Un mechero al final del t¨²nel
El Tribunal Supremo condena a una revista pionera y activa en la denuncia de la corrupci¨®n urban¨ªstica en la isla de Lanzarote
El periodista Luis Fernando Rodr¨ªguez sol¨ªa decir antes de que fuera fulminantemente despedido: "La luz que hay al final del t¨²nel es el mechero de otro que est¨¢ tan perdido como t¨²". As¨ª se deben de sentir los redactores de la revista Cuadernos del Sureste, una de las pioneras y m¨¢s activas en denunciar la corrupci¨®n urban¨ªstica en Lanzarote, que en 2003 calificaron de corruptas las actividades del abogado y ex secretario del Ayuntamiento de Arrecife, Felipe Fern¨¢ndez Camero, y el Supremo, a pesar de que ¨¦ste fue destituido de su cargo y est¨¢ imputado en dos procesos por corrupci¨®n, les ha condenado a indemnizarle con 15.000 euros, por haber atentado contra su honor. Un mensaje inquietante para la libertad de expresi¨®n: el que se atreve a denunciar, condenado a indemnizar al denunciado.
Todas las instancias salvo el Supremo admiten que la denuncia era cierta
El equipo de Cuadernos, con Jorge Mars¨¢ a la cabeza, realiz¨® uno de los primeros an¨¢lisis en profundidad de la corrupci¨®n urban¨ªstica en Lanzarote y entre los varios art¨ªculos que se refer¨ªan al tema, se public¨® uno titulado "El secretario, el quinto poder" en el que revelaban que Fern¨¢ndez, entonces secretario del Ayuntamiento de Arrecife, era un personaje clave para entender lo que ocurr¨ªa en el municipio y en general en toda la isla, puesto que adem¨¢s de su cargo p¨²blico, ejerc¨ªa como abogado, representando como apoderado a sociedades con intereses inmobiliarios, lo que supon¨ªa una evidente incompatibilidad. A?ad¨ªa que sus tesis como letrado sol¨ªan coincidir con los intereses de los promotores privados del suelo y que su figura constitu¨ªa "uno de los obst¨¢culos con que tropiezan los m¨¢s importantes procesos de racionalizaci¨®n territorial y urban¨ªstica que se vienen acometiendo en Lanzarote".
El secretario present¨® una demanda al honor y la juez destac¨® que las informaciones eran "veraces, es decir, suficientemente contrastadas" y que ten¨ªan inter¨¦s informativo. Precisaba que las expresiones utilizadas en el art¨ªculo por s¨ª solas no se consideraban atentatorias contra el honor, pero condenaba a Mars¨¢ y a la revista por haber dicho que las actividades de Fern¨¢ndez eran corruptas, lo que a criterio de la magistrada era un claro insulto que vulneraba el honor del secretario. La Audiencia de Las Palmas revoc¨® la condena por entender que la informaci¨®n era veraz y referida a las actuaciones profesionales y empresariales de un funcionario p¨²blico que desempe?aba un cargo de gran relevancia, por lo que eran de inter¨¦s general. Adem¨¢s, puntualizaba que el t¨¦rmino corrupci¨®n se utilizaba en el art¨ªculo en un sentido coloquial admitido por la Academia alusivo a ciertas pr¨¢cticas que los ciudadanos pueden considerar discutibles, controvertidas o criticables, aunque pueden no estar expresamente prohibidas por la ley.
Sin embargo, la Sala Primera del Supremo, en una sentencia de la que fue ponente Xavier O'Callaghan, volvi¨® a condenar a Mars¨¢ y al equipo de Cuadernos del Sureste se?alando que "se trata de unos juicios de valor que se basan en informaci¨®n que no se suministra". A?ad¨ªa tambi¨¦n que las acusaciones sobre el secretario son "abstractas informaciones cuya vaguedad no permite una adecuada defensa y las pocas que son medianamente concretas no ha sido probada su veracidad".
No deja de ser sorprendente, porque si algo han dejado claro todos los jueces que han intervenido en el proceso, excepto los del Supremo, es que los hechos denunciados por la revista eran ciertos e incluso reconocidos por el agraviado. ?Qu¨¦ parte de la afirmaci¨®n de que en horario de trabajo en el Ayuntamiento de Arrecife el secretario asisti¨® como letrado a otros clientes privados le habr¨¢ parecido abstracta al Supremo? No obstante, la sentencia reafirmaba la doctrina de que el insulto no est¨¢ amparado por la libertad de expresi¨®n y precisaba que calificar de corrupto a un funcionario p¨²blico "alcanza la categor¨ªa jur¨ªdica de atentado al honor". Fue Winston Churchill quien dijo: "Ocasionalmente, los hombres tropiezan con la verdad, pero la gran mayor¨ªa de ellos se levantan y se alejan como si nada hubiese sucedido". Mars¨¢ y el equipo de Cuadernos del Sureste no son de esa mayor¨ªa y para defender la verdad ya han recurrido al Constitucional y si fuera necesario al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. ?Qu¨¦ dif¨ªcil y caro resulta llamar a las cosas por su nombre! Porque, por si no lo saben, Felipe Fern¨¢ndez Camero fue destituido de su cargo el 14 de enero de 2004 por simultanear su actividad p¨²blica con la profesi¨®n de abogado en el horario laboral, durante 14 a?os, y por interferir en su imparcialidad e independencia como secretario, ya que ha desempe?ado funciones de representaci¨®n en cinco sociedades de las que al menos dos -Lanzarote de Cable y Aparcamiento Parque Islas Canarias- eran incompatibles con su puesto. Los funcionarios no pueden intervenir en actividades privadas en asuntos en los que intervengan.
Adem¨¢s, Fern¨¢ndez figura como imputado en dos procesos penales por licencias inmobiliarias ilegales. Uno, por el caso La Bufona, en el que est¨¢ imputado junto con la ex alcaldesa Mar¨ªa Isabel D¨¦niz, de la que adem¨¢s es abogado, y otro, por presunto delito de tr¨¢fico de influencias, prevaricaci¨®n urban¨ªstica y cohecho en el proceso que investiga la trama de licencias ilegales concedidas por el ex alcalde de Yaiza Jos¨¦ Francisco Reyes, del que tambi¨¦n consta como defensor. Quiz¨¢ Fern¨¢ndez no es una figura clave para entender la corrupci¨®n urban¨ªstica en Lanzarote, pero, desde luego, lo parece. ?Una tenue luz al final del t¨²nel o el mechero de otro periodista perdido?
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