?Puede Grecia evitar el le¨®n?
A pesar de que la Uni¨®n Europea y el Fondo Monetario Internacional est¨¢n sentando las bases para la primera ronda de rescates enormes, el debate gira en torno a si Grecia podr¨¢ evitar un incumplimiento de pagos de deuda soberana.
Algunos consideran a Grecia como una segunda Argentina y toman nota del sorprendente paralelismo con el pa¨ªs que en 2001 estableci¨® el r¨¦cord de incumplimiento de pagos m¨¢s grande del mundo (en d¨®lares). Otros, como el primer ministro griego, George Papandreu, ven dif¨ªciles los problemas del pa¨ªs pero manejables, y se quejan de la interferencia de especuladores extranjeros mal intencionados.
Evitar el incumplimiento de pagos puede ser posible, pero no ser¨¢ f¨¢cil. Uno s¨®lo tiene que mirar los datos oficiales, incluida la deuda exterior de Grecia, que asciende a un 170% de la renta nacional, o al enorme d¨¦ficit presupuestal del Gobierno (casi del 13% del PIB).
Sin embargo, el problema no s¨®lo es de n¨²meros, tambi¨¦n es de credibilidad. Gracias a d¨¦cadas de escasa inversi¨®n en la capacidad estad¨ªstica nadie conf¨ªa en las cifras del Gobierno griego. Tampoco inspira confianza la historia de incumplimientos de pagos de Grecia.
Como se demuestra en mi reciente libro en coautor¨ªa con Carmen Reinhart, This time is different: Eight centuries of financial folly (Esta vez es diferente: Ocho siglos de locura financiera), Grecia ha estado en incumplimiento aproximadamente una vez cada dos a?os desde que gan¨® la independencia por primera vez en el siglo XIX. La p¨¦rdida de credibilidad, si se presenta, puede da?ar seriamente y r¨¢pido. En efecto, la evidencia hist¨®rica puede ser como un golpe en la cabeza por el hecho de que, mientras la deuda del Gobierno puede ir a la alza inexorablemente durante a?os, el final por lo general llega muy repentinamente.
Adem¨¢s, puede sucederle a cualquier pa¨ªs, aunque por lo general los pa¨ªses avanzados pueden hacer ajustes en la pol¨ªtica fiscal con la suficiente rapidez y credibilidad como para que el da?o se sienta principalmente en la forma de un crecimiento m¨¢s lento. Por desgracia, para los mercados emergentes, el ajuste es a menudo imposible sin la ayuda del exterior. ?se es el precipicio en el que Grecia se encuentra hoy en d¨ªa. Una crisis de deuda no es inevitable. No obstante, el Gobierno necesita aplicar urgentemente un ajuste fiscal cre¨ªble, concentr¨¢ndose no s¨®lo en mayores impuestos, sino tambi¨¦n en detener un poco del incre¨ªble crecimiento del gasto gubernamental -de 45% del PIB al 52% del PIB- que se produjo entre 2007 y 2009.
El Gobierno debe evitar depender demasiado de las propuestas de aumentos de impuestos, que en ¨²ltima instancia repercuten en el crecimiento y la sostenibilidad. Ser¨ªa m¨¢s preferible equilibrar los aumentos de los impuestos con un cambio de tendencia en el gasto desenfrenado del Gobierno.
Tengo amigos griegos que dicen que Grecia no est¨¢ sola. Y tienen raz¨®n. Algunos pa¨ªses casi inevitablemente van a experimentar rescates e incumplimientos de pagos. Una de las regularidades m¨¢s sorprendentes que Reinhart y yo encontramos es que despu¨¦s de una ola de crisis bancarias internacionales, a menudo le siguen en los siguientes a?os una ola de incumplimientos de pagos de la deuda soberana y reestructuraciones.
Esta correlaci¨®n en realidad no sorprende, dado el masivo acumulamiento de deuda p¨²blica que t¨ªpicamente experimentan los pa¨ªses despu¨¦s de una crisis bancaria. Sin duda, esto es lo que estamos viendo en esta ocasi¨®n, en la que la deuda de los pa¨ªses en crisis ya ha aumentado m¨¢s del 75% desde 2007.
Pero, mientras es probable que veamos una ola de incumplimientos de pagos y programas del FMI en esta ocasi¨®n, tambi¨¦n, la crisis fiscal no tiene que golpear a todos los pa¨ªses altamente endeudados. En efecto, un pa¨ªs como Grecia deber¨ªa estar haciendo todo lo que est¨¦ a su alcance para mantenerse alejado de la primera y segunda ola de reestructuraciones y programas del FMI. Si puede hacerlo, entonces tal vez el hecho de ver las dolorosas experiencias de otros pa¨ªses ayudar¨¢ a convencer a la ¨¦lite pol¨ªtica local de dar su consentimiento para el ajuste. Si no, Grecia tendr¨¢ menos control sobre su ajuste y potencialmente experimentar¨¢ un trauma mucho mayor, quiz¨¢, al final, una suspensi¨®n de pagos.
Hay una vieja broma sobre dos hombres que se encuentran atrapados por un le¨®n en la selva despu¨¦s de un accidente de avi¨®n. Cuando el primero de ellos empieza a ponerse las zapatillas de tenis, el otro pregunta por qu¨¦. El primero responde: "Me estoy preparando para una carrera". Pero no puedes correr m¨¢s r¨¢pido que el le¨®n, dice el otro hombre, a lo que el otro contesta: "No tengo que correr m¨¢s r¨¢pido que el le¨®n. S¨®lo tengo que correr m¨¢s r¨¢pido que t¨²".
Grecia todav¨ªa tiene que ponerse las zapatillas de tenis, mientras que otros pa¨ªses con problemas, como Irlanda, van al frente en la carrera con ajustes fiscales masivos. El nuevo Gobierno socialista de Grecia se ve obstaculizado por las promesas de campa?a que sugirieron que el dinero estaba ah¨ª para resolver los problemas, cuando en realidad las cosas resultaron ser mucho peor de lo que nadie se hubiera imaginado. Los sindicatos y los grupos agr¨ªcolas paralizan el tr¨¢fico con manifestaciones cada dos d¨ªas, haciendo alusi¨®n a una posible escalada.
La mayor¨ªa de los griegos est¨¢n haciendo todo lo que pueden para evitar la probable sed insaciable del Gobierno de mayores ingresos fiscales; as¨ª, pues, los griegos acaudalados est¨¢n transfiriendo dinero al extranjero y la gente com¨²n est¨¢ migrando a la econom¨ªa subterr¨¢nea. La econom¨ªa subterr¨¢nea en Grecia, cuyo tama?o se estima en hasta un 30% del PIB, ya es una de las m¨¢s grandes de Europa, y est¨¢ creciendo d¨ªa a d¨ªa.
En el caso de Argentina, un par de enormes cr¨¦ditos del Fondo Monetario Internacional, en 2000 y 2001, en ¨²ltima instancia s¨®lo retrasaron el duro e inevitable ajuste, e hicieron que el incumplimiento de pagos final del pa¨ªs fuera a¨²n m¨¢s traum¨¢tico. Como Argentina, Grecia tiene un tipo de cambio fijo, una larga historia de d¨¦ficit fiscales, y una historia a¨²n m¨¢s larga de incumplimientos de pagos de deuda soberana. No obstante, Grecia puede evitar un colapso como el de Argentina, pero necesita dedicarse a hacer ajustes mucho m¨¢s audaces. Es tiempo de ponerse las zapatillas de tenis para la carrera.
Kenneth Rogoff es profesor de Econom¨ªa y Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universidad de Harvard.Fue economista jefe del Fondo Monetario Internacional.
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