?Un cambio de financiaci¨®n o una financiaci¨®n para el cambio?
Ahora que lo queremos todo sostenible, habr¨¢ que empezar por lo que ya no se puede sostener. As¨ª ocurre con un insostenible sistema de financiaci¨®n universitaria que, al fin, se plantea modificar. Hay que saludar con ilusi¨®n, pues, la propuesta que se acaba de presentar, que supone un indudable avance respecto a la situaci¨®n actual. Y habr¨¢ que esperar que la voluntad pol¨ªtica que la anima no naufrague en los presupuestos y que las buenas intenciones de convertir a la universidad en un agente de superaci¨®n de la crisis no sucumban esperando por la recuperaci¨®n.
Todo sistema de financiaci¨®n ha de responder a los objetivos de suficiencia, eficiencia y equidad. Y a ellos trata de atender la nueva propuesta de financiaci¨®n universitaria que, sin embargo, parece decantarse m¨¢s abiertamente hacia los aspectos de equidad, en particular mediante un sistema de becas sensiblemente reforzado (pero sin el correlato de una revisi¨®n m¨¢s ambiciosa de la pol¨ªtica de precios) y con sugestivas innovaciones. Ah¨ª es donde el documento resulta m¨¢s concreto y parece m¨¢s dispuesto a convertir las declaraciones en compromisos, seguramente con el prop¨®sito de superar un retraso que resulte, adem¨¢s, pol¨ªticamente rentable.
La equidad es, sin duda, imprescindible y particularmente en el sistema educativo, pero los objetivos de eficiencia cobran adem¨¢s una singular importancia en un sistema universitario que no parte de cero pero que necesita profundizar las transformaciones, impulsar la calidad, la innovaci¨®n y la excelencia, para transmitir una imagen de "compromiso" de las universidades con la que pedir la "confianza" de la sociedad. Hacen falta m¨¢s recursos, pero hace falta que se dirijan a objetivos de eficiencia, a promover el cambio universitario, a incentivar mejoras en la organizaci¨®n, funcionamiento y resultados, a romper inercias e impulsar pol¨ªticas innovadoras.
En investigaci¨®n y transferencia de conocimiento hay grandes retos y oportunidades que justifican la dotaci¨®n de nuevos recursos y el documento plantea propuestas concretas e innovadoras. En profesorado tambi¨¦n ser¨¢n necesarios recursos adicionales, pero no para consolidar una estructura voraz consumidora de todo incremento, sino para modificar esa estructura, para hacer de la nueva financiaci¨®n un instrumento de correcci¨®n de flagrantes desequilibrios entre ¨¢reas y dedicaciones, para promover m¨¢s audaces pol¨ªticas de movilidad, contrataciones y captaci¨®n de j¨®venes o para modificar una mara?a de complementos que han perdido su funcionalidad.
El desarrollo del Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior demandar¨¢ necesariamente nuevos recursos, que parece tentada a convertir en ahorros una propuesta influida por una filosof¨ªa de "coste cero" que nunca ha sido buena compa?era de las reformas, sin reparar, en cambio, en que una exigente financiaci¨®n constituir¨ªa el mejor instrumento para recomponer un desequilibrio entre oferta y demanda de titulaciones que, pese a los prop¨®sitos del proceso de Bolonia, no solo no se ha corregido sino que se ha ampliado con la complicidad de las administraciones educativas. Y, en fin, la adicional financiaci¨®n universitaria deber¨ªa servir de decidido impulso para las pol¨ªticas que han emprendido las universidades de mejoras docentes. La calidad y las estructuras organizativas, para resolver ineficiencias, problemas y carencias, que es lo que m¨¢s necesitan las universidades, para afrontar pol¨ªticas innovadoras y mejorar no s¨®lo el rendimiento de los "servicios producidos", sino para definir acertadamente los "servicios que se deben producir".
Es en esto ¨¢mbitos, entre otros, donde decisivamente se juega el que me parece el mayor problema y el principal reto universitario: la eficiencia. Porque de no hacerlo as¨ª (como si preocupase m¨¢s la gratuidad del billete de los viajeros que la mejora del servicio de transporte) podr¨ªamos descuidar el indispensable reto de mejorar el funcionamiento y los resultados del servicio universitario y desperdiciar la oportunidad de que un "cambio de financiaci¨®n" se convierta verdaderamente en una "financiaci¨®n para el cambio" universitario.
Juan A. V¨¢zquez es ex presidente de la Conferencia de rectores espa?oles (CRUE).
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