¨¢ defender ante el Tribunal de La Haya una demanda contra una modificaci¨®n unilateral hecha por el Parlamento peruano de sus aguas territoriales, que, en opini¨®n chilena, se apropia de miles de kil¨®metros de aguas chilenas muy ricas en pesca. Pi?era considera que no es bueno cambiar al equipo que lleva un tema sobre el que en Chile hay unanimidad total.
Adem¨¢s, en la sociedad chilena aumenta la sensaci¨®n de aislamiento respecto a sus vecinos. "Pi?era ser¨ªa muy inteligente si tratara de que Chile jugara un papel semejante a Noruega, un referente de arbitraje, pero lo cierto es que hoy por hoy somos m¨¢s como el Israel de Am¨¦rica Latina", reconoce Aninat. Por tanto, es muy probable que si Pi?era no ofrece Exteriores al hasta hace unos meses ministro, el dem¨®crata-cristiano Eduardo Foxley, lo haga a alguno de los altos responsables actuales del ministerio. Y en unas semanas acudir¨¢ junto a la actual presidenta chilena a la reuni¨®n que celebrar¨¢ en Canc¨²n el Grupo de R¨ªo.
Pero han bastado 72 horas para que Pi?era viva en primera persona c¨®mo se est¨¢ jugando el reparto de poder ideol¨®gico en Suram¨¦rica. Ante la prensa extranjera, el presidente electo dijo que el modelo de Chile no es el de Venezuela y cit¨® temas como la libertad de expresi¨®n. Y Ch¨¢vez, que no rehuye la confrontaci¨®n dial¨¦ctica, ya ha empezado a mandar recados al futuro inquilino de La Moneda sin esperar a que ¨¦ste ocupe el cargo. "Que no se meta con nosotros el nuevo Gobierno de Chile", ha advertido el l¨ªder bolivariano, quien, adem¨¢s, ha pedido que Chile no se convierta "en otra plataforma de ataque contra Venezuela". A nadie se le escapa que Chile est¨¢ en rumbo de colisi¨®n con el presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez. De hecho, ya lo estaba desde que la socialista Bachelet se opuso a la candidatura venezolana a un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU en representaci¨®n de Am¨¦rica Latina y apoy¨® a Guatemala.
Ofreciendo ministerios a otras formaciones, Pi?era explotar¨¢ la oportunidad pol¨ªtica que ha vislumbrado tras las elecciones del pasado domingo: la voladura de la Concertaci¨®n, una amalgama de partidos unidos por la resistencia a la dictadura de Pinochet (1973-1990), y una visi¨®n de un Chile democr¨¢tico y moderno. Pero Pinochet lleva muerto desde 2006, la democracia est¨¢ m¨¢s que asentada, como ha quedado demostrado repetidamente, y la modernizaci¨®n de Chile camina a pasos agigantados. Pi?era quiere utilizar el "divide y vencer¨¢s" para atraer a los sectores m¨¢s centristas de la Concertaci¨®n y ampliar la base electoral de su partido. Tiene puesta la vista en la Democracia Cristiana.
Al fin y al cabo, aunque hijo de uno de los fundadores del hist¨®rico partido chileno, nunca lleg¨® a militar en ¨¦l, al considerar que se hab¨ªa quedado desfasado. En 1988, Pinochet celebr¨® un refer¨¦ndum sobre su continuidad en el poder. Pi?era se destac¨® entre los partidarios del no y fue uno de los que financiaron esa campa?a. Los militares tomaron nota y trataron de hundir su carrera pol¨ªtica una vez restablecida la democracia. En 1992, el presidente de un importante canal de televisi¨®n apareci¨® en antena, minutos antes de una entrevista a Pi?era, para anunciar que ten¨ªa unas cintas en las que el entonces precandidato presidencial acordaba con un amigo hundir pol¨ªticamente a una rival dentro del partido, Evelyn Matthei. La conversaci¨®n, que todav¨ªa hoy puede escucharse en Internet (http://www.youtube.com/watch?v=voK9kjqKFeg), mostraba a un pol¨ªtico capaz de todo para apartar a sus rivales. El esc¨¢ndalo fue calificado como el Pi?eragate, y m¨¢s tarde se demostr¨® que el autor de las grabaciones y su filtraci¨®n interesada era el servicio de espionaje militar.
La jugada del Ej¨¦rcito pinochetista tuvo un efecto bumer¨¢n porque desde entonces Pi?era es inmune a las acusaciones de connivencia con la dictadura. "Usted no tiene m¨¢s legitimidad democr¨¢tica que yo", le reproch¨® en el ¨²ltimo debate electoral a su rival, el democristiano Frei. Cuando el dictador fue derrotado en las urnas en 1988, poco tard¨® Pi?era en ver una oportunidad en el mundo pol¨ªtico. En 1989 decidi¨® cruzar el Rubic¨®n y apoyar a un derechista en las presidenciales que decidir¨ªan al primer presidente de Chile despu¨¦s de Pinochet. En mente ten¨ªa ya lanzar una derecha de corte liberal y democr¨¢tico, pero fuera de la Concertaci¨®n. Un movimiento que a muchos les pareci¨® un suicidio que respond¨ªa a las ansias de poder. Ha tardado 20 a?os en demostrar que acert¨®. Y aunque las comparaciones son odiosas, es el mismo tiempo que le cost¨® a Salvador Allende convencer a los chilenos de su proyecto socialista.
Pero en el plan de Pi?era ni siquiera hab¨ªa consenso en su propia familia, dem¨®cratacristiana de toda la vida, con un t¨ªo obispo. Adem¨¢s, uno de sus hermanos, Jos¨¦ Manuel, fue ministro con Pinochet y, de hecho, es el padre del sistema de jubilaciones, muy pol¨¦mico por su car¨¢cter privatizado. Jos¨¦ Manuel no ha salido mucho en la campa?a. En cambio, s¨ª lo ha hecho otro de sus cinco hermanos, Miguel, cantante, empresario nocturno vinculado al mundo de la far¨¢ndula y asiduo de las revistas del coraz¨®n merced a sus parejas, que siempre son modelos. No obstante, en las reuniones familiares la pol¨ªtica no es un tab¨², aunque a veces cause alg¨²n conflicto. Siendo su hermano ministro de Pinochet, fue recibido en el comedor con una pancarta que rezaba: "?Abajo el plan laboral!". Una idea de Pi?era, quien, a pesar de aparecer siempre sonriente y de buen humor, tambi¨¦n ha tenido que dar explicaciones por su comportamiento, y no s¨®lo en las comidas familiares.
Pi?era ha sido multado en varias ocasiones por uso indebido de informaci¨®n privilegiada a la hora de comprar acciones. La cuesti¨®n es si la misma situaci¨®n se puede repetir cuando ocupe el palacio de La Moneda. El empresario tiene 50 d¨ªas para deshacerse de diversos paquetes de acciones a fin de no incurrir en incompatibilidades una vez sea presidente y, adem¨¢s, se encuentra inmerso en un proceso de cesi¨®n de gesti¨®n de sus negocios. Pero, aun as¨ª, se seguir¨¢n produciendo situaciones delicadas, y, de hecho, se est¨¢n produciendo ya. Esta misma semana, Pi?era ha comenzado a deshacerse de acciones y ha provocado una aut¨¦ntica convulsi¨®n en la Bolsa chilena. Las autoridades burs¨¢tiles tuvieron que suspender la cotizaci¨®n de varias de sus empresas cuando los valores de ¨¦stas subieron por encima de los 20 puntos, algo que sucedi¨® el mismo lunes por la ma?ana, pocas horas despu¨¦s de su victoria. "Ojal¨¢ esto termine a la brevedad", se?al¨® el ministro de Hacienda, Andr¨¦s Velasco, para quien Pi?era deber¨ªa haberse deshecho de estas acciones antes de los comicios y no inmediatamente despu¨¦s.
"No me cabe duda de que Pi?era tendr¨¢ conflictos de intereses", declar¨® a EL PA?S su rival, Eduardo Frei, tres d¨ªas antes de las elecciones. Y aqu¨ª s¨ª tiene legitimidad para hablar Frei, quien, a diferencia de Pi?era, abandon¨® totalmente la empresa privada cuando entr¨® en pol¨ªtica. La primera prueba de fuego en este sentido ser¨¢ la nueva ley de televisi¨®n digital que est¨¢ previsto que entre vigor este mismo a?o. Pi?era es due?o de un importante canal anal¨®gico que, naturalmente, quiere expandirse con la nueva tecnolog¨ªa. Una modernizaci¨®n m¨¢s del pa¨ªs, fruto de la gesti¨®n de la Concertaci¨®n, y una herencia que Pi?era no piensa cambiar.
"El mensaje de Pi?era ha sido muy claro: continuidad, s¨ª, pero con eficiencia", apunta Crist¨®bal Aninat. Es muy improbable que Pi?era toque los sistemas de protecci¨®n social instaurados por el socialista Ricardo Lagos, los programa educativos del democristiano Frei o hasta las leyes sobre salud sexual -incluyendo la p¨ªldora del d¨ªa siguiente- impulsadas por la socialista Bachelet. Tampoco dispone de mucho tiempo aunque quisiera hacerlo. La actual Constituci¨®n chilena establece un mandato de cuatro a?os y sin reelecci¨®n, que en la pr¨¢ctica se reducen a dos y medio, porque el a?o y medio restante el pa¨ªs se sume en la siguiente elecci¨®n presidencial. Un periodo muy corto para aplicar pol¨ªticas propias, aunque suficiente para dejar impronta personal en las inercias que llegan de presidentes anteriores. Eso es lo que ha hecho la Concertaci¨®n durante 20 a?os, y por eso Pi?era, que no es Concertaci¨®n, ha prometido un m¨ªnimo de continuidad.
Y aunque muchos pol¨ªticos se declaren en privado a favor de la reelecci¨®n por un segundo mandato de otros cuatro a?os, ninguno quiere proponer en p¨²blico un sistema que en Latinoam¨¦rica se est¨¢ convirtiendo en sin¨®nimo de poner el juego democr¨¢tico contra las cuerdas. As¨ª se explica que ni Lagos, con un 80% de popularidad al final de su mandato, ni Bachelet, quien dejar¨¢ La Moneda con un 83% de aceptaci¨®n, hayan siquiera rozado ese debate. Pero, a diferencia de los anteriores, Pi?era no tiene sucesor en su formaci¨®n. ?Ver¨¢ otra oportunidad y lanzar¨¢ esta reforma? Quienes s¨®lo ven al empresario de ¨¦xito creen que es posible, pero los analistas advierten que no es menos importante el pol¨ªtico experimentado. "Es un hombre que siempre ha sido muy activo en pol¨ªtica. No son serias las comparaciones con Silvio Berlusconi. Tampoco es un Michael Bloomberg", remata Aninat, en referencia al primer ministro italiano y al alcalde de Nueva York, respectivamente. ?Qui¨¦n es Sebastian Pi?era? Entre otras cosas, un hombre que desde hace a?os aspiraba a la presidencia de Chile y ha insistido hasta que ha llegado su oportunidad.
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