Stieg Larsson al descubierto
Amigos ¨ªntimos y colegas durante 12 a?os, Kurdo Baksi revela en un libro los claroscuros de la personalidad del exitoso escrito sueco
Qui¨¦n era en realidad Karl Stig-Erland Larsson? Kurdo Baksi, su amigo y colega durante 12 a?os, ha intentado resolver este misterio con el pol¨¦mico libro Mi amigo Stieg Larsson, que retrata al escritor sueco como una persona contradictoria y enigm¨¢tica. Unas veces lo describe como a un h¨¦roe, incansable en la lucha por los inmigrantes y las mujeres, y otras como un mal compa?ero de trabajo, capaz de hacerse una entrevista a s¨ª mismo o presenciar una violaci¨®n y no mover ni un dedo para ayudar a la v¨ªctima.
A Baksi, periodista y editor, le han llovido las cr¨ªticas desde que public¨® esta especie de biograf¨ªa en Suecia. Eva Gabrielsson, compa?era sentimental durante 32 a?os del escritor, asegura que la publicaci¨®n est¨¢ llena de falsedades y ha pedido incluso que sea retirada del mercado. Los herederos de Stieg, el padre y el hermano, en cambio, lo han alabado. Un motivo de disputa m¨¢s entre las partes, enfrentadas por el legado de Larsson desde que falleciese en 2004 sin haber visto su obra publicada.
El relato adquiere en ocasiones tintes ¨¦picos. Cuenta que v¨ªa Jartum, Larsson logr¨® entrar en Eritrea y Etiop¨ªa cuando ten¨ªa s¨®lo 21 a?os. El MI6, los servicios de seguridad brit¨¢nicos, lo confundi¨® con un esp¨ªa y lo interrog¨® durante horas al norte de Etiop¨ªa. Enfurecido y asustado, se hosped¨® despu¨¦s en un hotel de mala muerte de Ad¨ªs Abeba, donde contrajo la malaria. No ten¨ªa dinero para llamar a su familia y la ¨²nica manera de salir del pa¨ªs fue enganch¨¢ndose a un convoy de autobuses que le acercaron a Kenia. Se vio obligado a vender una chaqueta de cuero para poder llegar a casa. Tras ese viaje con tintes inici¨¢ticos, Karl Stig-Erland Larsson puso una e en su primer nombre y pas¨® a llamarse a partir de ese momento tal y como se le conocer¨¢ para siempre.
En ocasiones, Baksi parece excusarse por estar hurgando en la vida del que fue su socio en la revista Expo. Suele repetir a menudo en el libro que lo echa mucho de menos, que est¨¢ a la altura de los grandes escritores de la historia o que es la persona m¨¢s trabajadora que ha conocido en su vida. Acto seguido, lo pilla en faltas, como que se mostraba un fiel defensor de la igualdad entre hombres y mujeres pero no lo aplicaba a su vida personal: no lav¨® un plato y se jactaba de cocinar la liebre como un gran chef, pero ninguno de sus amigos ha reconocido haber probado ese manjar. Tampoco contrat¨® nunca a mujeres ni a inmigrantes para trabajar en su revista, y en una ocasi¨®n infiltr¨® a un chico de 17 a?os en un peligroso grupo fascista.
Tanto los trabajadores de Expo como los de la agencia TT han cr¨ªticado el texto y dudan de muchas de sus afirmaciones. No, este libro que se publica ahora en Espa?a no es ning¨²n homenaje a Stieg Larsson. M¨¢s bien, una revisi¨®n pol¨¦mica y parcial de algunos detalles de su vida. Baksi a?ade que se arrepiente de haber omitido algunos episodios propios de la prensa m¨¢s rosa, como que Larsson tuvo "al menos cuatro amantes" en los ¨²ltimos 12 a?os.
Rebelde, inconformista, Stieg Larsson no era de los que daban su brazo a torcer, para bien o para mal. Baksi se lo reprocha a menudo, en ocasiones con cari?o y otras veces sin piedad. Baksi tambi¨¦n ahonda en los momentos m¨¢s dram¨¢ticos, como cuando Larsson fue llevado en ambulancia al hospital. Mientras agonizaba, lleg¨® a quitarse la mascarilla y exclamar: ?S¨®lo tengo 50 a?os, joder! Minutos despu¨¦s, muri¨® el hombre y naci¨® el mito.
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