Una familia odiada y dedicada al negocio desde hace 50 a?os
El clan de los Gordos lleva 50 a?os dedicado al mismo negocio, aseguran fuentes policiales. Una saga familiar que arranca con la llegada desde Extremadura de su patriarca, Antonio Motos, al poblado de La Alegr¨ªa, en Entrev¨ªas. Uno de esos asentamientos chabolistas anclados en el barro que se extend¨ªan durante los a?os sesenta por casi toda la periferia inmediata a la M-30.
Motos tuvo ¨¦xito. Una vez desmontado su asentamiento original se mud¨® a La Celsa y all¨ª empez¨® a convertirse en un verdadero jefe. Y eligi¨® el negocio m¨¢s rentable: vender drogas.
Despu¨¦s pas¨® por los chalecillos construidos en esa zona y acab¨® recibiendo un piso de protecci¨®n oficial. Casi todos los miembros de los clanes de la droga tienen apartamentos de esas caracter¨ªsticas. Normalmente, los realquilan. Pero nunca viven en ellos porque en construcciones verticales no funciona el comercio de drogas.
Tras consolidarse en el primer macro-poblado de la droga de Espa?a, Las Barranquillas, se mudaron definitivamente a Valdeming¨®mez a mediados de esta d¨¦cada.
Los Gordos no ca¨ªan bien en La Ca?ada. Su creciente negocio, acaparando m¨¢s puntos de venta que cualquiera de sus rivales, y su tendencia a las ri?as tumultuarias no contribu¨ªan a su popularidad. "Hoy estar¨¢n de fiesta en el patio de los Brunos", zanja uno de los responsables del operativo que ha participado en el golpe al clan. Los Brunos, claro est¨¢, son una familia rival. No son la ¨²nica. Est¨¢n los Feos, los Neri o los Hermanos, entre otras.
El patriarca Motos tuvo cuatro hijos varones y ¨¦stos son los que, con su considerable sobrepeso, bautizan al clan. A partir de esta generaci¨®n se convierten en los Gordos. Los hermanos, todos con antecedentes por tr¨¢fico de drogas, son quienes se encargan de negociar con la hero¨ªna. Las mujeres se dedican a la venta directa. Tambi¨¦n otras personas que nada tienen que ver con ellos, que en este caso se convierten en meros suministradores del material.
El antiguo patriarca no se hallaba entre los detenidos la semana pasada. Y es que los mayores viven en casas limpias.
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