M¨¢s formaci¨®n=m¨¢s desigualdad
La brecha salarial entre hombres y mujeres crece a medida que aumenta la cualificaci¨®n de los empleos - Espa?a firma peores ¨ªndices que la media de la UE
La formaci¨®n es un factor de igualdad entre hombres y mujeres a la hora de conseguir un empleo, pero no para equilibrar los salarios. Cuanto m¨¢s altos son los estudios ellos tendr¨¢n un sueldo mayor y la brecha no dejar¨¢ de abrirse. ?Por qu¨¦? De nuevo esto va asociado a la disponibilidad horaria, una r¨¦mora en la carrera profesional de las mujeres en el momento en que deciden tener hijos o han de hacerse cargo de los ancianos. "En el sector privado es donde las diferencias son m¨¢s acusadas", dice la catedr¨¢tica de Econom¨ªa de la Universidad de El Pa¨ªs Vasco Sara de la Rica. "Estar siempre disponible para el jefe es algo que las mujeres no pueden hacer. Ellas, para conciliar vida laboral y personal, acabar¨¢n por abandonar cualquier intento de promoci¨®n. Pero todo el mundo tiene que saber que los hijos son de la sociedad, no de las mujeres".
Los complementos por horas de vuelo perjudican a las embarazadas
M¨¢s del 80% de los contratos a tiempo parcial est¨¢n en manos femeninas
En el sector p¨²blico, sin embargo, donde acaban muchas mujeres, no se consigue m¨¢s seguridad laboral a cambio de peores sueldos, como tiende a creerse, sino que los sueldos son altos para ellas, m¨¢s que si estuvieran en la empresa privada, al menos cuando se trata de puestos relacionados con estudios superiores.
De la Rica, miembro de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada, opina que "es importante que a corto plazo las mujeres se mantengan en el mercado laboral o accedan a ¨¦l, porque eso supone entrar en una buena din¨¢mica de crecimiento a trav¨¦s de la mano de obra femenina, muy cualificada. Pero para eso se necesita que las negociaciones colectivas entre la empresa y los trabajadores dejen de ser leoninas para las mujeres".
La tasa de empleo de las mujeres con hijos dependientes es del 62% en la UE, mientras que para los varones tener familia apenas influye: su tasa de empleo sigue siendo alta, de un 91%. Y ese problema permanece con estudios y sin ellos. Pero la frustrante idea de que, a mayor nivel de estudios, la brecha salarial se incrementa, se aprecia con claridad cuando se comparan las comunidades. Seg¨²n el INE (con datos de 2006), las regiones donde menor es esa diferencia salarial son Canarias y Extremadura (tambi¨¦n con una baja poblaci¨®n con estudios superiores, ambas alrededor del 22%, cuando la media espa?ola es de un 29%), mientras que otras como Madrid, Catalu?a o el Pa¨ªs Vasco tienen una brecha m¨¢s acusada (y un porcentaje de poblaci¨®n con estudios superiores mayor que la media, un 42% en el Pa¨ªs Vasco), que alcanza su m¨¢ximo en Asturias y Arag¨®n.
En todo caso, el salario medio de las mujeres es entre un 20% y un 30% menor que el de los hombres en todas las CC AA. La media es del 26,3%. En 2007, el salario promedio anual femenino fue de 16.943 euros y el masculino de 22.780. Es una de las brechas salariales m¨¢s altas de la UE (cuya media es del 17%). Este dato no se refiere a diferencias salariales en el mismo empleo, sino a la diferencia media entre el conjunto de mujeres y de hombres por hora trabajada.
"Una mujer tendr¨ªa que trabajar un mes y 22 d¨ªas m¨¢s que un hombre para ganar el mismo salario, seg¨²n los estudios europeos", afirm¨® ayer la presidenta de la Comisi¨®n de Igualdad del Congreso, Carmen Calvo, en una jornada parlamentaria organizada por el Grupo Socialista y que reuni¨® a pol¨ªticos, sindicatos, patronal y organizaciones de mujeres.
Hay que distinguir discriminaci¨®n de desigualdad salarial. La discriminaci¨®n se produce cuando la mujer cobra menos por el hecho de serlo en un trabajo igual o de igual valor. Est¨¢ prohibida por ley (tanto en el art¨ªculo 28 del Estatuto de los Trabajadores como en el 14 de la Constituci¨®n) y puede lucharse contra ella en los tribunales. La desigualdad salarial es un problema m¨¢s complejo porque tiene causas diversas y muchas veces, un disfraz sutil. Hay desigualdad por una mayor temporalidad en los contratos femeninos (la tasa es del 25% frente al 17% en el empleo masculino); porque los complementos salariales benefician m¨¢s a los hombres; porque sus trabajos, por lo general, est¨¢n m¨¢s valorados; porque ellas no llegan a seg¨²n qu¨¦ puestos. M¨¢s del 80% de los contratos a tiempo parcial son de mujeres y la econom¨ªa sumergida les afecta tambi¨¦n m¨¢s a ellas (en tareas de limpieza, servicio dom¨¦stico, comercio al por menor...).
"Las cifras indican que el mercado laboral ofrece un 30% menos de beneficio a las mujeres", dijo ayer Marisa Sotelo, de la Fundaci¨®n Mujeres. "Es dif¨ªcil encontrar dos puestos id¨¦nticos con sueldo distinto. Muchas veces se dice que la diferencia se produce por la aplicaci¨®n de 'criterios objetivos'. Pero, incluso aunque lo sean, inciden sobre todo en las mujeres". Puso un ejemplo: los pilotos de Iberia cobran un complemento por horas de vuelo, horas que no pueden acumular cuando est¨¢n embarazadas. "Una mujer de 40 a?os con dos hijos estar¨¢ dos niveles retributivos por debajo de un hombre que no haya tenido esas interrupciones. Las horas de vuelo parecen un criterio objetivo, pero ¨¦ste es su efecto".
El ejemplo sirve tambi¨¦n para introducir uno de los grandes problemas para alcanzar la igualdad salarial: los complementos, de los que habl¨® la ministra de Igualdad, Bibiana A¨ªdo, y tambi¨¦n los sindicatos. "Dos terceras partes de los ingresos salariales de los hombres se basan en complementos, pero estos s¨®lo suponen una cuarta parte de los salarios de las mujeres", se?al¨® la secretaria para la Igualdad de UGT, Almudena Fontecha. "El 50% de la desigualdad viene ligada a estos complementos, que pueden ser por antig¨¹edad, plena disponibilidad, productividad...".
Con el retraso de la edad de jubilaci¨®n a los 67 a?os como tel¨®n de fondo, los sindicatos sostuvieron durante la jornada parlamentaria que una alternativa eficaz a esa pol¨¦mica propuesta ser¨ªa lograr que las mujeres puedan trabajar m¨¢s y mejor. "Incrementar un punto la tasa de actividad femenina al a?o ser¨ªa m¨¢s importante que cualquier retraso en la edad de la jubilaci¨®n", afirm¨® Ignacio Fern¨¢ndez Toxo, secretario general de Comisiones Obreras. Porque las mujeres, entre otras cosas, trabajan menos: la tasa de empleo masculina es del 68,1% y la femenina del 51%. "En la superaci¨®n del diferencial est¨¢ gran parte del futuro del sistema de pensiones y lo que de sano tenga la evoluci¨®n de la sociedad espa?ola en los pr¨®ximos a?os", dijo Fern¨¢ndez Toxo.
Su hom¨®logo de la UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez, coincidi¨® en el diagn¨®stico: "La distancia en la tasa de actividad supone la posibilidad de incorporar a m¨¢s de dos millones de personas. Si subieran la tasa de empleo femenino, sus salarios, y se redujera la precariedad, aumentar¨ªan por partida triple los ingresos de la Seguridad Social".
Tambi¨¦n se incrementar¨ªa el consumo y eso tira de la econom¨ªa. Pero hay quien manifiesta m¨¢s cautelas a este respecto. Sara de la Rica cree que el asunto de las pensiones es un debate aparte de la necesidad de que las mujeres tengan acceso al mercado laboral. "Por supuesto necesitamos m¨¢s gente cotizando para hacer frente a las pensiones, y eso lo pueden hacer las mujeres, o los inmigrantes, como suele plantearse, pero a largo plazo el problema no estar¨¢ solucionado, porque ellas tambi¨¦n se jubilar¨¢n, y dada nuestra esperanza de vida, muchos a?os de pensionista, alguien tendr¨¢ que hacerse cargo de eso alg¨²n d¨ªa", opina. "Si no hay m¨¢s gente joven, habr¨¢ que cotizar m¨¢s tiempo", dice.
En todo caso, si la cuesti¨®n es llevar m¨¢s mujeres al mercado laboral, ?c¨®mo hacerlo? "El modelo de crecimiento econ¨®mico conspira contra la igualdad", se?al¨® ayer C¨¢ndido M¨¦ndez. "La desigualdad tiene causas de tradici¨®n, estereotipos, pero hay elementos econ¨®micos que pesan como una losa, como los salarios. Si una pareja tiene que plantearse que uno de los dos cuide a su hijo, ?qui¨¦n va a abandonar su empleo? El que cobra menos".
Javier Ferrer, presidente de la comisi¨®n de Seguridad Social de la CEOE, se quejaba de que los estudios sobre el tema no son completos. "Hay que analizar las diferencias en funci¨®n del tipo de contrato, de jornada, la antig¨¹edad en la empresa. La Encuesta de Estructura Salarial no ofrece informaci¨®n desagregada, y otros estudios similares tienen el mismo problema". Pero algunos intervinientes lamentaron, precisamente, la opacidad de las empresas a la hora de aportar informaci¨®n sobre las retribuciones.
El an¨¢lisis a grandes rasgos est¨¢ claro: falta una mayor implicaci¨®n de los hombres en la vida privada que descargue a las mujeres; dejar de feminizar los contratos temporales y a tiempo parcial; dejar de valorar m¨¢s cualquier trabajo por el hecho de que lo haga un hombre -se habl¨® ayer, por ejemplo, de c¨®mo los cristaleros (hombres) cobran m¨¢s que las limpiadoras (mujeres) en los mismos centros de trabajo-; que lleguen m¨¢s mujeres a las organizaciones sindicales y a la patronal para la negociaci¨®n colectiva; controlar la cuesti¨®n de los complementos; seguir incidiendo en la Ley de Igualdad, en las sanciones a las empresas que la incumplan... Pero har¨¢ falta tambi¨¦n un an¨¢lisis de trazo fino para detectar de forma muy pormenorizada las desigualdades en cada sector, en cada empresa, y ponerlas fin una a una. Sigue necesit¨¢ndose m¨¢s informaci¨®n.
Cuesti¨®n de justicia
Las jornadas celebradas ayer en el Congreso pusieron de manifiesto que el acceso masivo de las mujeres al mercado de trabajo es, sobre todo, una cuesti¨®n de justicia, pero tambi¨¦n de competitividad. Los sindicatos mostraron algunas ventajas de la mano de obra femenina.
- Los mejores. Permite reclutar a los mejores trabajadores, sean hombres o mujeres, los especialistas m¨¢s cualificados.
- Productividad. Un mejor uso de los recursos humanos siempre redundar¨¢ en mayores tasas de competitividad y de productividad.
- Riqueza. Incrementar los ingresos de las mujeres con un salario justo es aumentar su capacidad como consumidoras. Por tanto, ser¨¢n generadoras de riqueza.
- Imagen. La justicia en los salarios redundar¨¢ en un mejor ambiente laboral y ofrecer¨¢ una imagen de la empresa m¨¢s favorable.
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