Decepci¨®n en Occidente por la nueva provocaci¨®n nuclear iran¨ª
El anuncio del presidente de Ir¨¢n de aumentar al 20 % el enriquecimiento de uranio dificulta un posible acuerdo con las potencias occidentales
El presidente iran¨ª, Mahmud Ahmadineyad, ha ordenado hoy a la Organizaci¨®n de la Energ¨ªa At¨®mica de Ir¨¢n que inicie el proceso de enriquecimiento uranio al 20%. Esta nueva provocaci¨®n nuclear ha causado una profunda irritaci¨®n en las canciller¨ªas occidentales, que hab¨ªan acogido con extremo escepticismo el tono aperturista adoptado por Teher¨¢n en las ¨²ltimas semanas, pero esperaban al menos evitar una nueva y repentina escalada de tensi¨®n. El en¨¦simo desaf¨ªo del r¨¦gimen fuerza ahora a Occidente a acelerar las tareas de construcci¨®n de consenso alrededor de una nueva ronda de sanciones.
El anuncio del presidente iran¨ª, Mahmud Ahmadineyad, ha ca¨ªdo como un rayo en la jornada conclusiva de la 46 Conferencia de Seguridad de M¨²nich. El ministro de Defensa alem¨¢n, Karl-Theodor zu Guttenberg, ha dado voz a la exasperaci¨®n occidental europea. Guttenberg ha instado a la comunidad internacional a dejar claro a Ir¨¢n que "la paciencia est¨¢ llegando a su l¨ªmite" y ha avisado de que se hace cada vez m¨¢s inevitable el tener que "girar las tuercas de las sanciones por alg¨²n lado u otro".
Londres ha expresado su "profunda preocupaci¨®n" por las actividades iran¨ªes, que de ser llevadas adelante representar¨ªan una "seria violaci¨®n" de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. En general, Europa se ha mostrado esta vez tambi¨¦n alineada sin matices a la posici¨®n de Estados Unidos. Desde Italia, donde se encontraba en visita oficial, el secretario de Defensa de EE UU, Robert Gates, ha urgido al mundo a hacer "frente com¨²n" ante la perspectiva de un Ir¨¢n nuclearizado. "Si hacemos frente com¨²n, las presiones y las sanciones pueden todav¨ªa lograr resultados", ha dicho Gates.
Pero en los pasillos de la conferencia alemana, fuentes familiares con la negociaci¨®n consideran que el camino hacia una nueva ronda de sanciones aprobadas en el Consejo de Seguridad de la ONU sigue lleno de serios obst¨¢culos.
La creciente tensi¨®n entre Washington y Pek¨ªn hace complicado que China acepte respaldar la ronda. Los europeos no tienen en este pulso muchos argumentos. Pek¨ªn est¨¢ llenando en Ir¨¢n el vac¨ªo causado por la progresiva retirada de varias multinacionales occidentales del sector energ¨¦tico, y tiene notable inter¨¦s, entre otras cosas, en cultivar un precioso suministrador de hidrocarburos. Rusia tambi¨¦n tiene sus motivos para frenar, y lograr contrapartidas en otros sectores. Aqu¨ª tambi¨¦n, es m¨¢s Washington quien puede lograr el ablandamiento.
Wolfgang Ischinger, director de la conferencia de M¨²nich, ha calificado de "lamentable" que el anuncio se produjera un d¨ªa despu¨¦s de que el canciller iran¨ª declarara justo en el foro que hab¨ªa "voluntad pol¨ªtica" de cerrar un acuerdo.
Premonitoriamente, el senador estadounidense Joe Liebermann hab¨ªa calificado de "risibles" las palabras del ministro iran¨ª, sugiriendo que se trataba m¨¢s o menos de una tomadura de pelo.
A pesar de la irritaci¨®n, la mayor¨ªa de los expertos reunidos en M¨²nich considera que a Occidente no le queda m¨¢s remedio que tejer paciente y diplom¨¢ticamente una red de acorralamiento a Teher¨¢n sin agujeros, frenando mientras tanto el ¨ªmpetu de quienes, como Israel, podr¨ªan querer apostar por soluciones dr¨¢sticas.
La hip¨®tesis de incursiones puntuales dirigidas a bombardear instalaciones iran¨ªes era considerada como una opci¨®n fuera de la mesa, de momento. Incluso representantes de Arabia Saud¨ª, notoriamente preocupados por las andanzas de su vecino chi¨ª, alertaban de las turbulentas consecuencias que semejante opci¨®n podr¨ªa tener.
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