Hollywood y Sur¨¢frica, historia de un idilio

Invictus, con Morgan Freeman, sobre Nelson Mandela. Desgracia, con John Malkovich, basada en la novela de J. M. Coetzee. District 9, una alegor¨ªa sobre el racismo y la xenofobia. Son tres aclamadas pel¨ªculas basadas en Sur¨¢frica que han llegado a las pantallas en los ¨²ltimos meses de la mano de Hollywood. Y vienen m¨¢s: una biograf¨ªa de la histri¨®nica Winnie Madikizela-Mandela -ex mujer del icono mundial- y Skin, que narra la discriminaci¨®n de una ni?a que nace con rasgos africanos de padres blancos en pleno apartheid. Sur¨¢frica est¨¢ de moda en Hollywood, aunque no viceversa: no son pocos los que en el pa¨ªs critican que los roles protagonistas recaigan en actores estadounidenses cuando no hay carest¨ªa de actores surafricanos que clavar¨ªan el papel -y los acentos-, mientras otros lamentan la aparente incapacidad de la industria local y la falta de apoyo institucional para que sea Sur¨¢frica la que explique su propia historia.

El debate ha arreciado estos d¨ªas al conocerse que el papel de Winnie Mandela va a ser protagonizado por la cantante y actriz estadounidense Jennifer Hudson y que la propia Madikizela-Mandela se opone a una pel¨ªcula biogr¨¢fica para la que no ha sido consultada.El secretario general del sindicato, Oupa Lebogo, abog¨® en rueda de prensa por imponer "una moratoria" a la pel¨ªcula si no se revierte la decisi¨®n. Del debate se ha librado algo la pel¨ªcula Skin, dirigida por el brit¨¢nico Anthony Fabian, que narra la historia de Sandra Laing, una ni?a con claros rasgos africanos nacida de padres blancos. La pel¨ªcula ha tenido buena acogida, tal vez porque la actriz inglesa Sophie Okonedo no opta al papel de madre de la naci¨®n y Sandra Laing y su historia no son mundialmente conocidas.

Las cr¨ªticas coincidieron en el tiempo con el estreno en Sur¨¢frica de Invictus, de Clint Eastwood, basada en el libro de John Carlin El factor humano. Carlin a?ade otra dimensi¨®n al debate: "De haberse utilizado surafricanos como protagonistas, no dudo que hubiera sido una gran pel¨ªcula, pero no hubiera tenido la misma repercusi¨®n mundial. Hubiera sido, quiz¨¢, un ¨¦xito surafricano, un posible ¨¦xito como cult movie fuera del pa¨ªs y punto. Con Freeman y Damon lo que se logra es que una historia que demuestra lo mejor de Sur¨¢frica se conozca en todo el mundo". Nico Dekker, director de Cape Town Film Studios, compa?¨ªa que est¨¢ construyendo una ciudad del cine, recuerda que los inversores quieren ganar dinero: "Su principal objetivo no es explicar historias de importancia cultural y, si lo es, a veces necesitan de una estrella internacional para garantizar una operaci¨®n comercial viable".