Madre coraje del asfalto
La francesa Jeanne Picard lleva una d¨¦cada luchando contra la "violencia vial"
A Jeanne Picard (Par¨ªs, 1943) la vida le descarril¨® en la primera curva del nuevo milenio. Aquel primero de enero en el que las deudas comenzaban a saldarse con euros flamantes, su hijo pag¨® con la vida la traici¨®n de la carretera. Y ella, que vio salir despedida su existencia con el impacto, no se resign¨® a a?adir otra estaci¨®n al infinito v¨ªa crucis que bordea el asfalto gallego. Jeanne Picard se convirti¨® en madre coraje, y desde hace una d¨¦cada lucha contra la violencia vial desde Stop Accidentes.
En el milenio anterior, antes de que le hiciera falta el coraje, a Jeanne le bastaba armarse de paciencia. En su tiempo libre, se dedicaba a la artesan¨ªa de los telares, y ya hab¨ªa mostrado su obra en varias exposiciones. Ese deber¨ªa haber sido su jubileo al final de una peregrinaci¨®n vital que emprendi¨® en Francia a principios de los sesenta. Aunque naci¨® en Par¨ªs, a Jeanne le gusta poner Borgo?a, de donde es originaria su familia, como punto de partida de su camino. En esta tierra de paso de la Ruta Jacobea, famosa por sus vinos, pasaba ella los veranos.
"El coche est¨¢ para desplazarnos, no para jugar a las carreras"
Un libro sobre el Camino de Santiago la atrajo hacia Galicia en 1963
Unas clases de lengua castellana y un libro sobre el Camino de Santiago que alguien le regal¨® acabaron por traerla a Galicia. Lleg¨® en tren en 1963, y en cuanto sali¨® de la estaci¨®n se le desmont¨® el t¨®pico espa?ol: todo era verde, llov¨ªa y no hac¨ªa calor. "A¨²n hoy Galicia es desconocida en Francia; tal vez se sepa un poco m¨¢s por el Camino de Santiago, pero muy poco", asegura. Se qued¨® por su marido, el arquitecto Manuel Gallego Jorreto, a quien conoci¨® en la playa de Samil y al que sigui¨® viendo en Madrid mientras estudiaba. Fueron varios a?os aliment¨¢ndose de lentejas y bocadillos de calamares, de los que recuerda un viaje en tren desde Ir¨²n que tuvo que hacer sentada en su maleta, en un vag¨®n atestado de emigrantes, y episodios como la expulsi¨®n de Tierno y Aranguren de la Universidad, las manifestaciones y la represi¨®n. Acab¨® los Estudios Hisp¨¢nicos para extranjeros con premio extraordinario.
En 1966, sum¨® un sello m¨¢s para su compostelan¨ªa con una boda en la capilla de la Corticela de la catedral de Santiago. Se establecieron en A Coru?a, donde ¨¦l hab¨ªa ganado una plaza de funcionario. La vida era muy distinta a la que Jeanne hab¨ªa conocido. Su padre vend¨ªa frutas ex¨®ticas en el mercado central de Par¨ªs, por lo que le costaba aceptar que en octubre s¨®lo hubiera grelos en los puestos de la plaza de Lugo. Hace cuarenta a?os, viendo A Coru?a no se pod¨ªa prever que ser¨ªa sede de uno de los grandes imperios de la moda. Para hacerse con una pieza de ropa hab¨ªa que comprar un retal y llevarlo a la modista, nada parecido a los grandes almacenes parisinos como Lafayette. Jeanne se las fue arreglando: "Me compr¨¦ una m¨¢quina de coser, y en cada visita a Francia repon¨ªa vestuario para toda la temporada; me aprovisionaba de queso camembert y mostaza, y aprovechaba para ver cine".
De uno de esos viajes, se trajo un 600, regalo de su padre. "Ya ten¨ªa carn¨¦, y una mujer al volante era toda una novedad en la Galicia de los 60". Con ese coche, ella y su marido descubrieron Corrubedo. Y all¨ª, en una finca donde se sembraban patatas, plantaron su casa. Result¨® una construcci¨®n con tejado a una sola agua que los vecinos interpretaron como "media casa". Fueron pioneros en apostar por la protecci¨®n de un lugar que pusieron de moda entre los arquitectos.
Jeanne cri¨® tres hijos. A uno de ellos le puso de nombre Santiago. Era educador social, un chico solidario que colaboraba con varias ONG. Falleci¨® en accidente de coche. Junto a otras madres en su misma situaci¨®n mont¨® Stop Accidentes en Espa?a, siguiendo el modelo franc¨¦s. La asociaci¨®n ha empezado a despertar la conciencia de que un siniestro de tr¨¢fico es un hecho violento, y han acu?ado el t¨¦rmino de "violencia vial". En el haber de estas madres coraje est¨¢ que los partidos pol¨ªticos incluyeran la seguridad vial en sus programas desde 2004.
En la ¨²ltima d¨¦cada las cifras de v¨ªctimas se han reducido a la mitad en Espa?a, pero Jeanne sostiene que "los muertos no se restan, se suman". Desde 2004, la OMS ha incluido los accidentes de tr¨¢fico en el listado de las principales causas de muerte en el mundo, ocupando el puesto ocho. Queda mucho camino por andar: "Reivindicamos un cambio del modelo de desarrollo, que est¨¢ basado en el coche". Apuestan por un autom¨®vil c¨ªvico: que no contamine, que proteja a los ocupantes y sobre todo que est¨¦ pensado para respetar la vida y no para la velocidad. "El coche est¨¢ para ayudarnos en los desplazamientos, no para jugar a las carreras". En Galicia, centran su trabajo sobre todo en el rural, con programas de concienciaci¨®n: "?sta es la comunidad con m¨¢s peatones muertos".
El primer accidente de tr¨¢fico ocurri¨® en Londres en 1896, cuando una mujer muri¨® atropellada por un coche que circulaba a 16 kil¨®metros por hora. El barrio se sublev¨® y pidi¨® una investigaci¨®n para que tales hechos no volvieran a suceder. De eso hace m¨¢s de cien a?os.
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