Hablemos de guerra
Cada febrero, mientras en Davos se habla de dinero, en M¨²nich se habla de guerra. Desde hace m¨¢s de 40 a?os, los principales magnates de los negocios van a Davos (Suiza) a encontrarse con sus pares de todo el mundo. Tambi¨¦n desde hace casi medio siglo, los magnates de la guerra suelen reunirse en la ciudad alemana de M¨²nich. Ministros de Defensa y cancilleres, generales y almirantes, jefes de los servicios secretos y expertos en inteligencia militar, cient¨ªficos y -no pod¨ªan faltar- los directivos de las m¨¢s importantes industrias b¨¦licas asisten cada a?o a la Conferencia de Seguridad de M¨²nich, el foro m¨¢s importante del mundo en estos temas.
La reuni¨®n de M¨²nich es una buena oportunidad para husmear por d¨®nde andan las preocupaciones de quienes toman las decisiones de paz y guerra en el mundo -sin que nos las tomemos demasiado en serio, por supuesto-. Al igual que los empresarios y economistas que van a Davos no vieron venir la crisis econ¨®mica, los expertos en seguridad reunidos en M¨²nich en 2001 fueron tan sorprendidos por los ataques terroristas del 11-S como cualquier otro mortal. En todo caso, los temas dominantes en la reuni¨®n y las conversaciones de los pasillos al menos reflejan en qu¨¦ est¨¢n pensando estos influyentes personajes. "China, China y m¨¢s China", me dijo un alto funcionario a quien le pregunt¨¦ cu¨¢l hab¨ªa sido la cuesti¨®n m¨¢s relevante de la reuni¨®n. "Y claro, Afganist¨¢n, Ir¨¢n y terrorismo tambi¨¦n son preocupaciones importantes, pero en todos estos temas ahora China es un actor que no puede ser marginado de las conversaciones y los c¨¢lculos. Y ellos lo saben y se les nota que lo saben. Hasta su lenguaje corporal es distinto".
El enorme desarrollo militar no ha sido suficiente para derrotar a los enemigos m¨¢s amenazantes de EE UU
La figura central de la reuni¨®n este a?o en M¨²nich fue Yang Jiechi, el canciller chino, quien asegur¨® a los participantes que su pa¨ªs ser¨¢ una fuerza positiva en el mundo y contribuir¨¢ a la paz, siempre que exista lo que describi¨® como "un esp¨ªritu de cooperaci¨®n". Esto le sirvi¨® de tel¨®n de fondo para lamentar, como no pod¨ªa dejar de hacerlo, la masiva venta de armas estadounidense a Taiw¨¢n. El ministro tambi¨¦n reiter¨® que la prioridad de su pa¨ªs no puede ser otra que la de sacar a la gran mayor¨ªa de sus compatriotas de la profunda pobreza en la que a¨²n est¨¢n sumidos.
Si bien es obvio que el desarrollo econ¨®mico es la prioridad de China, esto no quiere decir que el gigante asi¨¢tico est¨¦ descuidando su poder¨ªo militar. Tiene las fuerzas armadas m¨¢s numerosas del planeta (2,25 millones de efectivos, o el equivalente al 0,17% de su poblaci¨®n). Le siguen EE UU (1,5 millones de efectivos o el 0,5% de sus habitantes), India, Corea del Norte y Rusia. Claro que el poder¨ªo militar depende tanto o m¨¢s del dinero y la tecnolog¨ªa como del n¨²mero de efectivos militares. El gasto militar de EE UU equivale al 50% del total de lo que gasta el resto del mundo. China y Rusia representan el 8% y el 5%, respectivamente, del total mundial. S¨®lo 25 pa¨ªses, casi todos los de Oriente Pr¨®ximo, tienen un gasto militar que, en proporci¨®n al tama?o de su econom¨ªa, es mayor que el de EE UU. La superpotencia es tambi¨¦n el principal vendedor de armas: controla el 68% del total mundial.
Sin embargo, como sabemos, estas enormes cifras no han sido suficiente para derrotar a los enemigos m¨¢s amenazantes de Estados Unidos. Al Qaeda, talibanes y piratas somal¨ªes est¨¢n en la mente de todos los que se ocupan de la seguridad. Al Qaeda, debilitada y con muchos de sus l¨ªderes muertos, inhabilitados o capturados, no ha dejado de ser una amenaza. Y es una amenaza m¨¢s por su capacidad para inspirar a individuos o peque?os grupos a actuar por su cuenta, emulando a otros terroristas isl¨¢micos, que por su capacidad para actuar de manera coordinada y centralizada.
Por su parte, los talibanes han obligado al Ej¨¦rcito m¨¢s grande y tecnol¨®gicamente avanzado del mundo a buscar alternativas de di¨¢logo y concertaci¨®n, ya que resulta obvio que su derrota militar es imposible o demasiado onerosa en vidas y costes. Los piratas que operan en el Golfo de Ad¨¦n siguen haciendo de las suyas a pesar de tener que enfrentar la flota multinacional m¨¢s sofisticada de nuestro tiempo.
Durante las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, los conflictos armados entre pa¨ªses han venido disminuyendo. En cambio, las guerras civiles, insurgencias, rebeliones y todo tipo de enfrentamientos entre actores que no van a reuniones como las de M¨²nich, han aumentado. Estos conflictos, y no una China en ascenso, continuar¨¢n siendo la principal amenaza a la paz mundial.
mnaim@elpais.es
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