Destellos de clorofila en Aranjuez
Casa Jos¨¦, una apuesta por la alta cocina vegetariana siguiendo el calendario y sin renunciar a la carne
Despu¨¦s de una reciente cena en Casa Jos¨¦, el cr¨ªtico gastron¨®mico belga Jean Pierre Gabriel exteriorizaba su entusiasmo por la obsesiva devoci¨®n que el cocinero Fernando del Cerro profesa por las verduras. "Me agrada su extremismo, el refinamiento que consigue con las hortalizas, los tallos, las ra¨ªces, las frutas y los tub¨¦rculos. Es tan radical como Ren¨¦ Redzepi, del restaurante Noma de Copenhague [tercero del mundo seg¨²n la clasificaci¨®n de 2009 de la revista inglesa Restaurant]". A nadie puede sorprender que en la carta, fiel reflejo de su postura, que tan s¨®lo contiene dos men¨²s, uno basado en las verduras de Aranjuez y otro cl¨¢sico con abundantes prote¨ªnas c¨¢rnicas, se rese?en los nombres de sus proveedores, cinco agricultores que cultivan las huertas del municipio (Las Tejeras, El Rebollo, La Flamenca, Cortijo San Isidro), en las que recolectan a diario materias primas de frescura impagable.
Casa Jos¨¦
PUNTUACI?N: 7
Abastos, 32. Aranjuez (Madrid). Cierra: domingos noche y lunes. Tel¨¦fono: 918 91 14 88. Precios: entre 60 y 80 euros por persona. Men¨² degustaci¨®n de verduras, 68 euros m¨¢s IVA. Men¨² cl¨¢sico, 57,75 euros.
"Me fascina el sonido que transmiten las verduras tiernas cuando se cortan", asegura Armando del Cerro, hermano de Fernando, jefe de sala. "Cada minuto que pasa la oxidaci¨®n perjudica sus sabores". Es l¨®gico que su men¨² de verduras se identifique con el ritmo bot¨¢nico de las estaciones. "Justo ahora, a finales del invierno", ratifica Fernando, "asistimos a la transici¨®n entre el mundo de las cruc¨ªferas (coles, lombardas, coliflores) y las primicias de primavera". En suma, una cocina de proximidad o de "kil¨®metro 0" en sentido estricto. Nada de un lujo gastron¨®mico pobre como algunos suponen; al contrario, alta cocina vegetariana caracterizada por las notas minerales intensas, los destellos de clorofila y los sutiles dejes terrosos.
Fondo de yodo
Tan original como su picadillo de coles crudas, con gelatina de ceviche y fondo de yodo, que mejorar¨ªa con un ali?o m¨¢s intenso, resulta la bell¨ªsima composici¨®n basada en las zanahorias de Michel Trama, tub¨¦rculos que recibe de la huerta de este famoso cocinero franc¨¦s y combina con helado de apio, aceitunas secas y tu¨¦tano. Un plato no menos sugerente que la lasa?a de ra¨ªces y cruc¨ªferas con brotes de ajo, berros y mostaza. Lo mismo que el suculento repollo frito sobre un aire de mosto tinto, sobre bouquet (ramillete) de celeri (apio) y tropezones de vieira. ?A cuento de qu¨¦ esos cursis galicismos en una carta tan apegada a la tierra?
En otras composiciones el patr¨®n saca a relucir una desmesurada complejidad creativa, como sucede con la ensalada de lechuga salteada, con brotes de lombarda, pack choi (acelga china), cebolletas tiernas, polvo de hongos y zanahorias, crema de pi?ones y jugo de carne. Barroquismo que repite con relativo acierto en el plato de acelga sobre patatas, r¨¢banos, ajetes tiernos, puerro y ra¨ªz de pack choi. "Nuestras composiciones vegetales son arriesgadas. Nos alejan de la tradici¨®n de Casa Jos¨¦. Las tenemos que incorporar poco a poco para no perder clientes", recalca el patr¨®n de la casa. Casi al final llega el ¨²nico fracaso del men¨²: un guiso de coles de Bruselas, casta?as y trufa fresca, en el que los tres ingredientes salen malparados. Y como colof¨®n, una becada asada con lombarda, adem¨¢s de un lomo de carne roja a la sal, dos propuestas c¨¢rnicas aceptables. Por supuesto, los postres (l¨¢mina de cacao con crema de casta?as; tarta de c¨ªtricos) est¨¢n bien y la bodega, bastante cuidada, da la talla con creces.
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