Declara seis horas el novio de una prostituta forzada a abortar

El vecino de Lugo Alberto P.C. prest¨® declaraci¨®n ayer por la tarde durante unas seis horas ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Lugo, Pilar de Lara. El joven era pareja de una prostituta boliviana de 23 a?os que ejerc¨ªa en el club Queen's y que hace unos d¨ªas denunci¨® que fue obligada por ¨¦ste, y por sus jefes en el burdel, a abortar en penosas condiciones en una cl¨ªnica de la ciudad. Seg¨²n fuentes relacionadas con la Operaci¨®n Carioca, que investiga una trama mafiosa en varios prost¨ªbulos lucenses, Alberto P.C., espa?ol, no deseaba que naciese ese ni?o y ten¨ªa amistad con los proxenetas del local en el que trabajaba la mujer.

Anoche, el hombre segu¨ªa prestando declaraci¨®n, y mientras, en los calabozos del Juzgado, esperaba el ginec¨®logo Carlos Abu¨ªn Mosteiriz, propietario de la cl¨ªnica del centro de Lugo en la que se interrumpi¨® ese embarazo. El m¨¦dico, en realidad, fue el primero en ser llamado a declarar, a partir de las diez de la ma?ana de ayer, pero pasado el mediod¨ªa se encontr¨® indispuesto, fue reconocido por el m¨¦dico forense y termin¨® siendo trasladado a Urgencias en una ambulancia escoltada.

Seg¨²n su abogada, Abu¨ªn, que es "diab¨¦tico, hipertenso, super¨® ya varias anginas de pecho" y tiene 62 a?os, se sinti¨® mal al sufrir una crisis nerviosa, y hasta media tarde no regres¨® del hospital. Entonces, volvi¨® a aguardar en el calabozo. El ginec¨®logo ya ingres¨® en Bonxe en noviembre por orden de esta magistrada, aunque luego fue liberado sorpresivamente por la Audiencia Provincial, en contra del criterio de la juez y del fiscal. Ahora tambi¨¦n se enfrenta, seg¨²n un portavoz oficial del Colegio de M¨¦dicos de Lugo, a una posible suspensi¨®n de la licencia para ejercer. Despu¨¦s de los truculentos relatos aportados a la investigaci¨®n por mujeres que fueron obligadas a abortar incluso con amenazas de muerte, "la comisi¨®n deontol¨®gica del colegio tomar¨¢ pronto una decisi¨®n".

Abu¨ªn se acogi¨® al derecho a no declarar, como hicieron ya varios de los encarcelados por este caso. Mientras tanto, las prostitutas han coincidido ante la juez al describir la precariedad en la que fueron forzadas a abortar. Supuestamente sin anestesia, con pr¨¢cticas primitivas y equipo quir¨²rgico averiado.