Una brillante farsa
Tras reconocer que en su nuevo libro cae en el enga?o de citar a un pensador ficticio, el autor felicita al creador de la impostura. Tambi¨¦n critica la oferta de un puesto pol¨ªtico en Francia a una mujer con velo
Pues s¨ª... A menudo he citado un libro de Jean-Baptiste Botul publicado en 2004 por las ediciones Mille et une Nuits y titulado La vida sexual de Emmanuel Kant (?genial, este t¨ªtulo!). Lo coment¨¦ ante los alumnos de la Escuela Normal Superior de la calle Ulm, el pasado 6 de abril, y volv¨ª a mencionarlo en De la guerra en filosof¨ªa, que es el fruto de esa conferencia. Pues resulta que el libro es una farsa. Una farsa brillante y muy veros¨ªmil surgida de la imaginaci¨®n de un periodista guas¨®n de Le Canard Encha?n¨¦, Fr¨¦d¨¦ric Pag¨¨s, que adem¨¢s es un buen fil¨®sofo. Y yo me la tragu¨¦, como tambi¨¦n se la tragaron, antes que yo, los cr¨ªticos que rese?aron el libro en el momento de su aparici¨®n. Me la tragu¨¦ como Pascal Pia y Maurice Nadeau se tragaran el falso Rimbaud inventado por Nicolas Bataille y Akakia-Viala. Y como tantos em¨¦ritos lectores se tragaran los falsos Gary, que ¨¦ste firmaba "Ajar", o al falso Marc Ronceraille inventado por Claude Bonnefoy, que lleg¨® incluso a dedicarle un volumen de la prestigiosa colecci¨®n Escritores de siempre. As¨ª que s¨®lo tengo una cosa que decirle al artista -y es de coraz¨®n-: ?Chapeau! Bravo por ese Kant inventado, pero m¨¢s real que el de carne y hueso, y cuyo retrato, ya lo firme Botul, Pag¨¨s o Perico de los palotes, sigue pareci¨¦ndome igual de acorde con mi propia visi¨®n de un Kant (o incluso de un Althusser) atormentado por demonios menos conceptuales de lo que parece. Como es sabido, las bromas intelectuales son una tradici¨®n normalista, as¨ª que reconozco haber experimentado cierto placer al caer en la trampa, a mi vez, de una mistificaci¨®n tan bien tramada.
S¨®lo tengo una cosa que decirle al artista (Fr¨¦d¨¦ric Pag¨¨s) y es de coraz¨®n: '?Chapeau!'. Bravo por ese Kant inventado
Laicismo, feminismo e internacionalismo fueron principios de la extrema izquierda cuando ¨¦sta ten¨ªa alma
Pasemos a algo m¨¢s importante. El domingo pasado tuvo lugar en la Maison de la Mutualit¨¦, en Par¨ªs, el XII F¨®rum de los Psys, que Jacques-Alain Miller me hab¨ªa pedido que presidiera y cuyo lema era "Evaluar mata". ?Y por qu¨¦ evaluar mata? ?Por qu¨¦ esa man¨ªa de evaluarlo todo, en particular en la empresa, tiene consecuencias mort¨ªferas, como vimos por ejemplo con ocasi¨®n de los suicidios en serie de France T¨¦l¨¦com, a los que le dediqu¨¦ un art¨ªculo el 15 de octubre de 2009? Al menos por dos razones. Quien dice "evaluar" dice "comparar", y comparar implica desencadenar en el seno mismo de la empresa una rivalidad mim¨¦tica generalizada, una guerra de todos contra todos, una lucha que tendr¨¢, entre otros efectos, el de romper las solidaridades que anta?o entretej¨ªan el v¨ªnculo social y hac¨ªan que, cuando un obrero flaqueaba, cuando uno de los peones de "La taberna" no se encontraba en condiciones de seguir, otros lo reemplazaban y, as¨ª, le permit¨ªan tomarse un respiro.
Y, adem¨¢s, quien dice "evaluar" dice "contabilizar", y quien dice "contabilizar" dice, por definici¨®n, reducir al ser humano a su dimensi¨®n cuantificable, eliminar de ¨¦l todo lo que tiene que ver con el deseo, la libido, los caprichos, los lapsus y los accidentes del inconsciente, o del alma; en otras palabras, con la vida. Y, queramos o no, eso equivale a transformarlo casi autom¨¢ticamente en un objeto, en un cero a la izquierda, en un desecho, y al final, seg¨²n sea mayor o menor la resistencia de cada uno, tal vez, a empujarlo al suicidio. El capitalismo moderno conoci¨® una etapa de taylorismo. Tuvo tambi¨¦n una "fase Bentham", el inventor del famoso pan¨®ptico y de su sistema de vigilancia permanente y generalizada. Pues bien, puede que ahora est¨¦ entrando en la era de las TCC -terapias cognitivas y de comportamiento-, cuyos inevitables da?os vienen denunciando, casi en exclusiva y hace ya mucho tiempo, los analistas lacanianos de la Escuela de la Causa Freudiana.
Y algo sin duda m¨¢s importante a¨²n. Olivier Besancenot le ha propuesto a una mujer velada que represente a su partido en Provenza-Alpes-Costa Azul, con vistas a las pr¨®ximas elecciones regionales. Esta decisi¨®n es odiosa por tres razones. Porque contraviene los principios del laicismo que, pensemos lo que pensemos de la ley sobre el burka -que desde hace algunas semanas agita a la opini¨®n p¨²blica-, prescribe que hay al menos un espacio, aquel en el que se expresa o, mejor dicho, en el que se construye, se moldea y deja o¨ªr su voz la ciudadan¨ªa, en el que esta clase de signo no tiene cabida. En segundo lugar, porque es una bofetada para todas las mujeres que cre¨ªan comprender que, hoy por hoy, son iguales a los hombres y que su rostro es por tanto un rostro, un verdadero rostro, no un objeto de esc¨¢ndalo, no un desorden que hay que controlar, no algo ofensivo que nadie quiere ver y convendr¨ªa disimular, no una impureza. Y, finalmente, es odiosa porque, adem¨¢s, es un ultraje a todas las mujeres que, fuera de Francia y, en particular, en los pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana, luchan a rostro descubierto contra una prescripci¨®n que, como ellas bien saben, no es religiosa, sino pol¨ªtica, pol¨ªtica de principio a fin, y c¨®mplice de las tiran¨ªas m¨¢s aterradoras.
?C¨®mo compartir la inquietud e incluso la solidaridad del mundo con esas mujeres que en estos momentos desfilan por las calles de Teher¨¢n, si nos prestamos, aqu¨ª mismo, a avalar e incluso a promover los emblemas de la pol¨ªtica contra la que ellas se rebelan? El laicismo, el feminismo y el internacionalismo fueron principios fundamentales de la extrema izquierda en los tiempos en que ¨¦sta ten¨ªa alma. Pues a esos tres principios, es decir, a lo mejor de su memoria, es a lo que le dan la espalda hoy sus oscuros y abusivos herederos.
Traducci¨®n: Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
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