Van a por Espa?a
Los mercados se ensa?an con una posible crisis fiscal - Las finanzas p¨²blicas se enfrentan a nuevos ataques por las dudas sobre la pol¨ªtica econ¨®mica
"La presi¨®n no va a ceder". Los ejecutivos de los fondos de alto riesgo suelen tener ideas tan devastadoras como potencialmente rentables (para ellos). En sus negocios huelen la sangre y atacan el flanco m¨¢s d¨¦bil; en sus an¨¢lisis van al grano y sueltan frases como latigazos, como martillazos sucesivos en el mismo clavo. Espa?a es el clavo que remacha ese gestor de un hedge fund de visita en Madrid, que predice m¨¢s tensi¨®n: la desconfianza ha convertido las finanzas p¨²blicas en un objetivo f¨¢cil para los especuladores tras una semana negra. Esa ofensiva es una especie de test decisivo para la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola y para la eurozona.
"Los mercados ven esta semana negra como un primer cap¨ªtulo: Espa?a no hizo los deberes, sigue sin hacerlos, ha perdido credibilidad, se percibe internacionalmente como un enorme riesgo potencial y por lo tanto va a seguir recibiendo ataques: ahora mismo es un blanco vulnerable", asegura desde Washington el economista ?ngel Ubide en una visi¨®n pesimista y compartida -con matices- con una docena de expertos consultados, que han expresado tambi¨¦n gur¨²s como Paul Krugman o Kenneth Rogoff. El Gobierno no lo ve as¨ª. "No hay noticias objetivas que expliquen este movimiento especulativo", explica a este diario el secretario de Estado de Econom¨ªa, Jos¨¦ Manuel Campa. "No hay ning¨²n riesgo de insolvencia, la deuda p¨²blica est¨¢ entre las m¨¢s bajas de la eurozona, el coste de la financiaci¨®n sigue en m¨ªnimos hist¨®ricos pese a la reciente subida, incluso se ha puesto en marcha un paquete de medidas para apuntalar la salud financiera a medio y largo plazo. Lo m¨¢s duro de la crisis ha pasado y estamos en el proceso de estabilizaci¨®n para iniciar la recuperaci¨®n. Ah¨ª est¨¢n las reformas para asegurar que Espa?a cumple los factores objetivos para ayudar a que las cosas se calmen. Pero los mercados se mueven tambi¨¦n por factores subjetivos y es muy dif¨ªcil luchar contra ellos", dice.
Los expertos auguran r¨¦plicas de la semana negra en las Bolsas
Campa: "El mercado se mueve por factores subjetivos y es dif¨ªcil calmarlos"
Los indicadores de riesgo no son alarmantes pero est¨¢n empeorando
El Gobierno aduce que se trata de un movimiento especulativo
No se trata solamente de una tragedia griega o espa?ola. La crisis que amenaza con extender las ruinas de la Acr¨®polis por la ribera del Mediterr¨¢neo es en realidad "fruto del recelo contra las econom¨ªas del Sur de Europa, y en el fondo va contra la idea misma del euro", apunta Santiago Carb¨®, asesor del banco central de EE UU. Ese ataque producto de las dudas acerca de c¨®mo la eurozona puede lidiar contra la ansiedad que provoca una crisis de dos velocidades, que reabre las viejas diferencias entre Norte y Sur, entre los pa¨ªses ricos que han hecho los deberes -reformas, finanzas p¨²blicas m¨¢s o menos saneadas, paro bajo control- y los sospechosos habituales que afrontan un test decisivo en peor situaci¨®n: Grecia, Portugal, Italia e Irlanda. Y claro, Espa?a, cada vez m¨¢s cerca del ojo del hurac¨¢n.
En 2007, la crisis internacional pinch¨® una gigantesca burbuja inmobiliaria; en los dos a?os siguientes el terremoto financiero se convirti¨® en recesi¨®n y desempleo, y el Gobierno espa?ol -como los dem¨¢s Gobiernos- se vio obligado a empezar a gastar. Ahora toda esa marea de gasto p¨²blico (mejor o peor utilizado, pero crucial para evitar una depresi¨®n) provoca dudas: los mercados creen que hay pa¨ªses que no podr¨¢n pagar la factura. Han atacado ya con virulencia a Dubai y Grecia, y empiezan a cebarse en busca de la pr¨®xima v¨ªctima, del flanco m¨¢s d¨¦bil. Italia est¨¢ en las quinielas, pero Portugal y Espa?a han sufrido en los ¨²ltimos d¨ªas los primeros embates de ese acceso de histeria, una extra?a combinaci¨®n de p¨¢nico y deseo de hacer sangre para sacar beneficios a paladas. California no est¨¢ mejor que Espa?a. Ni siquiera B¨¦lgica, ni mucho menos Irlanda. Pero es evidente que Espa?a despierta recelos: "Las suspicacias tal vez se exageren, porque los mercados tienden a sobreactuar, pero a la postre reflejan percepciones basadas en elementos reales: las sospechas sobre la capacidad de Espa?a para salir de ¨¦sta", dice Tom¨¢s Bali?o, ex subdirector del FMI.
En el fondo, los ataques de las Bolsas son una moci¨®n de confianza a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno de Zapatero. Un examen a la credibilidad del Gobierno espa?ol, como durante semanas ha sido una dura prueba para el Ejecutivo griego. Guillem L¨®pez Casasnovas, consejero del Banco de Espa?a, recomienda "no obsesionarse con los mercados". "Tal como vienen se van, es mejor no dejarse llevar por la contaminaci¨®n", apunta. "Pero la alarma es ¨²til si sirve para que Espa?a act¨²e en la direcci¨®n correcta. Tenemos aluminosis y toca rehacer las estructuras de la econom¨ªa. La deuda tiene soluci¨®n porque en el mundo hay ahora mucha, mucha liquidez. Pero toca empezar a pactar reformas: la foto del viernes con Zapatero, la patronal y los sindicatos sobre la reforma laboral va en esa direcci¨®n, aunque en la foto falta el PP".
La necesidad de un acuerdo de Estado -algo as¨ª como los Pactos de la Moncloa de la Transici¨®n o la paz social con la que se acometi¨® la reconversi¨®n industrial de los ochenta- sobrevuela la pol¨ªtica espa?ola desde hace meses. La necesidad de reformas estructurales est¨¢ ah¨ª desde hace a?os. "Hace tiempo que la situaci¨®n no es buena; hace tiempo que existen claros riesgos sobre las finanzas p¨²blicas, y es l¨®gico que [el comisario de asuntos econ¨®micos] Joaqu¨ªn Almunia haya puesto a Espa?a en el mismo saco que Grecia, Portugal e Irlanda, porque hace tiempo que Bruselas advierte de los riesgos sobre la sostenibilidad fiscal por el envejecimiento o por la falta de flexibilidad laboral", critica Ubide. "Los riesgos se han materializado precisamente ahora, siempre lo hacen en el peor momento, y es porque la desconfianza de los mercados no deja de crecer", concluye.
Desde Harvard, el historiador econ¨®mico Niall Ferguson ataca duro: "Los inversores buscan protegerse porque los d¨¦ficit se han desbocado en todo el mundo. Los Gobiernos van a tener que pagar m¨¢s cara la marea de deuda que han emitido y a¨²n tienen que emitir, y eso va a ser doloroso. Los datos del FMI sugieren con claridad que Espa?a necesita un ajuste fiscal casi tan duro como Grecia, y Portugal e Irlanda tambi¨¦n van a pasar apuros. En los viejos tiempos ya hubieran llegado las devaluaciones. Pero ahora..." Ahora eso no es posible. El euro ha sido un magn¨ªfico paraguas mientras ca¨ªan pa¨ªses como Islandia o Letonia. Pero a la vez dificulta la salida de la crisis por su enorme fortaleza, que complica la vida de los exportadores y que apenas ahora empieza a ceder. "Esto s¨®lo se solucionar¨¢ si los Gobiernos afectados dan las se?ales adecuadas a los mercados, y si el BCE deja claro que, en caso de que persista el ataque, va a comprar grandes cantidades de deuda y va a hundir as¨ª a todos los que est¨¢n especulando", reclama Juan Ignacio Crespo, de Thomson Reuters.
"El tiempo se acaba", dice Xavier Vives, de la escuela de negocios IESE. "Y en Espa?a no puede haber m¨¢s retrasos con las reformas. No puede haber pasos atr¨¢s del Gobierno como el que ha dado esta semana con las pensiones. No puede haber una actitud como la que est¨¢ mostrando la oposici¨®n. Ni el Ejecutivo ni el PP parecen ser conscientes de la gravedad de la situaci¨®n: el ajuste va a ser ya de por s¨ª muy largo y dif¨ªcil por los desequilibrios acumulados, pero la indefinici¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica lo complica todo a¨²n m¨¢s", remacha.
Parec¨ªa que el mensaje correcto era el plan de austeridad -un recorte de gasto de 50.000 millones- y las reformas de las pensiones y laboral. Pero nada es suficiente cuando el viento sopla de cara en los mercados. "Es cierto que el impacto ha sido negativo, cuando debiera haber sido al rev¨¦s", reconoce Campa, que afirma que Econom¨ªa "ha hecho el diagn¨®stico adecuado y ha puesto en marcha las medidas necesarias". "La credibilidad se gana ahora aplic¨¢ndolas: s¨®lo as¨ª se romper¨¢ esa analog¨ªa r¨¢pida y f¨¢cil que algunos se empe?an en hacer entre Espa?a y Grecia", a?ade.
Y es cierto que los datos relativos al riesgo sobre las finanzas p¨²blicas distan de ser alarmantes. La deuda se sit¨²a en el 52% del PIB, la m¨¢s baja de la eurozona. El coste de la financiaci¨®n est¨¢ en niveles hist¨®ricamente bajos: un 1% de diferencia con la deuda alemana, cuando de 1992 la deuda espa?ola se pagaba un 7% m¨¢s cara. "Pero esas cifras empeoran a toda velocidad", apunta Manuel Balmaseda, economista jefe de Cemex. "La ¨²ltima subasta de bonos -que supuso un encarecimiento sustancial de la deuda espa?ola- es una p¨¦sima se?al que indica por d¨®nde van los tiros", asegura. El castigo sobre la deuda ya es evidente, "pero m¨¢s all¨¢ de esas cifras el problema es que los mercados transpiran desconfianza para con Espa?a". "Es verdad que el batacazo es excesivo, pero tiene que ver con que las Bolsas piensan que Espa?a ha perdido el tiempo y que va a ser muy dif¨ªcil pactar los ajustes por todo el ruido que hay".
Credibilidad. Confianza. Liderazgo. Son palabras que los expertos reclaman al Ejecutivo una y otra vez. Porque lo de los mercados, siempre insaciables, parece un caso perdido. "Algunos se empe?an en decir que el riesgo es Espa?a: al final los inversores toman nota y se ensa?an sin reparar en matices", dice el ex secretario de Estado Alfredo Pastor. "Alguien va a ganar mucho dinero con esto, que es, una vez m¨¢s, un acto de incre¨ªble irresponsabilidad colectiva de los mercados", concluye Charles Wyplosz, del Graduate Institute.
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