La Fed da una se?al de normalidad
La Reserva Federal (Fed) se merece algo de simpat¨ªa. El banco central estadounidense ha hecho todo lo que ha podido por controlar la puesta en escena de sus m¨ªnimas medidas de endurecimiento del cr¨¦dito, anunciadas el 18 de febrero. Pero los mercados reaccionaron como si fueran unas malas y graves noticias.
En realidad, los cambios son muy peque?os. El principal consist¨ªa en aumentar el tipo de descuento de la Reserva, algo que en la actualidad no es esencial para el sistema financiero, en un simb¨®lico cuarto de punto porcentual. Esto ampl¨ªa la diferencia entre el tipo de inter¨¦s, que actualmente est¨¢ en cero, y el tipo de descuento, que se usa para los pr¨¦stamos de emergencia a los bancos, a medio punto porcentual. Antes de la crisis, la diferencia era de un punto porcentual completo.
La Reserva trat¨® de mantener la calma en los mercados. Hab¨ªa dejado entrever la llegada de la medida y el comunicado de prensa que anunciaba los cambios empezaba explicando que eran una respuesta a "la constante mejora de las condiciones financieras de los mercados". Para recalcarlo, la Reserva a?ad¨ªa que las medidas "no anunciaban ning¨²n cambio en los pron¨®sticos sobre la econom¨ªa o la pol¨ªtica monetaria".
Si los cambios monetarios eran tan insignificantes como aseguraba la Reserva Federal, entonces la respuesta del mercado resultaba rid¨ªcula. Los precios de las acciones y del petr¨®leo cayeron un 1% o m¨¢s, mientras que el d¨®lar y la rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense aumentaron. ?Por qu¨¦ ponerse a salvo cuando no hay un nuevo peligro? En todo caso, da la impresi¨®n de que los inversores deber¨ªan tomarse las peque?as medidas cuidadosamente calibradas como una se?al de normalidad.
Pero, aunque puede que los inversores se hayan dejado llevar un poco, tienen raz¨®n en considerar como una mala noticia para ellos el principio del final de las medidas extraordinarias de la Fed. La generosa liquidez proporcionada por los bancos centrales del mundo para contrarrestar la crisis financiera ha ayudado al conjunto de la econom¨ªa. Pero los mercados han sido los que m¨¢s se han beneficiado. El rumboso flujo de liquidez oficial barata ha hecho posible el incremento del precio de todo tipo de bienes. El est¨ªmulo artificial del mercado empieza ahora a disminuir. Puede que el ritmo sea lento, pero a medida que el combustible de los mercados se vuelva m¨¢s caro, es probable que encuentren m¨¢s baches durante el viaje.
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