Comienza el juicio a puerta cerrada a un ex esp¨ªa por traici¨®n
El fiscal del caso pide para Roberto Fl¨®rez 12 a?os de prisi¨®n
A finales de los ochenta, un brigada destinado en el Regimiento de Ingenieros de Campamento (Madrid) fue sometido a consejo de guerra por traici¨®n. Se le acusaba de vender informaci¨®n secreta -incluido el plan Ariete, de protecci¨®n de las infraestructuras cr¨ªticas- al espionaje ruso a trav¨¦s de un intermediario belga. El brigada confes¨® de plano durante los tres d¨ªas de interrogatorio al que le sometieron agentes del Centro Superior de Informaci¨®n de la Defensa (Cesid), antecesor del actual CNI. Sin embargo, el tribunal se neg¨® a dar por buena la confesi¨®n, que careci¨® de las m¨ªnimas garant¨ªas, y el brigada s¨®lo pudo ser condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel por tenencia de documentaci¨®n clasificada.
?ste es uno de los escasos antecedentes del juicio que hoy se inicia en la Audiencia de Madrid, donde el ex esp¨ªa Roberto Fl¨®rez hace frente a una petici¨®n fiscal de 12 a?os de c¨¢rcel por traici¨®n. Fl¨®rez habr¨ªa entregado a Petr Melnikov, n¨²mero tres de la Embajada rusa en Madrid entre agosto de 2000 y octubre de 2003, abundante informaci¨®n gravemente comprometedora para la seguridad nacional a cambio del pago de, como m¨ªnimo, 200.000 d¨®lares (unos 150.000 euros).
En la jurisprudencia del Supremo en democracia no figura ninguna sentencia por traici¨®n en sentido estricto; es decir, por revelar informaci¨®n clasificada, susceptible de perjudicar la seguridad nacional, con el prop¨®sito de favorecer a una potencia extranjera. El caso m¨¢s similar es el del coronel Perote, juzgado en 1997 por la sustracci¨®n de los papeles del Cesid sobre la guerra sucia; pero, igual que el brigada, no fue condenado por traici¨®n, sino s¨®lo por revelaci¨®n de secretos. Eso da idea de la dificultad a la que se enfrentan a partir de hoy los tres magistrados de la Secci¨®n Primera de la Audiencia de Madrid.
En lo que s¨ª se parece el caso Fl¨®rez al de Perote es en la celebraci¨®n de ambos juicios a puerta cerrada, sin presencia de p¨²blico ni de medios de comunicaci¨®n. El tribunal ha admitido el argumento del abogado del Estado de que la vista p¨²blica podr¨ªa hacer que trascendiera la documentaci¨®n secreta incorporada al sumario. Ni siquiera a los testigos llamados a declarar se les identifica por su nombre, s¨®lo por su n¨²mero profesional. Con una excepci¨®n: la de Alberto Saiz, quien hasta julio pasado fue director del CNI y en 2005 impuls¨® la investigaci¨®n interna que culmin¨® en julio de 2007 con la detenci¨®n de Fl¨®rez.
Saiz deber¨¢ acreditar ante el tribunal que el ofrecimiento que hizo Fl¨®rez a Melnikov para convertirse en agente doble se consum¨® y que la abundante documentaci¨®n hallada en el registro de su domicilio en Canarias lleg¨® a manos del espionaje ruso. Por si la traici¨®n no llegara a probarse, el abogado del Estado, que representa al CNI, ha pedido como pena alternativa cuatro a?os de c¨¢rcel por descubrimiento y revelaci¨®n de secretos. El mismo delito por el que fueron condenados Perote y el brigada.
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