Ir¨¢n ampl¨ªa la brecha entre las potencias
La ambig¨¹edad nuclear de Teher¨¢n ahonda las distancias entre Occidente, Rusia y China - EE UU y Europa acogen con escepticismo las aperturas iran¨ªes
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Ir¨¢n provoca cada vez mayores sacudidas en las relaciones internacionales. El tiempo corre, las centrifugadoras de Teher¨¢n siguen escupiendo uranio enriquecido y la maliciosa ambig¨¹edad del r¨¦gimen iran¨ª divide a las grandes potencias y complica tremendamente la b¨²squeda de un consenso internacional sobre c¨®mo frenar su oscuro avance nuclear.
En una visita de ¨²ltima hora a la 46 Conferencia de Seguridad de M¨²nich, el ministro de Asuntos Exteriores iran¨ª, Manucher Mottak¨ª, volvi¨® a jugar con la ambig¨¹edad calculada al declarar ayer que el acuerdo nuclear con las grandes potencias se halla "cercano", recalcando que "hay voluntad pol¨ªtica" para sellarlo. La maniobra fue recibida con extremo escepticismo por Occidente, pero reforz¨® a China en su petici¨®n de insistir en el di¨¢logo con Ir¨¢n y dej¨® a Rusia en una postura reticente ante la posibilidad de reforzar las sanciones al r¨¦gimen iran¨ª. Pek¨ªn, sobre todo, y Mosc¨² parecen determinadas a vender caro, por valiosas contrapartidas, su respaldo a nuevas sanciones a Teher¨¢n, y ¨¦sta no pierde ocasi¨®n para facilitarles el juego y ganar tiempo.
Un bloqueo en la ONU obligar¨ªa a Occidente a buscar otras v¨ªas de presi¨®n
El ministro de Asuntos Exteriores alem¨¢n, Guido Westerwelle, se encarg¨® de dejar claros la impaciencia y el escepticismo de Occidente en la segunda jornada de la conferencia. "Nuestra mano sigue tendida, pero Ir¨¢n no la ha estrechado hasta ahora. Teher¨¢n tiene que poner acciones detr¨¢s de sus palabras. He hablado un largo rato con la delegaci¨®n iran¨ª, y no he cambiado idea, no he notado un cambio hacia una actitud transparente", dijo, en una intervenci¨®n contundente, el representante de Berl¨ªn. James Jones, consejero de seguridad del presidente de EE UU, tampoco se anduvo con rodeos. "No veo ning¨²n indicio de que la negociaci¨®n haya entrado en una nueva fase. Teher¨¢n tiene que cumplir con sus responsabilidades o se enfrentar¨¢ a sanciones m¨¢s duras y probablemente a un mayor aislamiento. Est¨¢ en juego una carrera nuclear en Oriente Pr¨®ximo. No creo que haya ning¨²n asunto m¨¢s preocupante actualmente", observ¨® Jones.
El director del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica, Yukiya Amano, reforz¨® el escepticismo occidental al indicar, tras un encuentro con Mottak¨ª, que "ninguna nueva propuesta" hab¨ªa sido entregada por Ir¨¢n. Por su parte, el ministro iran¨ª eludi¨® dar cualquier detalle sobre qu¨¦ modalidades, tiempos y cantidades har¨ªan posible el intercambio de uranio que proponen las grandes potencias. La idea de partida preve¨ªa que Teher¨¢n entregara unos dos tercios de su uranio enriquecido al 3,5% para que Francia y Rusia se lo devolvieran elevado al 20%, en un formato ¨²til para trabajar is¨®topos m¨¦dicos pero dif¨ªcil de aprovechar para fines militares.
Sin embargo, aunque vagas, las palabras de Mottak¨ª ampliaron las grietas entre las potencias acerca de qu¨¦ hacer para evitar que Teher¨¢n, que niega que su programa tenga fines b¨¦licos, avance en una senda que la ha colocado muy cerca de lograr un arma nuclear. China, que importa de Ir¨¢n ingentes cantidades de petr¨®leo, reafirm¨® en M¨²nich su convicci¨®n de que el tiempo de las sanciones no ha llegado todav¨ªa. Significativamente, Rusia, que en los ¨²ltimos meses hab¨ªa aparentado mayor disponibilidad a respaldar una nueva ronda de sanciones a Ir¨¢n en el Consejo de Seguridad de la ONU, mantuvo en la conferencia alemana una posici¨®n reticente. Su ministro de Exteriores, Serguei Lavr¨®v, tuvo una intervenci¨®n evasiva, en la que no mencion¨® la perspectiva de nuevas sanciones. Por el contrario, Lavr¨®v sostuvo que, junto con la petici¨®n de que cumpliera con sus responsabilidades nucleares, habr¨ªa que ofrecer a Ir¨¢n una seria perspectiva de di¨¢logo regional omnicomprensivo.
El viceprimer ministro ruso, Serguei Ivan¨®v, s¨ª hizo referencia a las sanciones, pero s¨®lo para precisar que, en cualquier caso, no deber¨ªan afectar a la econom¨ªa iran¨ª, sino ser dirigidas contra el sector nuclear. Semejante matiz implica, en la visi¨®n de Occidente, aguar las sanciones y ablandar la presi¨®n hasta hacerla in¨²til.
Rusia no tiene, como China, inter¨¦s en tutelar a Ir¨¢n para salvaguardar el abastecimiento energ¨¦tico, pero s¨ª lo tiene en utilizar su apoyo a las sanciones como moneda de cambio para obtener de Washington concesiones en la negociaci¨®n sobre reducci¨®n de arsenales nucleares y en la pol¨ªtica de ampliaci¨®n de la OTAN.
Mosc¨² ya obtuvo de la Administraci¨®n Obama la renuncia al pol¨¦mico escudo antimisiles que el anterior gobierno quer¨ªa instalar en el Este de Europa. El Kremlin discute ahora con la Casa Blanca la renovaci¨®n del Tratado START sobre armas nucleares. Rusia cuenta con un arsenal nuclear comparable en tama?o al de EE UU, pero su inferior capacidad econ¨®mica no le permite mantenerlo y renovarlo al mismo ritmo. Por ello, tiene en la negociaci¨®n unas debilidades que puede compensar haciendo hincapi¨¦ en otros frentes.
La reticencia china y rusa es grave. Un bloqueo en el Consejo de Seguridad obligar¨ªa a Occidente a buscar v¨ªas de presi¨®n externas a la ONU, una opci¨®n pol¨ªtica muy poco apetecible.
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