La caza
Hace algunos meses comenz¨® a extenderse un rumor en el mundo jur¨ªdico, especialmente en el madrile?o: el Juez va a caer. Todos repet¨ªan el vaticinio: el Juez va a caer. Era curioso, nadie hablaba, al contrario de lo que resulta habitual, de qu¨¦ delitos hab¨ªa cometido el Juez. Porque no importaba. Lo importante es que iba a caer. El instrumento, extremistas o no, era indiferente. Los que, emboscados, alentaban la hoguera judicial no se sab¨ªa si eran conocidos o no, si pertenec¨ªan a un grupo de profesionales del Derecho o no, de pol¨ªticos o no, o mezclados todos ellos. Pero eran los que iban a poner el cascabel al gato.
Y al Juez le llamaron a declarar ante el Tribunal Supremo. Esa misma noche hubo alguna cena de celebraci¨®n; y al d¨ªa siguiente, en cierto foro judicial Salom¨¦ anunci¨® que iba a cortar la cabeza del Bautista.
Desde luego, el Juez lo hab¨ªa puesto f¨¢cil, no cabe duda. No pocas de sus resoluciones eran discutibles.
Se hab¨ªa metido muchas veces en la boca del lobo. Demasiados callos pisados. Demasiada televisi¨®n. Demasiados traficantes, terroristas y genocidas en su camino; y pol¨ªticos corrompidos, pol¨ªticos ladrones. Demasiados cad¨¢veres. Pero ?no es eso lo que ten¨ªa que hacer un Juez? Con menos espect¨¢culo, s¨ª. Pero ?no ten¨ªa que perseguir todos los delitos? ?O es que acaso deber¨ªa haber sido un Juez "prudente" y dejar fuera a los excelent¨ªsimos delincuentes?
Cuando todo termine se organizar¨¢ una manifestaci¨®n, Franco y Pinochet ir¨¢n a la cabeza, asesinos de ETA, narcotraficantes y administradores p¨²blicos podridos compondr¨¢n la marcha. Todos vitorear¨¢n a la Justicia y al Tribunal Supremo espa?ol.
Francisco Javier ?lvarez Garc¨ªa es catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad Carlos III de Madrid
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