Un ratito a pie y otro andando

Van a ser dos a?os intensos. En este 2010 se conmemora el bicentenario del encuentro, en la Isla del Le¨®n (San Fernando), de las Cortes que redactaron la Constituci¨®n de C¨¢diz de 1812. Pero C¨¢diz lleva diez a?os prepar¨¢ndose. Entonces se puso en marcha el Plan C¨¢diz 2000 que ha dejado el casco hist¨®rico irreconocible; tanto, que ha podido suplantar a la colorista Habana en el filme de James Bond Muere otro d¨ªa, o a las calles impolutas de Pamplona en la pr¨®xima pel¨ªcula de Tom Cruise (Knight and Day).

Hace cuatro a?os, el Consistorio pint¨® unas l¨ªneas de colores en las aceras del centro; cada color sirve de ra¨ªl a una de las rutas incluidas en los Paseos por C¨¢diz. Los itinerarios son cuatro, y est¨¢n apoyados con folletos y paneles, incluso pueden ser guiados (en verano). El primero se centra en el recinto medieval (pintada en verde). El segundo discurre por los castillos y baluartes (naranja) que proteg¨ªan la pen¨ªnsula urbana. El tercero, titulado Cargadores a Indias (morado), rastrea el momento de m¨¢ximo esplendor de la ciudad. A estas tres rutas se a?adi¨® hace un par de a?os la que ahora tiene todas las papeletas para ser la estrella, ya que su tema es la constituci¨®n gaditana (pintada en azul).

01 N¨²cleo medieval

La primera ruta discurre por el barrio del P¨®pulo, el recinto medieval, que en los ¨²ltimos tiempos se ha liberado de algunos postizos que ocultaban pa?os de muralla o puertas. Entre la catedral nueva y la vieja (la preciosa iglesia de Santa Cruz) se acaba de abrir el Yacimiento Arqueol¨®gico de la Casa del Obispo, con restos de ¨¦poca fenicia, cubiertos ahora por un futurista mirador. Al lado est¨¢ el teatro romano que fue hallado de chiripa en 1981 y ha resultado ser el mayor de Hispania. La ruta concluye en la Puerta de Tierra, aprovechada para una exhibici¨®n virtual y que enlaza en cierta manera con el siguiente paseo.

02 Castillos y baluartes

?sta es una estampa de C¨¢diz que la encumbra entre las ciudades coloniales de Am¨¦rica mejor conservadas. El ambiente americano adquiere consistencia bot¨¢nica en el Parque Genov¨¦s, donde, por cierto, se recuerda al gaditano universal y naturalista Celestino Mutis (el que sal¨ªa en los billetes de 2.000 pesetas). Pero sobre todo se deja sentir la atm¨®sfera ultramarina en los dos fuertes que protegen la playa de La Caleta, el de San Sebasti¨¢n y el de Santa Catalina. Este ¨²ltimo, acabada su restauraci¨®n, parece un pedacito de Am¨¦rica, con sus garitas y galpones transformados en centro cultural. El de San Sebasti¨¢n est¨¢ en pleno fragor de una batalla de gr¨²as y camiones, para convertirse en centro neur¨¢lgico del bicentenario, con informaci¨®n y recepci¨®n de visitantes, auditorio y otras instalaciones.

03 Horizonte Am¨¦rica

La ruta de Cargadores a Indias evoca el siglo de oro que vivi¨® C¨¢diz a ra¨ªz de traerse desde Sevilla, en 1717, la Casa de Contrataci¨®n (y el monopolio) para el comercio con las colonias. C¨¢diz lleg¨® a ser entonces la ciudad m¨¢s pr¨®spera de Espa?a. En ella se asentaron grupos de ricos comerciantes (bretones, genoveses, tudescos).

La opulencia favoreci¨® la cultura. Hacia 1780 funcionaban tres teatros, uno en franc¨¦s, otro italiano (que programaba ¨®pera) y otro espa?ol. La prensa alcanz¨® niveles delirantes; en la ¨¦poca de las Cortes sal¨ªan de manera regular 78 peri¨®dicos, si bien papeles peri¨®dicos que llegaran a la calle de forma espor¨¢dica los hubo a centenares. La pujanza cultural permit¨ªa, por ejemplo, que una hermandad religiosa, la de la Santa Cueva, encargara a Joseph Haydn un oratorio y a Goya, tres murales.

La ruta es agotadora; se han censado unos 250 edificios de la ¨¦poca de las Cortes. El inicio se sit¨²a en la plaza de San Juan de Dios, donde est¨¢ el Ayuntamiento neocl¨¢sico. A sus espaldas, en el barrio del P¨®pulo, la llamada Casa del Almirante (un pr¨®ximo cinco estrellas) posee dos torretas con vistas al Atl¨¢ntico. Esas torres o miradores se pusieron de moda entre la burgues¨ªa; los comerciantes pod¨ªan as¨ª avistar sus naves procedentes de Am¨¦rica. Lleg¨® a haber 160 torres, de las cuales se conservan 120. En la Torre Tavira se explica esa cuesti¨®n y se ha instalado una C¨¢mara oscura para espiar el horizonte en tiempo real, como hac¨ªan los impacientes mercaderes.

04 La Pepa

Ese paseo de sabor ultramarino enlaza bien con el centrado en la Constituci¨®n gaditana. Aunque el escenario pol¨ªtico es muy diferente; Napole¨®n hab¨ªa invadido la Pen¨ªnsula, eso s¨ª, con las mejores intenciones: quer¨ªa liberarnos del yugo del ancien r¨¦gime y de la monarqu¨ªa absoluta. Lleg¨® a ocupar Espa?a entera... menos la Isla del Le¨®n y la ciudad de C¨¢diz, protegidas por salinas y marismas. Los franceses sitiaron el enclave durante m¨¢s de dos a?os. Lanzaron sobre ¨¦l 15.000 proyectiles, pero con esas "bombas de fanfarrones se hac¨ªan las gaditanas tirabuzones", seg¨²n la copla. Como se les acabaron las patatas, tuvieron que inventar la "tortilla francesa", s¨®lo con huevos. Para recaudar fondos, inventaron la loter¨ªa nacional, quince d¨ªas antes de proclamar la Constituci¨®n.

?sta se empez¨® a fraguar en la isla del Le¨®n (San Fernando) porque en C¨¢diz hab¨ªa fiebre amarilla. Fue proclamada en el oratorio de San Felipe Neri el 19 de marzo de 1812, d¨ªa de San Jos¨¦ (pero el mote de la Pepa se lo pusieron despu¨¦s, cuando fue prohibida, para hablar de ella como en clave). Seg¨²n los historiadores, son tres las cartas magnas decisivas en la conquista de los derechos modernos, la de Filadelfia (1776), la de Par¨ªs (1799, Revoluci¨®n Francesa) y ¨¦sta de C¨¢diz. La ruta se inicia en la antigua Aduana (actual Diputaci¨®n), frente a la cual se alza el Monumento a la Constituci¨®n; discurre por el barrio dieciochesco de San Carlos y el jard¨ªn de la Alameda, recala en la plaza de San Antonio, donde fue presentada al pueblo, y donde se encuentra el Casino Gaditano (que guarda la mejor colecci¨®n de peri¨®dicos de la ¨¦poca) y acaba en el oratorio de San Felipe y su anexo Museo de las Cortes, ambos en obras

Toda C¨¢diz est¨¢ en obras, o casi. Para "el Doce", como ya se conoce a la fecha m¨¢gica, se habr¨¢ construido un segundo puente sobre la Bah¨ªa, se habr¨¢ ampliado el puerto para acoger barcos de mayor calado, llegar¨¢ el AVE, abrir¨¢n sus puertas tres hoteles de cinco estrellas y echar¨¢ a andar un calendario de eventos muy ambicioso. Un horizonte amable para una ciudad castigada por un 40% de paro, y con m¨¦ritos probados para que las cosas vayan mejor. A partir del "Doce", tal vez.

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