"Europa no da razones a Obama para que le interese"
Le dijimos a Christopher Patten que los recientes nombramientos europeos parec¨ªan conducir las aspiraciones de la Uni¨®n a la segunda divisi¨®n entre los poderes del mundo. Y ¨¦l nos respondi¨® con una iron¨ªa que no es s¨®lo brit¨¢nica, sino suya, de este inteligente rector de la Universidad de Oxford, capaz de hablar en lat¨ªn con el Papa y de cantarle las cuarenta a los chinos mientras negociaba, como comisario del Reino Unido, el cambio de estatuto de Hong Kong. Dijo lord Patten:
- Es usted muy diplom¨¢tico.
?l ha sido diplom¨¢tico, de enorme relevancia. Fue comisario europeo de Relaciones Exteriores, cerca de quien fue Alto Representante, Javier Solana, hasta esos recientes nombramientos "de segunda divisi¨®n". De su amigo Solana dijo: "Europa se empobrece sin gente como ¨¦l". De su experiencia en Europa y de su trabajo en Hong Kong, este conservador que lleg¨® a ser tambi¨¦n presidente de su partido y ministro de Margaret Thatcher ha escrito libros punzantes en los que es especialmente "poco diplom¨¢tico". Se va uno de su cuarto de visitas, cerca de la C¨¢mara de los Lores, con la sensaci¨®n de que no es exactamente un tory.
"La crisis financiera no ha cambiado mi opini¨®n sobre la eficacia de los mecanismos de control"
"Lo fundamental de EE UU es que tiene 42 de las 50 mejores universidades del mundo"
"Los partidos pol¨ªticos hacen campa?a las 24 horas del d¨ªa. Y as¨ª no se puede gobernar"
"No estoy a favor de ceder a Bruselas el poder fiscal, educativo o las decisiones sobre el bienestar social''
Nos lo hab¨ªa advertido su antiguo colaborador, el espa?ol Diego de Ojeda, ahora director en Espa?a de la Casa Sefarad, que trabaj¨® con ¨¦l durante cinco a?os en la Comisi¨®n Europea: "Es un conservador militante, pero es un sabio, un gran lector de poes¨ªa, un hombre libre". Por eso, por lo que es ser conservador hoy en su pa¨ªs y en Europa, comenzamos hablando con lord Patten.
Pregunta. ?Qu¨¦ es ser un conservador hoy en Europa?
Respuesta. Una de las importantes lecciones que ha producido el desarrollo pol¨ªtico de Europa es que no han aparecido partidos pol¨ªticos paneuropeos. Se forman grupos transnacionales, como el Partido Popular Europeo, o como el grupo de los socialistas, pero eso no indica nada. Un conservador en Polonia o Letonia es muy distinto a un conservador en Espa?a.
P. ?Y usted?
R. Yo pertenezco a lo que era la tendencia mayoritaria del partido conservador de mi pa¨ªs. Los conservadores siempre hemos cre¨ªdo en un equilibrio entre el individualismo y la solidaridad social. Tradicionalmente hemos estado m¨¢s a favor de los mercados abiertos, aunque reconocemos que ¨¦stos deben ser regulados. Es una aberraci¨®n que un conservador sea al mismo tiempo un nacionalista. Es una aberraci¨®n para un conservador brit¨¢nico tener una aproximaci¨®n ideol¨®gica hacia el mercado. Hist¨®ricamente, tambi¨¦n es una aberraci¨®n negar la importancia del Estado.
P. Pero no siempre los conservadores han mantenido esas actitudes.
R. Por una serie de razones, que probablemente respondan al efecto p¨¦ndulo, en esta ¨²ltima generaci¨®n el partido conservador se ha ido desplazando hacia la derecha, lo que ocasionalmente produce, a la gente como yo, una cierta sensaci¨®n de soledad. Puede ser un signo de mi estupidez. Pero mi visi¨®n del mundo sigue siendo la misma de siempre. Por ejemplo, el ascenso de China no cambia mis opiniones sobre las libertades civiles o los valores humanos. La crisis financiera internacional no ha cambiado mi punto de vista sobre la eficacia que tienen los mecanismos de control para fijar los precios. Reconozco, como hizo Adam Smith, que los mercados necesitan operar dentro de marcos definidos. Igual soy un poco mayor, o no soy tan listo para darme cuenta de que el tiempo pasa.
P. ?Y qu¨¦ le ha pasado al partido conservador para ir hacia la derecha?
R. Creo que lo que est¨¢ pasando en Inglaterra se debe en parte al romance entre nuestro partido y otras posiciones m¨¢s a la derecha. Ahora est¨¢ volviendo a posiciones m¨¢s centristas. En los temas sociales parece que no hay casi diferencia entre un conservador y un laborista. En cada pa¨ªs, por otra parte, se han ido rompiendo las barreras sociales, aunque no hay todav¨ªa la movilidad social que a m¨ª me gustar¨ªa. Los enfrentamientos de clases ya casi no existen como hace 50 a?os. Tampoco existen las barreras ideol¨®gicas tradicionales que se identificaban con las clases.
P. En los a?os setenta del siglo XX hubo un ministro conservador, Keith Joseph, que propuso la divisi¨®n de la sociedad en un buen n¨²mero de clases sociales...
R. Fue un intelectual muy inteligente, cosa que puede ser peligrosa en la pol¨ªtica. La pol¨ªtica se basa en la confrontaci¨®n de ideas. Pero estas ideas deben estar relacionadas con el mundo real. En la democracia hay que mostrar las ideas de modo que sirvan para ganar elecciones. Lo que dec¨ªa Keith Joseph, en clave marxista, es que hab¨ªa un tipo de proletariado que no era muy proclive a formar familias, pero s¨ª a tener bastantes hijos. Ning¨²n pol¨ªtico se atrever¨ªa a decir eso ahora, pero eso ocurre en muchas sociedades europeas, y tristemente en la nuestra tambi¨¦n. Hay un grupo social que se ha quedado atr¨¢s, sin empleo y sin educaci¨®n. Y se crean cuestiones sociales complicadas con las que tenemos que lidiar... Fui rector de la Universidad de Newcastle, Newcastle era el coraz¨®n de nuestra industria pesada y de los astilleros. Ahora el paro es muy alto. Ya van por la tercera generaci¨®n de desempleados. Los j¨®venes dejan la escuela a los 16 a?os. Sus padres no tienen trabajo y sus padres tambi¨¦n lo perdieron. Es una cuesti¨®n social que a los pol¨ªticos les cuesta abordar. Mirando hacia atr¨¢s, estas cuestiones han sido abordadas m¨¢s eficazmente por los l¨ªderes religiosos, cuyas iniciativas fueron seguidas luego, hist¨®ricamente, por los pol¨ªticos.
P. Parece que cada vez los ciudadanos se distancian m¨¢s de los pol¨ªticos...
R. D¨¦jeme que le hable de religi¨®n. Soy un cat¨®lico practicante. El hecho de que la Iglesia cristiana, y en particular la cat¨®lica, le d¨¦ tanta importancia a las cuestiones de preferencia sexual ha causado el distanciamiento de los j¨®venes. Para mis hijos, ser una persona homosexual o heterosexual es una decisi¨®n personal. Es triste que lo que dice la Iglesia no tenga nada que ver con la realidad. Y por esta raz¨®n hay cada vez menos feligreses. La Iglesia no ejerce el rol que uno esperar¨ªa en estos momentos de turbulencia... Y los j¨®venes no saben ad¨®nde mirar. Asist¨ª con un enorme grupo de j¨®venes a escuchar a Martya Sen en Oxford; les dijo a los chicos que no hab¨ªa que buscar un sistema perfecto de justicia, sino corregir d¨ªa a d¨ªa las injusticias sociales. Y los muchachos salieron radiantes, con un objetivo en la mente. ?Son capaces Brown o Sarkozy de despertar esa ilusi¨®n en los j¨®venes?
P. ?Y qu¨¦ ocurre con los l¨ªderes pol¨ªticos para que sean tan irrelevantes?
R. El mundo ha cambiado. Ahora hay noticias cada 24 horas. Dicen que Gordon Brown tiene un despacho con dos televisores que emiten las noticias de Sky y de la BBC. ?Qu¨¦ pas¨® con los pol¨ªticos que le¨ªan novelas o que sacaban tiempo para cultivar el intelecto? En este mundo, los pol¨ªticos sienten el deber de responder a las noticias las 24 horas del d¨ªa. Su vida se reduce a tener que estar all¨ª todo el tiempo, a dar explicaciones, y la gente se cansa de ellos. Los partidos pol¨ªticos intentan gobernar mientras hacen campa?a. Y hacen campa?a las 24 horas del d¨ªa. Y as¨ª no se puede gobernar. Deber¨ªan tener la suficiente autoestima intelectual para ver las cosas fr¨ªamente. Le pondr¨¦ un ejemplo. Durante las navidades le¨ª la autobiograf¨ªa de Obama, Los sue?os de mi padre. Debo decir que es un libro extraordinariamente bien escrito. Escribe mejor que cualquier pol¨ªtico europeo.
P. ?Y qu¨¦ vio en el libro?
R. Lo interesante de ese libro es que Obama se muestra muy interesado por qui¨¦n es como individuo y de d¨®nde proviene. Tiene una noci¨®n de identidad, de raza, de familia, muy interesante; mucho m¨¢s interesante que los mensajes televisivos de Clinton cuando ¨¦ste gobernaba. Pero se pusieron tantas expectativas sobre Obama que ha pasado de ser el Mes¨ªas a ser, a los ojos de la izquierda, el que no ha logrado la reforma sanitaria o la estabilidad econ¨®mica. Y seg¨²n la derecha, es un comunista porque quiere que los pobres tengan derecho a una sanidad p¨²blica. Pero creo que es lo suficientemente inteligente como para saber que la opini¨®n real sobre su labor pol¨ªtica se va a definir a largo plazo...
P. En el caso de Europa, ?qu¨¦ consecuencias tiene este nivel tan bajo de liderazgo intelectual y pol¨ªtico?
R. Mi novela favorita es El Gatopardo, de Lampedusa. Uno de los personajes de la novela dice que algo tiene que cambiar para que todo siga igual. En Europa tenemos la mejor calidad de vida del mundo. Pero estamos tan c¨®modos que nos cuesta asumir los cambios necesarios para poder continuar como estamos. La tasa de natalidad es inferior a la de nuestra competencia. El reto de los pol¨ªticos es que la gente vote por el cambio. Y si no lo hacemos ahora, no podremos competir ni con China, ni con India, ni con Brasil... La educaci¨®n es un buen ejemplo. Espa?a gasta un 1,1% de su PIB en educaci¨®n. Y no lo gasta muy bien. Lo mismo pasa aqu¨ª. Invertimos tan s¨®lo un 1,3% del PIB en educaci¨®n e investigaci¨®n. Estados Unidos emplea el 2,9%. Pero este gasto tiene una consecuencia directa en nuestro futuro y en nuestra calidad de vida. Le contar¨¦ una an¨¦cdota reciente. En Copenhague, Europa ten¨ªa la postura m¨¢s desarrollada y cre¨ªble sobre el cambio clim¨¢tico, pero al final se qued¨® fuera. Me dijeron que al final de la cumbre, Obama estaba reunido con media docena de l¨ªderes europeos y dijo que iba a hablar con China... Si hubiera habido un portavoz europeo en ese grupo, le hubiera pedido que le acompa?ara. Pero no ten¨ªa sentido que fuera con cinco o seis personas. Tenemos miedo en Europa de que cualquier iniciativa le pueda dar preeminencia a un pa¨ªs sobre otro...
P. Una voz, pues, la voz de Bruselas...
R. No estoy a favor de ceder a Bruselas todo el poder fiscal, educativo o las decisiones sobre el bienestar social... Estas facultades deben permanecer en cada naci¨®n, puesto que es lo que los electores han votado. Pero si queremos tener m¨¢s peso en los asuntos pol¨ªticos y econ¨®micos del mundo, debemos trabajar juntos y olvidarnos de la vanidad de los pa¨ªses de tama?o medio. Ya no tenemos tanto peso como sol¨ªamos tener. La historia del siglo XX es la historia del poder decreciente de las ex potencias coloniales. As¨ª que somos m¨¢s influyentes cuando actuamos unidos que cuando operamos de forma individual. Y eso es lo que ha ocurrido en Copenhague, que a pesar de tener las pol¨ªticas medioambientales m¨¢s avanzadas, nos hemos quedado fuera de la partida.
P. ?Y qu¨¦ queda, lord Patten, de aquella gran idea de la unidad europea?
R. Europa sigue anclada en su historia. Creo que todav¨ªa se trata de crecer y fortalecer las democracias, de tender puentes entre Europa, la comunidad atl¨¢ntica y el mundo isl¨¢mico, y de seguir creciendo con la integraci¨®n de Turqu¨ªa y los Balcanes occidentales en su momento. Se trata de una cuesti¨®n existencial. Si decimos no a Turqu¨ªa, en parte debido al nerviosismo de la derecha acerca de la inmigraci¨®n, ?c¨®mo podemos pretender mantener una posici¨®n geoestrat¨¦gica en el mundo si se percibe que quemamos los puentes con el mundo isl¨¢mico? Creo fervientemente que la integraci¨®n de Turqu¨ªa es decisiva para lo que debemos ser. Lo f¨¢cil en la ¨¦poca de Bush era definirse como el contrapunto de Bush, Cheney y Rumsfeld. Excepto un par de l¨ªderes desorientados que pagaron el precio de su error. Ahora desde la Casa Blanca hay un planteamiento multilateral. Obama cree en la cooperaci¨®n internacional, aunque realmente no sabe demasiado sobre Europa, y tampoco Europa le est¨¢ dando razones para que se interese m¨¢s.
P. Usted dijo que la mejor forma de saber que tu pa¨ªs no existe es viajar a Estados Unidos y leer la prensa...
R. Sin duda. A pesar de la humillaci¨®n de la ca¨ªda de los masters del universo de Wall Street, de la verg¨¹enza de Guant¨¢namo y Abu Graib; a pesar de la sangre derramada en Irak, Am¨¦rica sigue siendo superpoder, el ¨²nico pa¨ªs que influye en todos los dem¨¢s. Una de las claves del poder de Am¨¦rica es c¨®mo enfoca la investigaci¨®n y la Universidad. Por supuesto, influye que sea la principal potencia militar del mundo. Pero lo fundamental es que de las 50 mejores universidades del mundo, 42 son americanas. Y lo que me sorprende es este dato: hace 50 a?os, la mitad de los europeos que se doctoraban all¨ª volv¨ªan a sus pa¨ªses. Hace cuatro a?os ya s¨®lo regresaba el 25%. Imagine usted lo que supone perder la mayor fuerza intelectual en una sola direcci¨®n. El 75% de los trabajos y ensayos cient¨ªficos de Estados Unidos son escritos por extranjeros. La mitad de los start ups de Silicon Valley han sido fundados por inmigrantes. ?sta es para m¨ª la base del permanente poder global americano.
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