CiU se lanza a fijar el marco del debate
La grandilocuente apelaci¨®n lanzada el pasado fin de semana por los publicitarios de CiU a enlairar (levantar) Catalu?a es la consecuencia, el corolario inevitable a los tres a?os de creaci¨®n sistem¨¢tica de un clima negativo sobre la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica del pa¨ªs. S¨®lo puede levantarse lo que est¨¢ ca¨ªdo, o yace, y ¨¦sta es la idea madre que la derecha quiere fijar como punto de partida del debate pol¨ªtico en la presente etapa preelectoral.
Es bien cierto que la crisis econ¨®mica crea unas condiciones sociales y un clima de opini¨®n pesimista propicio para que cuajen, primero, los mensajes negativos sobre la situaci¨®n sociopol¨ªtica y la actuaci¨®n del Gobierno de la izquierda y, despu¨¦s, la oferta para levantar el vuelo bajo la gu¨ªa de CiU. Altavoces no les han faltado ni les faltan.
La derecha cree que ha logrado consolidar la idea de que el tripartito de la izquierda es una f¨®rmula negativa o fracasada
Lo l¨®gico en la presente situaci¨®n pol¨ªtica ser¨ªa, sin embargo, que un planteamiento de este tipo tropezara con la puesta en valor de la obra de gobierno a cargo de los partidos de la izquierda, que ofrece un balance m¨¢s que suficiente para ello. Pero no es esto lo que est¨¢ sucediendo, sino m¨¢s bien todo lo contrario. Una de las caracter¨ªsticas del debate p¨²blico catal¨¢n es que los defensores del tripartito pueden contarse con los dedos. Hay defensores de la actuaci¨®n del PSC, los hay de Esquerra y puede encontrarse alguno de Iniciativa-EUiA, pero apenas hay valedores del tripartito.
El tripartito naci¨® con el handicap de no contar con apoyos relevantes en los medios de comunicaci¨®n y esa situaci¨®n se ha mantenido. Sus gobiernos han tenido siempre flancos abiertos aunque no quiera y muchos de ellos nacen del hecho de que los componentes de la coalici¨®n compiten electoralmente entre s¨ª. Esto provoca ataques de la misma forma que la miel atrae a las moscas. Los primeros cr¨ªticos de muchas de las actuaciones de sus miembros se hallan demasiadas veces entre sus aliados. Desde los medios de comunicaci¨®n pueden lanzar pullas y desaires a uno de los partidos y aparentar que no est¨¢n en contra del Gobierno como tal. Pasa una y otra vez. Estos d¨ªas, a ra¨ªz del cementerio de residuos nucleares.
Ya bajo la presidencia de Pasqual Maragall, a la izquierda catalana le toc¨® aprender pronto que sus logros ser¨ªan sistem¨¢ticamente minimizados y, en el mejor de los casos, calificados de insuficientes, fueran los que fueran. Es lo que en la presidencia de Jos¨¦ Montilla ha sucedido con la mejora del sistema de financiaci¨®n y el traspaso del servicio de Cercan¨ªas de Renfe a la Generalitat, por poner dos ¨¦xitos relevantes correspondientes a aspiraciones que ya ven¨ªan de la etapa de gobiernos de CiU.
Podr¨ªa parecer que en esta eatapa de fin de legislatura se tratara de que a la campa?a publicitaria de CiU y los embates conjuntos de la derecha se opusiera una publicidad de signo contrario, dirigida a realzar la actuaci¨®n del tripartito. Pero la cuesti¨®n no es ¨¦sa. No es un asunto de publicidad, sino de concepciones pol¨ªticas y de estrategias, y en estos momentos da toda la impresi¨®n de que se disuelve o flaquea la convicci¨®n con que los tres partidos de la izquierda emprendieron en 2003 su aventura de gobierno conjunto. CiU considera que la caracterizaci¨®n del tripartito de la izquierda como una f¨®rmula negativa o fracasada est¨¢ ya consolidada, se ha convertido en criterio hegem¨®nico en la opini¨®n p¨²blica, y le permite pasar a otra fase, pero la clave radica en que la propia izquierda parece aceptar que esa idea se imponga. Eso es lo que significa, por ejemplo, que el presidente de Esquerra Republicana (ERC), Joan Puigcerc¨®s, sostuviera la semana pasada que su partido pasar¨¢ a la oposici¨®n salvo que sus eventuales socios acepten sus exigencias sobre un refer¨¦ndum de independencia en la pr¨®xima legislatura.
Est¨¢ bastante claro que el refer¨¦ndum de independencia no ser¨¢ aceptado ni por el PSC ni por CiU, pero lo relevante del caso es que el l¨ªder de ERC ha lanzado un envite que significa renunciar al tripartito de la izquierda como f¨®rmula, reventarlo, asumir la posici¨®n de Joan Carretero.
Eso es lo que da fuerza a la campa?a publicitaria de CiU.
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