Homicidio consentido

En la legislaci¨®n espa?ola, la figura en la que mejor encajar¨ªa la acci¨®n de Ray Gosling ser¨ªa la de homicidio consentido, opina el catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad de M¨¢laga, Jos¨¦ Luis D¨ªez Ripoll¨¦s. Claro que para ello hay que asumir que efectivamente, como ha declarado el periodista, ¨¦ste ten¨ªa establecido un pacto con su novio seg¨²n el cual har¨ªa todo lo posible para evitarle sufrimientos si su estado de salud se volv¨ªa muy grave o sus dolores eran tan intensos que no encontraba alivio.

La condena entonces, si el caso se juzgara en Espa?a, ser¨ªa en principio de prisi¨®n de 6 a 10 a?os, apunta D¨ªez Ripoll¨¦s.Pero al tratarse de una enfermedad incurable que le causaba intensos dolores sin expectativa de una cura o de tener en el futuro una vida con unas m¨ªnimas condiciones de calidad, deber¨ªa aplicarse el art¨ªculo 143.4 del c¨®digo penal, que rebaja la pena en uno o dos grados. En este ¨²ltimo caso,el m¨¢s favorable, la pena ser¨ªa de un a?o y medio a tres a?os, con lo que se estar¨ªa ya en el l¨ªmite a partir del cual el juez puede suspender el ingreso en prisi¨®n de una persona sin antecedentes, que est¨¢ en dos a?os.

El resultado habr¨ªa sido incluso m¨¢s favorable si Gosling hubiera sido m¨¦dico y hubiera utilizado otro m¨¦todo menos cruento que el de asfixiar a su novio con una almohada. Tambi¨¦n si se puede demostrar que el amante estaba ya en estado terminal, opina D¨ªez Ripoll¨¦s.

La negativa del periodista a dar m¨¢s detalles hace que demostrar estos aspectos sea complicado. En los ochenta ya exist¨ªa la posibilidad de dejar un testamento vital, pero no se sabe si su novio lo firm¨®.