Moral para el nuevo Astana
Contador, siempre en forma, gana de nuevo la Vuelta al Algarve
Pasados los nervios y el dolor de piernas, pasado el podio de honor y la botella gigante de champa?a, Alberto Contador, a quien le gusta tenerlo todo bajo control, cogi¨® su tel¨¦fono m¨®vil, pidi¨® a sus amigos Luis Le¨®n S¨¢nchez y Sergio Paulinho que se acercaran y, abrazados y sonrientes los tres, alarg¨® el brazo izquierdo, hizo clic y plasm¨® la reuni¨®n en una fotograf¨ªa que no tard¨® en colgar de su twitter. No es una foto cualquiera, no son unos amigos cualesquiera. Paulinho, que posa en el centro con una gorra del RadioShack, hab¨ªa compartido con ¨¦l dormitorio, carretera y confidencias durante el duro Tour pasado. Despu¨¦s se fue con Lance Armstrong a su nuevo equipo, lo que no obsta para que se sigan queriendo. Luisle, su sonrisa de joven Chet Baker y grandes dientes brillantes bajo la gorra del Caisse d'?pargne, lleg¨® al ciclismo profesional al mismo tiempo que ¨¦l, al mismo equipo, el ONCE de Manolo Saiz. Sus caminos se separaron, pero de vez en cuando se cruzan, como todos los a?os en la Par¨ªs-Niza, como ayer mismo en el sur de la Pen¨ªnsula, en Portim?o, donde las playas del Algarve, en una contrarreloj que gan¨® Luisle; en una vuelta, la primera del a?o, que como en 2009 gan¨® Contador. Segundo en la contrarreloj qued¨® el de Pinto; segundo en la general, el mulo de Mula. Por detr¨¢s de ambos, algunos grandes nombres, como el de Levi Leipheimer.
La rivalidad entre ambos ciclistas espa?oles, entre dos amigos que saben c¨®mo picarse, un duelo que dar¨¢ jugo a las carreras de primavera -dentro de dos semanas, de nuevo, la Par¨ªs-Niza, un pr¨®logo de ocho kil¨®metros en el que se impuso Contador el a?o pasado, medir¨¢ a ambos-, no tanto al Tour, donde por ahora no hay color, fue uno de los hechos se?alables de la ronda portuguesa. Otro fue la confirmaci¨®n de que para Contador, que cuando corre, corre de verdad, no se entrena con dorsal, no hay carreras de calentamiento, de preparaci¨®n: ¨¦l siempre est¨¢ en forma. A los siete meses de ganar su segundo Tour vuelve a competir, vuelve a ganar. Gan¨® ¨¦l pese a las angustias de la ¨²ltima jornada, que debi¨® disputar con una bicicleta, una geometr¨ªa obsoleta, en la que no se sent¨ªa apenas seguro, sobre todo cuando se pon¨ªa de pie, v¨ªctima del af¨¢n reglamentista al mil¨ªmetro de la misma UCI que permiti¨® en los Juegos de Pek¨ªn que el estadounidense Leipheimer le levantara la medalla de bronce en la contrarreloj con un manillar que no cumpl¨ªa las normas. Pero por encima de las dudas se impusieron las ganas, la ambici¨®n de un corredor que sali¨® con el maillot de campe¨®n de Espa?a, ya que no hab¨ªa uno amarillo a su medida; la necesidad de un l¨ªder que debe construir un equipo para ganar el tercer Tour. "Ha sido una victoria muy importante para la moral del equipo", dijo Contador, quien antes de comenzar la vuelta ya fue a entrenarse en el recorrido de la contrarreloj para conocer sus insidias, quien volvi¨® al mismo asfalto despu¨¦s de la etapa del s¨¢bado, con las piernas a¨²n cargadas, ya para conocer las insidias de la nueva-vieja bicicleta, para domarla. "Con este equipo ya puedo pensar en ir al Tour con confianza", a?adi¨®.
En la forma en que el nuevo Astana control¨® sin perder los nervios las dos ¨²ltimas etapas en l¨ªnea, la de ataque al amarillo en el Malh?o el viernes, la de defensa del liderato el s¨¢bado, Contador pudo cuantificar la fuerza del bloque; en la manera en que Contador remat¨® el trabajo en la llegada en alto del viernes y en la contrarreloj de ayer pudo Giuseppe Martinelli, su nuevo director, conocer desde muy cerca la calidad del chico al que deber¨¢ ayudar durante todo el a?o. "Y no podr¨¦ fallar", dice Martinelli, "porque seguro que ¨¦l no fallar¨¢ pase lo que pase".
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