Slow Euskadi
Hace poco viaj¨¦ de San Sebasti¨¢n a Bilbao en tren. Sal¨ª de la plaza Easo a las diez y cuarenta y siete de la ma?ana y llegu¨¦ a la estaci¨®n de Atxuri casi a la una y media. Este encabezamiento podr¨ªa servir para abordar, en un tono indignado, el estado de nuestras comunicaciones interurbanas y para reclamar ,entiendo que con raz¨®n, que no se escatimen esfuerzos ni decisiones (a alta velocidad) para aumentar los horarios y frecuencias de los autobuses, desdoblar las v¨ªas de Euskotren y apostar por los semidirectos de cercan¨ªas, no s¨®lo hasta que llegue el TAV (que sabemos que a¨²n va a tardar) sino para asegurarnos mientras llega y despu¨¦s, unos transportes colectivos realmente operativos y dignos de ese nombre.
Pero hoy evoco ese viaje de m¨¢s de dos horas y media en buen plan o como un buen plan, porque la verdad es que fue una delicia. Me llev¨® por lugares por los que me parec¨ªa que nunca hab¨ªa pasado o que no recordaba haber visto jam¨¢s desde aquellos ¨¢ngulos. O lo que es lo mismo, me permiti¨® un forma de aventura en lo conocido, y me actualiz¨® el refrescante pensamiento de que un paisaje, incluso el m¨¢s familiar, encierra por dentro otro distinto, otro nuevo, otro impensado y as¨ª... en una organizaci¨®n como de cajas chinas o de mu?ecas rusas, atesoradas una en el interior de la otra, invitando a la apertura y el descubrimiento. Dado el ritmo (decimon¨®nico) del viaje tuve tiempo adem¨¢s para observarlo y pensarlo todo con cierto detalle, reparando en matices que habitualmente, a la velocidad normal de la vida y sus desplazamientos, pasan inadvertidos.
Y quiero enlazar ahora las virtudes de este slow viaje con el lema promocional "Euskadi, sabor¨¦ala" que el gobierno vasco acaba de presentar y que ha levantado no s¨¦ si pol¨¦mica, pero al menos una evidente divisi¨®n de opiniones. Que el enunciado en cuesti¨®n no tiene nada de original, est¨¢ claro. Tambi¨¦n, que evoca en exceso la_ entiendo que a estas alturas ya saturada_ vertiente gastron¨®mica de nuestra cultura y nuestra imagen. Y sin embargo, con todo y en un sentido muy conectado con el de mi viaje en tren, ese lema me gusta, me parece una m¨¢s que oportuna invitaci¨®n a mirarnos, a mirar hacia nuestro pa¨ªs, despacio.
Porque eso significa saborear, tomarse su tiempo, regalarse la posibilidad del detalle, del matiz; de la comprensi¨®n por esa v¨ªa de que un pa¨ªs encierra dentro de s¨ª otros, de rasgos ins¨®litos, im¨¢genes imprevistas, emociones reci¨¦n estrenadas. Y creo que esa invitaci¨®n a mirarnos lentamente, p¨ªxel a p¨ªxel, es una excelente propuesta para Euskadi. Para esta Euskadi nuestra tantas veces resumida en enunciados a bulto, en retratos hechos a brocha gorda, en visiones tan precipitadas que s¨®lo dan para recoger el estereotipo y luego propagarlo. En "Euskadi sabor¨¦ala" que no es desde luego un lema original, veo sin embargo una invitaci¨®n a mirar a nuestro pa¨ªs originalmente; a conocerlo de una manera lenta y argumentadamente anticonvencional.
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