La trastienda del A?o Nuevo chino
La reuni¨®n m¨¢s importante de la comunidad, una plataforma para sus negocios
Wong Ling Zhou se pasea de un lado a otro sin perder la calma. A este chino elegante, de 55 a?os, bigote y traje impoluto, se le acercan a gritos sus compatriotas. Falta esto o falta lo otro, le chillan. Entonces Wong toma el m¨®vil y resuelve. Ni un gesto en ¨¦l delata la tensi¨®n de los ¨²ltimos instantes antes de que comience la fiesta del A?o Nuevo chino, celebrada el viernes por la noche en el Palacio de Vistalegre. Incluso tiene tiempo para salir al parking y ofrecer un pitillo, s¨ªmbolo de hospitalidad: "Lo m¨¢s complicado han sido las invitaciones. Muchos concejales han dicho que s¨ª y, a ¨²ltima hora, se han echado para atr¨¢s. As¨ª no sabes para cu¨¢ntos preparar". Esto es lo que m¨¢s le duele a una comunidad a la que le gusta codearse con las autoridades. "Esperanza creo que tampoco viene", suspira. Porque de eso, de relacionarse, va la fiesta del A?o Nuevo, la reuni¨®n de chinos de mayor envergadura de toda Espa?a, con la que dan la bienvenida al a?o del tigre.
Todos reconocen que les gusta codearse con las autoridades
Unas 7.000 personas comieron ib¨¦ricos y mandarinas
En un rato, Wong se sentar¨¢ en primera fila, codo con codo, con el embajador de China en Espa?a y el consejero de Inmigraci¨®n de la Comunidad, las dos autoridades m¨¢s relevantes que han confirmado asistencia. No est¨¢ mal para un inmigrante que lleg¨® a Espa?a en 1983 y cuyo primer trabajo fue de camarero en un restaurante asi¨¢tico. A partir de ah¨ª, repiti¨® el esquema del ¨¦xito chino: mont¨® su propio restaurante. Wong preside la Asociaci¨®n de Qingtianeses en Espa?a, la organizadora del evento, y una de las m¨¢s relevantes del pa¨ªs: de Qingtian proviene cerca del 80% de los 44.000 chinos empadronados en la Comunidad de Madrid.
En la puerta de la zona VIP se encuentra Pedro Zhang, amigo de Wong y presidente de la Asociaci¨®n de Alimentaci¨®n China, que defiende los intereses de los comercios que han inundado Madrid. Su cargo requiere buena relaci¨®n con las autoridades, dice. Y ¨¦l es quien se ha encargado de la mayor¨ªa de invitaciones. "Tengo muchos contactos", dice el due?o de la cadena de hipermercados Vecino. Zhang se ha encargado de atraer a Carmen Mart¨ªnez, la directora de Consumo de la Comunidad -"con ella la relaci¨®n no es buena, pero tenemos que trabajar juntos"-; a Jes¨²s Mora, coordinador de la Polic¨ªa Municipal -"tenemos problemas porque no nos conceden las licencias, y nos multan por eso y por vender cerveza"-; y a Juan Jos¨¦ Mart¨ªn, alcalde de Pinto -"nos interesa colaborar porque tenemos negocios all¨ª"-. Este peri¨®dico no pudo confirmar la asistencia de todos estos cargos.
En la noche del viernes no se abordaron los temas m¨¢s espinosos. No era el momento ni el lugar. "El A?o Nuevo es una fiesta para pasarlo bien". La organizaci¨®n suele correr cada a?o a cargo de una agrupaci¨®n diferente. No hay una decisi¨®n formal, aunque suele tomarse en la Embajada China. Se encarga quien muestre inter¨¦s en hacerlo, siempre a trav¨¦s de una de las 30 asociaciones chinas en Madrid. Es su forma de velar por su negocio.
Se abren las puertas. Las gradas y el foso se llenan de rostros orientales. Unas 7.000 personas asistieron a esta fiesta que cost¨® cerca de 60.000 euros, seg¨²n los organizadores. Despu¨¦s de que Pedro Zhang los salude a la entrada, Sol, nombre espa?ol de Liu Zhengyan, acomoda a los invitados de honor: miembros de la Agencia Tributaria, diputados auton¨®micos... Todos engullir¨¢n un tentempi¨¦ intensivo en ib¨¦ricos: jam¨®n serrano, chorizo, s¨¢ndwiches envasados y mandarinas. Cuando aparece Javier Fern¨¢ndez Lasquetty, el consejero de Inmigraci¨®n, un enjambre de chinos pelea por un hueco para saludarlo. "Es una comunidad que le da especial importancia a las relaciones con las autoridades", reconoce Fern¨¢ndez Lasquetty, sentado junto a Bangzao Zhu, el embajador. El diplom¨¢tico se?ala vagamente que las relaciones entre Madrid y China pasan por un "momento magn¨ªfico". Se hace el silencio, y comienza el espect¨¢culo.
Por el escenario pasaron cantantes, magos y acr¨®batas venidos desde la Rep¨²blica Popular. Se proyectaron im¨¢genes de su pa¨ªs (desfiles militares y retratos de Mao incluidos); un grupo de flamenco bail¨® al ritmo de Paco de Luc¨ªa mientras el vino tinto empezaba a correr; y hacia el final, Li Zhe, un artista tipo Eros Ramazzotti con vestimenta punk, intent¨® caldear el ambiente. El p¨²blico no mostr¨® demasiado entusiasmo. La mayor¨ªa de autoridades ya se hab¨ªan disculpado mucho antes.
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